16.- Mía

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Dormí como hace tiempo no lo hacía, Pedro me está cambiando la vida y eso me da miedo, por eso no había querido fijarme en ningún chico, la mayoría de las veces terminan enamorándote y luego te lastiman el corazón, no sé si podría soportar algo así.

Estoy lista para irme al trabajo, pero tal parece que hoy no será mi día... ya recorrí cada rincón y no encuentro las llaves del bendito auto, siempre las dejo en el mismo sitio y ahora resulta que algún duende las cambió de lugar, para colmo tampoco encontré el duplicado.

Maldigo por lo bajo y cuelgo mi mochila en mis hombros, justo hoy que tengo trabajo pendiente perdí tiempo buscando, tendré que tomar un taxi.

Una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro al salir de casa, junto a la banqueta, Pedro está con las caderas recargadas en el capó de su auto, sus manos están en los bolsillos de su pantalón con la mirada fija al frente.

De pronto voltea y al verme se acerca de inmediato dando grandes zancadas, apenas está frente a mí se inclina para darme un casto beso en los labios y me da los buenos días.

_¿Nos vamos juntos?_ dice mientras toma mi mochila sin esperar mi respuesta y se la cuelga al hombro, asiento y caminamos unos cuantos pasos hasta la puerta del copiloto.

Como las veces anteriores, me ayuda con el cinturón de seguridad y cierra la puerta una vez que ha terminado, deposita mi mochila en el asiento trasero y rodea para subir de su lado. No puedo evitar verlo, cualquier cosa se le ve bien.

Apenas enciende el auto, la estación de radio local que puse anoche se deja oír, creo que se está acostumbrando o resignando a mi estilo de viajar en coche, lo digo pues esta vez no hace su acostumbrada negación mientras ríe.

Suena una canción que me encanta y por más que me contengo, termino cantando por lo bajo y tarareando algunas partes mientras tamborileo los pies.

_Canta para mí_ dice viéndome por un instante y regresa su mirada al frente, mis mejillas arden y no sé qué decir _Anda... te compro un café_ me hace reír con su propuesta.

_Creo que merezco más que un café_ bromeo.

_Bueno..._ piensa un poco antes de contestar _Cerca de la empresa hay un lugar con buena comida_ voltea por un instante hacia mí y mueve rápidamente sus cejas de arriba hacia abajo _Podrías pedir LO QUE QUIERAS_ remarca esas últimas palabras y me sobo la barbilla fingiendo pensar su propuesta.

El resto del camino continuamos de broma en broma, unas veces coreando alguna que otra canción, así que si... me debe una comida.

_Que tengas un bonito día_ dice antes de dejar un beso en mi frente y me hace sonreír. Como adolecente enamorada por primera vez, lo veo perderse por los pasillos mientras doy un largo, largo, largo suspiro.

Apenas me instalo en mi escritorio, Erick cruza la puerta con el móvil en su oído, se acerca y deposita un beso en mi mejilla, continúa su camino hacia su lugar sin dejar de hablar por teléfono.

_Esta mujer me está volviendo loco_ dice a regañadientes extendiendo las manos hacia arriba apenas cuelga, no puedo evitar reír al recordar las veces que lo he descubierto en situaciones comprometedoras.

_Jimena, deberías presentarme a una hermana o alguna amiga que me salve_ dice vacilando.

_Ni mi hermana ni mi amiga te convienen Erick_ respondo de inmediato _Mi hermana está casada y mi mejor amiga está loca_ una sonora carcajada de su parte se deja escuchar.

_Por cierto_ habla tratando de calmar su risa _El Sr. León me habló sobre tu propuesta, dice que el Sr. Gallardo lo aprobó_ sus palabras me emocionan, eso quiere decir que voy a hacerme responsable de algo por primera vez, y lo mejor de todo...voy a ver más seguido al gerente de obra de la empresa, al menos por un buen periodo.

Amor DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora