El lazo que nos une

Escribí esto a toda prisa y me duele la cabeza solo de pensar en lo mucho que me ha costado. Aún le faltan unos toquecillos que iré haciendo esta noche, pero de momento quería publicarlo. Allí va mi sueño frustrado de ser escritora de fanfics de AoKaga :'v Okay, dramatizo, no es mi sueño frustrado xD Igual, me gustaría haber escrito algo decente para mis bebés :(

Cuando Kagami Taiga cumplió tres años sus papás le regalaron su primer balón de baloncesto. Kagami lo adoraba, aunque era muy grande y no lo podía lanzar muy alto estaba pegado a él a todas horas. Nunca se despegaba de su balón, incluso dormía con él, era su cosa favorita en el mundo aparte de sus papás. 

Aquel regalo no era casualidad o coincidencia, sus padres se lo habían regalado por una razón muy especial: el tatuaje que el pequeño Taiga llevaba en su espalda baja. Allí, el dulce niño de orbes carmesí tenía marcada sobre su piel una pequeña pelota de basket. Esa marca representaba algo único y especial. Representaba el vínculo con su persona destinada, su alma gemela, la cual llevaba la misma marca en el mismo lugar. Representaba una conexión que iba más allá del mundo físico y más allá de lo que la mente humana puede entender, un vínculo que nunca jamás nadie podría romper.

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Pero solo fue cuando Kagami cumplió los seis años que sus padres le explicaron qué significaba el tatuaje de su espalda. Le contaron como ellos también habían sido elegidos por las estrellas para amarse, lo mágico y hermoso que era aquello.

"¿Mi amor, ves esta pluma que está en mi muñeca?" Taiga siempre había admirado la hermosa pluma dorada con la punta mojada en tinta que sus padres tenían a juego, era muy bonita, así que simplemente asintió ante la pregunta "Esto," le dijo su madre pasando sus dedos suavemente por la pluma de su muñeca "es algo que muy pocas personas tienen: un vínculo con la persona que fue creada especialmente para ti, tu alma gemela. Se dice que está hecho de polvo de estrellas y por eso nada y nadie pueden borrarlo. "

Su mamá escribía libros, libros con muchas letras y muy largos. Él no entendía de qué trataban, ni llamaban su atención, pero sabía que su papá siempre los leía con mucho interés. Una vez cuando preguntó por la pluma le dijeron que estaba allí por esos libros, pero que algún día le explicarían y ahora que lo estaban haciendo el pequeño no entendía.

"Hijo, eres una persona especial, al igual que nosotros" intervino su padre "Debes sentirte afortunado de tener ese pequeño balón en tu espalda y atesorarlo, porque significa algo muy importante para tu alma gemela y para ti. Que tu madre escriba libros fue lo que hizo que nos conociéramos y las estrellas han decidido marcarlo con esta pluma" 

Seguía sin entender del todo, pero tampoco le interesaba. Taiga estaba feliz de que su mami y su papi se quisieran, pero no necesitaba otra cosa que no fuera a su hermano Tatsuya y el baloncesto. Tatsuya no era su hermano de sangre, pero fue quien lo ayudó a llevarse mejor con los otros niños y siempre estaba allí para él, incluso le había enseñado a jugar mejor. Así que había decidido que no necesitaba un alma gemela, como sus papás lo habían llamado, si tenía a Tatsuya.

"Yo no quiero algo así" se veía increíblemente serio para un niño de seis años, con su ceño fruncido y sus pequeños puños apretados con decisión "Le diré a mi alma gemela que yo no quiero que lo seamos" 

Cuando lo mencionó se enfadaron mucho con él y le dijeron que era muy joven para entender, por lo cual a partir de ese momento no volvió a decir nada del tema.

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Para el aburrimiento del pelirrojo conforme fue creciendo todos los demás niños de su edad fueron cobrando interés por el tema de las almas gemelas. Cuando entró a secundaria aquellos que llevaban marcada alguna parte del cuerpo eran los más adorados y admirados; todo el mundo les preguntaba a todas horas que cómo se sentían, que sí ya habían encontrado a su otra mitad, que si dolía e infinidad de otras preguntas estúpidas. Por esa misma razón Kagami guardó como secreto la pequeña pelota de baloncesto tatuada en contra de su voluntad en su cuerpo, rogándole a Tatsuya que no le dijera a nadie.