El final de los usuarios

Capitulo33- Por todos lados

Fecha: 11/12/22
Ubicación: Suiza
Hora: 11:10 am
Lalo
Corría por las paredes de los edificios, llegando hasta la cima de estos para luego lanzarme contra las bestias de muerte que tenían el físico de un humano, en mis manos concentraba el poder de los vientos que al impactar contra los demonios un tornado era liberado y lanzaba por los aires a los que estuvieran cercas,

Entrando en la zona de velocidad y con mi rapidez me encargaba de varios de los demonios que había por las calles, pero algo andaba diferente a lo que ocurrió en Rusia y eso era que aún luego de derrotar a los demonios sus cuerpos permanecías en el suelo sin desaparecer en aquel humo negro que era presente en Rusia.

Pero aún con todo yo no me detenía, pasaron los minutos y llego el momento de tener que dejar de usar la zona de velocidad por un tiempo para así no perder el control por tener tanto contacto dentro de esta.

Escuche sonidos de disparos, por lo que Oliver y los demás debían de estar no muy lejos.

En las calles había pilas de cuerpos de esas bestias desplomados sin vida, por cada 5 bestias pequeñas había uno con cuerpo de humano y partes destrozadas de algún dices rango S.

Hacia mi venían 10 de esas bestias pequeñas con alas que sobre volaban a una altura de apenas un metro sobre el piso, comencé a rodear mi cuerpo en esa aura blanca que mercurio me había prestado, lanzándome hacia esa horda de bestias aladas, al primer animal le di un puñetazo directo en el cuello, gire mi torso y di una doble patada giratoria derribando al segundo, al tercero y al cuarto los tome por la cabeza azotándolos contra el pavimento de la calle, los 6 que quedaban habían logrado rodearme comenzando a girar a mi alrededor, dos se lanzaron hacia mi, pero con mi velocidad logre reaccionar dándole un rodillazo en el vientre a ambos, los 4 que quedaron atacaron al mismo tiempo y comencé a correr haciendo que me siguieran solo por unos metros hasta que logre tomar distancia para lanzarme a ellos con una esfera de vientos comprimidos que impactó contra el suelo levantando un tornado que se llevó hacia las nubes a las bestias que me siguieron el rastro.

— ¡ Lalo ! — Xiomara había llegado portando la mascara otorgada por alfa y omega, volando con el fuego blanco que la rodeaba en sus extremidades, pero debido a mi velocidad no podía permitirme esperar a otro usuario.

— Xiomara, No deberías estar aquí, Se suponías que irás con Enma y Lucy — comente cuando Xiomara ya había descendido a donde yo estaba y sin contestar a mi comentario se quitó la máscara, para luego tomarme de la nuca y cerrarme la boca con un fuerte beso en los labios.

— Por favor, podrían abstenerse de hacer eso — Una voz conocida se escuchó no muy lejos de nosotros, Xiomara corto nuestro beso y se volvió a poner la mascara para así estar preparada para lo que se nos presentará, la voz era de alguien que conocíamos bien.

— ¡ Andrés !, Muéstrate — Llame yo sabiendo que Andrés debía estar cercas, él sonido del movimiento de unas alas de escuchaba venir hacia nosotros, Xiomara y yo estábamos esperando a lo que se nos viniera encima.

El sonido de esas alas fue escuchado venir más de cerca, En una esquina de la calle fue cuando vimos una gran horda de las bestias de muerte, había como 30 bestias animales y 5 de cuerpo humanoide.

Xiomara lanzó una llamarada inmensa de fuego blanco, la llamarada fue tan grande que abarcó toda la calle de edificio a edificio, entre a la llamarada sin miedo a ser lastimado por el ataque de mi novia, dentro de ese fuego blanco ataque a todo lo que se movía, usaba a las bestias pequeñas para lanzárselos a los grandes, las bestias grandes eran rivales que estaban a otro nivel, pero el fuego de Xiomara los dañaba tanto que con un solo golpe de vientos era capaz de derribarlos, estuve dentro del fuego de Xiomara por solo 10 segundos y fue más que suficiente para encargarnos de toda la horda de bestias, Xiomara dejó de materializar esa llamarada y fue hacia mi, a nuestro alrededor todas las bestias grandes y pequeñas estaban en el suelo, a unos metros de nosotros Andrés había llegado apareciendo por obra de una teletransportación, pero alguien más había llegado gracias a una  teletransportación al Igual que Andrés, fue rafael quien llegado con una barra de metal de un metro de largo.