Ámame hermano (Gru x Dru)

Capítulo 19: El equipo Dru

Dru estaba pasmado, no se esperaba esa noticia y que de ella sea la clave perfecta conseguir el amor de su hermano. Al parecer alguien lo ponía a su favor. Seguía viendo la televisión para saber si le daría más información sobre aquella roca y en que parte de aquel laboratorio rusa estaría reposando. Gru, en cambio, fue a traer a sus hijas.

Lucy regreso de sus compras y saluda de paso a su cuñado pero al percatar que este ni atención le ponía, se puso a chasquear sus dedos en frente de él para que reaccionara.

—Dru, ¿estas bien? —pregunta la de cabello naranja un poco intrigada.

—¿Eh? Si, si, estoy de maravilla —dijo al mirarla a los ojos y dedicarle una leve sonrisa.

Lucy al principio no se lo creía a primera vista, notaba una chispa en aquellos ojos azules y le causaban curiosidad. La verdad, la mujer estaba entrando en un trance, se puso seria en tan solo pensar en que su cuñado estuviera tramando algo y pudiera ser peligroso suponiendo que tenga ella la razón.

—¡Oh! —exclamó asombrada, saliendo de sus pensamientos. Voltea a ver directo a la televisión—. ¡Los Muppets! —sonrío al ver a la rana René y otros personajes de la película—. Siempre me gusto esa película y sobretodo la ranita que sale. —Se sentó a la par del rubio.

—¿En serio? Entonces somos dos —dijo de manera calmada.

Dru era astuto, conociendo lo suficiente a Lucy pudo notar que ella no caería fácil con la respuesta que dio. Cambio de canal al presenciar la tensión que se estaba formando y justamente el siguiente canal estaba trasmitiendo esa película. La suerte esta de su lado y lo aprovecharía al máximo.

***

Luego del almuerzo, toda la familia se puso a jugar para pasar un tiempo unidos, todos excepto Dru quien le había dicho a los demás que se sentía cansado y tomaría una siesta, cosa que era mentira. El rubio estaba en el laboratorio junto con Mel en una gran pizarra planeando como robar aquella roca, el minion sabia que ir con todos sus compañeros minions seria un riesgo muy grande y propuso que era mejor ir con solamente tres que él mismo asignaría. Dru asintió satisfecho, empezó a investigar en una gran computadora por como era el interior y exterior del laboratorio ruso.

Paso dos horas buscando los planos del sitio, fue difícil pero los pudo encontrar. El laboratorio tenía mucha seguridad, tanto en lo externo como en lo interno, tenía cámaras de seguridad en cada punto ciego que muchos no saben de su existencia, puertas que solo se podían abrir con carnets de algún científico, etc. Dru lo tenía complicado pero no se rendiría fácilmente.

—Bello! —le saluda Mel para llamarle la atención al rubio y señalar que detrás de él estaban los seleccionados.

El minion alto era Kevin, quien sabe hacer planes que les podría favorecer; el otro minion era rebelde pero que ayuda a su equipo si esta en problemas, ese era Stuart; el tercer minion era adorable por lo que sería la carnada, ese era Bob. Los tres minions saludaron a Dru y Mel simplemente esperaba que el gemelo dijera algo.

—¡Excelente Mel! —Le felicito con una sonrisa.

—Tank yu!

Dru agito sus manos, todo estaba saliendo bien y ahora junto con su equipo empezaron a modificar el plan sabiendo como era el lugar exactamente. Pasaron las horas hasta hacerse de noche, eran las siete y todos ya habían cenado, Lucy notaba como su cuñado sonreía, parecía la de un loco pero creyó que podía ser el helado de galletas que lo puso así. Gru no le dio importancia pero en el fondo sentía que algo podría pasar.

—Bueno. —Empieza a estirarse— será mejor que me vaya a dormir —dijo Dru dando un fingido bostezo.

—¿A dormir? —cuestiona Margo—. Pero si es temprano.

