Yo, Sara.

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Estaba justamente allí, en lo alto del edificio de Louise Tow.

Sentía como mi corazón latía cada vez más fuerte, mientras unas cuantas lágrimas corrían por mis mejillas, llenas de dolor.
El viento volaba mis cabellos y la luna iluminaba mi cara.
Estaba allí, en el borde del precipicio, en la recta final de mi vida.
Solo tenía que dar dos pasos más, dos simples pasos y acabaría con todo, con el dolor, con los problemas, con el sufrimiento...

Estaba más que dispuesta a hacerlo.
No le temo a la muerte, al contrario la abrazo, forma parte de nuestra vida.

Di un paso. Cuando iba a predisponerme a dar el segundo paso, alguien grito mi nombre...

Antes de llegar a esa parte, quiero contaros cómo empezo todo, como se desmorono mi vida por completo y por qué llegue a ese punto de quitarme la vida.

Todo empezó cuando yo tenia 7 años, mi padre era alcoholico, siempre le veía con un vaso de wisky o de cerveza.
Al cambio mi madre era dulce, cariñosa, cuando me acurrucaba en sus brazos sentía un gran alivio de todo, era como si sus abrazos me llevaran a otro planeta, me sentia segura.
Una noche de invierno, lo recuerdo bien "12 de Diciembre " mi padre se emborracho hasta tal punto que empezo a discutir con mi madre, y fue en ese corto instante en el que por primera vez vi que mi padre le pego una bofetada ami madre. Mi madre me cogió en brazos y salimos corriendo de casa .

Nos paramos a mitad de la calle y mi madre cogió aire. Tenía una pequeña herida debajo del ojo izquierdo.
Comenzo a llorar y a abrazarme, esta vez, sus abrazos no me transmitian paz sino tristeza, una tristeza tan grande que casi podía tocarla.

Después de unas horas volvimos, mi padre estaba dormido. Encima de la mesa había una lata de cerveza y un cigarrillo que todavía hechaba humo.

Así fue a lo largo de los años, ya no eran bofetadas, eran palizas y era sangre.
Veía a mi madre sufrir, llorar...
Pocas veces la he visto sonreir.

En 2013, mi madre encontro trabajo, le pagaban muy poco cantidad para las horas que tenia que hacer
Llego un momento en el que no podíamos pagar ni el alquiler.
Mi padre bebia como siempre.
En un momento le pregunté a mi madre:

-¿Cómo puedes seguir con él mama?

Mi madre me abrazó y me dijo:

-Ya falta poco mi cielo.

Entonces me besó en la frente y nos echamos a dormir las dos.

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⏰ Última actualización: Aug 13, 2017 ⏰

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