24- Debut y despedida.

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HAILEY:
No podía ver a Colton a los ojos después de como se acerco a mi la última vez cuando no había nadie en el salón. Se que no fue para tanto, solo que siguió siendo mi profesor, vaya a saber uno cuantos años mayor. Realmente esto estaba mal. Dios mío. Jamás había hecho nada así, he teñido novios, pero nunca más grandes que yo. Si él se acerca a mi, sería considerado pedofilia y podría ir preso.

Es peligroso, para él y para mi, que si mis padres se enteran me encerraran hasta tener cuarenta años.

Entre a el aula de literatura, ya había bastante gente, tome asiento y esperé a que el profesor Miller apareciera por la puerta. Estaba nerviosa por verlo después del encuentro que tuvimos la última vez. ¿Que hubiera pasado si yo no lo interrumpía? ¿Me hubiera besado?

Escuche la puerta cerrarse y levante mi mirada lentamente concentrándome con esos ojos profundos, él miraba directo hacia mi, pero solo unos segundos, luego siguió su camino, dejó su bolso en el escritorio y volvió a mirarme. ¿Que le sucede?

—Buenos días alumnos— Saludo.

—Buenos días profesor Miller— Respondimos todos al unísono.

Y así continuó la clase, como cualquier otra, sin nada extraño, salvo por las miradas de mi profesor.

Tocó el timbre y yo me pare de mi asiento casi instantáneamente, guarde mis útiles escolares en mi mochila y cuando quise salir Colton me llamo, genial ¡estaba intentando evitarlo!

Me di vuelta con la sonrisa más falsa que pude hacer y lo mire.

—¿Si?—dije continuando con mi sonrisa mega forzada.

—No necesito que finjas esa sonrisa, tu sonrisa natural es mejor y puedes dejarte de formalidades conmigo— me dijo, mis manos comenzaron a sudar sin previo aviso.

Al ver que yo ni siquiera pestañeaba decidió seguir hablando.

—¿Podrías sentarte?—me preguntó.

—La verdad profesor, es que me están esperando mis hermanos para ir a la cafetería—mentí descaradamente.

—Hailey, no trates de engañarme, tu nunca almuerzas con tus hermanos—me dijo, yo abrí mis ojos grandes ¿como sabe eso?

—Está bien, es raro que usted sepa eso, pero ¿que es lo que se le ofrece?— Pregunté para poder terminar con esta agonía e irme de una vez.

—Quiero que me disculpes mi actitud la clase pasada, no fue correcta, fue un error, así que lo siento por haberte hecho pasar un momento incomodo, no había tenido un buen día que digamos—Me dijo jugando con sus dedos nervioso. Entrecerré los ojos, pero luego baje la mirada, la verdad hirió mi orgullo que lo haya llamado "error", pero después de todo era lo correcto.

—Okay—dije incomoda—Voy a ir a almorzar, nos vemos profesor Miller—dije y rápidamente me levanté de un salto de la silla.

Estaba por irme cuando de repente sentí su mano en mi muñeca y lo siguiente fue un fuerte tirón que me dejo en su pecho. Lo mire confundida ¿Acaso no acababa de disculparse por portarse de esta forma la vez anterior? ¿Porque lo hacía otra vez? Es raro.

Mis pensamientos se detuvieron cuando sus labios aterrizaron en los míos. Mierda, mierda mierda y mierda. Mi profesor de literatura me estaba besando, esto está malo, demasiado mal. Estaba en shock con mis ojos demasiado abiertos. Sus ojos se abrieron y mi observaron. Dios mío no se que decir.

—Hailey— me llamo— en realidad no creo que haya sido un error, pero es incorrecto e ilegal. Esto no puede ser— dijo susurrando... no me diga, no lo había pensado. Mi shock seguía hasta ahora, no podía articular palabra.

Sus labios me habían recibido tan cálidamente que necesito volver a sentir esa sensación. Sin pensarlo dos veces mis labios terminan sobre los suyos por segunda vez en el día. Nos besamos hasta quedar sin aire, pero esta vez lo correspondí.

Al separarnos lo mire a sus ojos azules. Esto es peligroso.

—Es una despedida— susurre sobre sus labios. Él sonrió de lado.

—Si lo es— concluyó volviendo a besarme.

Debut y despedida. Dije para mis adentros.

Me despedí de él, Dios, no puedo creer que yo haya hecho todo esto. Bese a mi profesor de Literatura, oh... ¡sí que lo hice! No fue un sueño. Una sonrisa apareció en mis labios mientras caminaba por los pasillos. Bese a mi profesor de literatura, repetía en mi cerebro.

Jamás me creí capaz. Se que mañana me sentiré avergonzada por lo que hice, pero me permito disfrutar mi segundo de libertad. Después de todo esto fue solo una despedida.

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