Las pocas veces que he estado con ella me he dado cuenta que es de muy buen diente, no entiendo cómo le hace para comer tanto y al mismo tiempo parecer un fideo, a veces se me ocurre que en cualquier momento puede quebrarse. Desde la primera vez que la vi en el parque se me hizo muy hermosa, pero hoy lo está aún más, su casi nulo maquillaje y esos leves rulos en su cabellera suelta la hacen ver espectacular, sin hablar del vestido que lleva puesto...
_¡Tierra llamando a Pedro Luis!_ escucho su voz y veo sus manos frente a mis ojos, carraspeo para aclarar mi garganta y ella sonríe.
_Disculpa_ digo y me remuevo en mi silla, ella vuelve sus ojos sobre la carta y en silencio continúa leyendo, hace muecas graciosas, parece que no puede decidir lo que pedirá, me limito a seguirla observando por encima del menú que sostengo entre mis manos.
_Pedro, Pedro..._ susurra después de unos segundos, voltea para todos lados y después vuelve su vista hacia mí _Muero de hambre y no sé qué pedir_ enreda un mechón de cabello entre sus dedos y empieza a darle vueltas, olvidaba que ella no es de la región.
Le recomiendo algunos platillos hasta que se decide por uno, el mesero toma nuestra orden y después se aleja de la mesa, claro, no sin antes deleitarse descaradamente con la belleza de mi acompañante, si sigue así no le dejaré propina.
_Platícame qué haces tan lejos de casa_ cuestiono y después me arrepiento, se remueve incómoda y sus ojos se cristalizan un poco _Disculpa, no quise incomodar_ intento remediar mi acción, ladea una pequeña sonrisa y su vista se pierde en el ventanal que esta junto a nuestra mesa.
_Mi hermana me corrió de la casa_ sus palabras me toman por sorpresa, por encima de la mesa tomo una de sus manos entre las mías dándole un ligero apretón indicándole mi apoyo.
_No me cuentes si eso te hace daño_ ella aparta la vista del ventanal y enfoca nuestras manos, después busca mis ojos, si pudiera hacer algo para cambiar esa expresión lo haría sin pensar.
_Nunca tuvimos una buena relación_ parpadea varias veces tratando de contener sus lágrimas _Cuando mis padres murieron fue peor, Iza y su madre fueron mi única familia desde entonces. En resumen, cuando Iza se fue a Paris, tuvimos un mal entendido y me hecho de la casa. No pensaba marcharme, pero después de mucho tiempo buscando, conseguí un empleo y aquí estoy_ una lágrima se desliza sobre su mejilla y sin vacilar la retiro con mi pulgar.
_Ahora cuentas conmigo_ acaricio su mejilla _no voy a dejarte sola_ sus grandes ojos siguen mirándome y sonríe, dice gracias y para mi fortuna no retira su mano.
_Ahora cuéntame, ¿Cómo es posible que sigas soltero?_ frunce ligeramente el ceño _¿Es porque eres alguien muy importante y no has encontrado a alguien que te merezca?_ suelta una leve risita _¿Acaso eres gay?_ se cubre la boca con su mano libre fingiendo asombro, casi me atraganto con mi propia saliva.
_¡Jimena!_ riño, ella se zafa de mi agarre y levanta ambas manos en señal de inocencia, uno queriendo ser romántico y esta mujer no me deja, bueno, al menos ya no se nota triste.
_Si mis besos no te demostraron lo contrario puedo hacerlo de otra manera_ su risa se disipa y sus mejillas se colorean enseguida, creo que mi comentario sonó algo atrevido.
Ahora soy yo el que se ríe y ella me fulmina con la mirada, está apunto de hablar cuando el mesero regresa con nuestra cena, de inmediato olvida lo que sea que fuese a decirme y sus ojos brillan de la emoción, ya sé un punto débil para dominar a esta leona, ya me vi pidiéndole matrimonio con una orden de tacos en lugar de un anillo con diamantes.
En un abrir y cerrar de ojos su plato está vacío, continúa de igual forma con el postre, por fortuna tengo un buen empleo, de lo contrario seguro acabaría lavando los platos del lugar para pagar la cuenta.
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Amor Desconocido
FanficCuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse tienen un hilo rojo atado en sus dedos. No importa lo que tardes en conocer a esa persona, ni importa el tiempo que pases sin verla, ni siquiera importa si vives en la otra punta de...