Soy Casey, la chica con las que todos se quieren acostar en el colegio,pero no soy una trepadora como las demás, así que mi segundo nombre es la chica del corazón de hielo,o inaccesible, tengo 19,la mayor de los hijas de mis padres.Y curso mi último año de secundaria.
Soy algo sociable y amigable, pero tengo un problema, soy anti-idiota ,por eso es que soy inaccesible, porque todos los que me rodean son idiotas excluyendo a mi mejor amiga.
—Te enteraste de la nueva?-dijo Lexa, mi mejor amiga desde que llegué al colegio.
—Qué? -dije.
—Unos chicos malos se van a transferir a nuestro instituto la próxima semana. Me he enterado de que son corredores, y de que son guapos-dijo emocionada.
—Y?.
—Acaso no escuchaste que son guapos y corredores? -dijo.
—Escuché hasta el último suspiro, pero nada de eso me interesa.
—El hecho de que todos aquí sean idiotas, eso no significa que ellos también lo sean.
—Esa es la consecuencia de tener una loca como amiga —le dije.
Me miró sonriendo como boba y por suerte tocaron la campana y todos entramos a nuestro salón.
Lexa estaba como en la Nasa,de verdad me preocupa, espero que los chicos no sean guapos como ella dice,o sino se vuelve loca por completo.
Babea fácilmente por los chicos.Aveces creo que es familia de los zombies, porque enserio se pone lenta cuando tiene a un chico guapo frente a ella.
Durante todo el día tuve que soportar a Lexa y sus comentarios de los nuevos chicos.Así que a la hora de la salida, le dije que iba a la casa de mi abuela, así que se fué con un chico del equipo de fútbol.
Ella y mi abuela no se soportan, pelean todo el tiempo.Pero en realidad le mentí, sólo necesitaba un respiro.
Iba caminando de regreso a casa y unas cuantas motos pasaron a toda velocidad y pude sentir que una se detuvo. No miré hacia atrás, pero la moto me seguía.
—Te llevo?—dijo alguien.
Me detuve y miré la moto,donde había un chico bastante guapo para ser sincera.
—No gracias —le dije.
—No te voy a secuestrar,sube-dijo.
Lo miré y continué caminando.
—Cuál es tu nombre?—dijo y le mostré el dedo del medio.
Aceleró y se fué, gracias a Dios.
Llegué a mi casa y subí a mi cuarto a darme una ducha.
...