—Si pero... —Empezó a buscar una excusa.

—Déjalo Mrgo, de seguro necesita su sueño de belleza —hablo Gru serio.

—Eso, siempre es bueno dormir temprano para que ya al día siguiente amanezcas con mucha energía.

—O con ganas de seguir durmiendo —agregó Edith.

La de lentes simplemente rodó sus ojos por lo que dijo su hermana, sabiendo que hablar con ella seria una perdida de tiempo. Dru se despidió de todos y cuando ya estaba fuera de la visión de ellos se fue al laboratorio, que era obviamente su cuarto en realidad. Espero a que las luces estuvieran apagadas y saber que ya toda la familia estaba en sus respectivas camas durmiendo.

El rubio se puso su traje blanco y ajustado al igual que los cuatro minions, todos se reunieron para repasar por undécima vez el plan, tenía que salir perfecto.

—¿Entendieron? —preguntó para estar seguro.

Los minions asintieron.

—Bien, vamos.

—¿A dónde van? —les pregunta una inocente voz.

Los cinco se quedaron estáticos, miraron de reojo para saber quien era y al saber que era Agnes se calmaron un poco. Dru se acerca donde la pequeña y le acaricia sus mejillas dandole una sonrisa a su sobrinita.

—Agnes, ¿qué haces despierta? Deberías estar en cama —dijo de manera relajada al notar que la menor lo miro a los ojos.

—No me diste el beso de buenas noches —sonaba triste.

Dru siempre le daba su besito en su frente cuando iba a dormir, se le había olvidado.

—Lo siento, yo...

—¿Por qué estas vestido así? ¿Vas a salir? —cuestiona la de cabello negro abrazando su peluche de unicornio.

—Si —responde cabizbajo—. Agnes, quizás no te agrade lo que te voy a decir pero yo saldré junto con los minions a robar una roca para tu padre —notaba como abría los ojos por la sorpresa—. Es peligroso pero prometo volver.

—Déjame ir contigo, por favor. —Lo abraza— quiero ir.

—Agnes... —murmura y le corresponde.

Bob miro la escena que le pareció tierna, como la de una madre con su hija, hasta dejo salir aire por la ternura. Mel se acercó y le jalo de la manga a Dru haciéndolo saber que ya todo estaba listo. El rubio suspiro y soltó a la pequeña.

—Me tengo que ir.

Agnes simplemente se puso triste y a la vez noto que Kevin tenía un control en sus manos, ella sabia que al presionar un botón de aquel aparato iba a abrir la compuerta que esta en el patio y dejar salir a la nave.

—¿Van a ir en la nave? —pregunta.

—Si, ¿por? —La mira.

—¿No cree que vaya a hacer mucho ruido?

El rubio se quedo sin palabras, Agnes tenía razón. Mel pensó y asintió estando al lado de la menor.

—Se me había olvidado. —Se da una palmada en la frente. Agnes ríe levemente— ¿en qué nos podremos ir? —se pone a pensar.

—En el carro —propone la de cabello negro—. Aquella de color dorado.

Dru la miro y chasqueo sus dedos, otro punto a favor de la pequeña.

—Agnes, eres una genia.

La pequeña se puso a reír y le sonríe tiernamente. Todos se fueron a la cochera, a base de estar de puntillas sin hacer el más mínimo ruido, Kevin abrió la puerta y Dru saco su vehículo sin que el motor haga escándalo a todo el vecindario. Los minions se subieron y Agnes también.

—¡Equipo Dru en acción! —exclamo la menor contenta.

El rubio no sabia si era buena idea llevar a su sobrina a esta misión; no sabia si todo fallara y los descubriera; no sabia si al ser detectados Gru vaya y lo vea, estaría desepcionado. Agito su cabeza y se calmo, puso su rostro de la manera más segura posible y empezó a conducir. Cuando ya estaban ya lejos transformo su vehículo en una nave y fueron a dirección hacia Rusia.