28- Francisco.

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KATIE:
Estaba sentada en la barra junto a Hailey, que no me quitaba ni un ojo de encima, las demás estaban, no se, dando vueltas por la fiesta, lo único que se con certeza ahora mismo es que nunca había tomado y que tomar todo de golpe fue muy mala idea, empezaba a ver todo dar vueltas.

Me pare de mi taburete y ignorando los gritos de mi hermana camine entre la multitud tambaleandome con mi vestido super corto y celeste, era lindo, pero dejaba muy poco a la imaginación y eso claramente no era mi estilo. Así que no podía negar que por lindo que sea me sentía un poco incomoda.

Durante todo este tiempo Luke, mi enfermero,  ha estado cuidando de mi. Todas las tardes pasaba a ver cómo estaba. Ya nos habíamos hecho como una especie de amigos. Él era demasiado bueno conmigo y estaría agradecida por siempre.

Entes de venir a la fiesta hemos hablado, lo invite, espero que a la dueña de la casa no le moleste. Él todavía no se recibió de enfermero profesional, pero si está estudiando y haciendo sus residencias en el hospital donde me internaron, allí lo conocí. Como decía, él es estudiante y jamás tiene tiempo para fiestas, así que decidí arrastrarlo a una conmigo, sería divertido.

Mande un mensaje a su numero y contesto enseguida, como siempre.

"Estoy aquí" decía su mensaje. Sonreí. "Estoy en la entrada" camine hasta allí.

Y pronto lo vi. Estaba apoyado en una pared con su celular en sus manos. Me acerque lentamente sin que se diera cuenta.

—¡Mike!— Grite en su oído. Si, se que se llamaba Luke, pero cuando desperté en el hospital le dije Mike, desde allí le ha quedado ese nombre.

Él giró aturdido hacia mi y sonrió abrazándome. Su cara se incrustó en mi cuello, como lo hacía siempre.

—Katie, si no recuerdo mal mi nombre es Luke— Dijo fingiendo molestia fingida, como el día que nos conocimos, reí debido a su mala actuación.

—Estás verdaderamente hermosa— dijo mirándome a los ojos. Mis mejillas se enrojecieron— Amo que hagas eso— comentó tomando mis cachete entre sus manos quedando con su cara a centímetros de la mía. Me removí en mi lugar. Miedosa. Me regañó mi cerebro. Eres una miedosa, Katherine.

Sus manos bajaron a mis caderas y Justo en ese momento, un tacón me falló haciéndome caer, pero no llegue a tocar el suelo debido a sos fuertes brazos en mis caderas. Le sonreí en muestra de agradecimiento.

—Me parece que alguien tomó mucho de más— Rio y yo golpee su hombro— ¡Auch!— se quejó exagerando.

Lo abrace, realmente era un increíble amigo para mi, el estuvo conmigo cuando más lo necesite. En medio del tierno abrazo abrí mis ojos y vi que detrás de su espalda estaba Cameron con una chica hablando alegremente de el lado izquierdo de la escalera que daba a los cuartos, de seguro no me había visto.

Mejor para mi que no me viera, Todavía me dolía muchísimo lo que hizo y todavía lo quería mucho, sin embargo no quería hablar con él, ni ahora ni nunca.

Cerré mis ojos y abrace más fuerte a Luke, casi quitándole el aire por completo, pero él dejó que lo hiciera.

CAMERON:
Estaba conversando con Amalia, una chica con la que tuve relaciones, pero realmente no era una conversacion, más bien era un monólogo, ella hablaba sola, sinceramente no me importaba en lo absoluto.

Lo único en lo que pensaba una y otra vez durante todo este tiempo es en tener a Katie en mis brazos. Mierda. Fui un maldito idiota al dejarla ir. Ella era una buena persona y yo la destruí.

En este tiempo me di cuenta de cuanto me había encariñado con ella y que dejó un vacío en mi corazón. La quería demasiado. Pero ya era tarde. Demasiado tarde. Todas las veces que intente acercarme a ella sus hermanas se encargaban de alejarme. Ella ni siquiera debe saber que todo este tiempo no pude hacer otra cosa que buscarla una y otra vez. 

QuintillizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora