Espejismos

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Prólogo.

-Nieve - Observe la ventana la cual se encontraba cubierta por una capa fina de la misma.

-Ya estas despierta Rousse - Aquella voz familiar resonó.

-Si...¿Y _ ? ¿Dónde a ido?- Pregunté de nuevo, sin conocer a quién me refería.

-Él salió, en un momento vuelve...- La mujer sonrió pero yo seguía sin poder reconocer su rostro. Hubo un silencio cuando llamaron a golpes logrando derrumbar la puerta de aquella cabaña donde nos encontrábamos.

-¡Señora, nos han encontrado!- Comentó con agitación aquel hombre con gabardina negra y rostro irreconocible. En su voz se percibía sólo preocupación.

-Su esposo él...él- Lo interrumpió aquella mujer.

-Entiendo. Vamos Rousse ¿Recuerdas el escondite donde jugamos?, quiero que vayas ahí y no salgas por nada del mundo. - A lo lejos se escuchó una explosión que por la intensidad hizo vibrar las ventanas derribando toda la nieve.

-¡Corre, ahora! - Su voz sonaba cada vez más angustiada.

-Pero, no quiero irme - Contesté confundida ante la situación.

-Vamos juguemos, esta vez yo te buscare lo prometo. ¡Corre! - Se cubrió los ojos y comenzó a contar -1..2..3-

Yo hice lo que me pidió, me escondí en aquel lugar. Esperé, no volvió, nunca regreso...¿Dónde estaba?.Todo se comenzó a tornar borroso, yo no entendía lo ocurrido.

-¡Auch!-Desperté de un golpe.

Me encontré en el suelo al costado de mi cama. Esto era ya habitual en mi, aquello...volvió hacer el sueño mas recurrente en estos últimos días; el problema es que solo recordaba cosas vagas, muy pequeñas. La voz de esa mujer a la que llamo constantemente, su sonrisa cálida pero no su rostro, esa ventana y la nieve que cae fuera de ella. Todo es muy confuso pero es parte de mi lo cual ya he aceptado.

Quisiera muchas de las veces pensar que soy una chica normal, con los problemas típicos de una adolescente, donde solo me preocupe por cosas como que me pondré hoy, hablar vagamente de chicos o incluso la tarea...pero nada de esto es así.

-¡Rousse ya levántate! recuerda, hoy es tú último día de vacaciones. Baja a desayunar - Gritó mi madre, seguramente desde la cocina.Mire el reloj y ya eran las 10:00 am.

-En seguida bajo- Respondí.

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