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— Mmm...eso le queda bien. — murmuré ido, mientras me recostaba más en la ventana — ¿Pero qué digo? ¡Todo le queda bien!

— ¡Tae, cariño! — un gritó resonó en la casa, sonbresaltándome — ¡Baja a cenar! — llamó mamá otra vez desde abajo.

— ¡Ya voy! — grité en respuesta poniéndome de pie. Para luego voltearme coquetamente hacia la ventana. — Nos vemos luego, mi amor. — dije tirándole un beso a la nada y aún así emocionado, luego cerré las cortinas.

Bien, tal vez suene extraño o raro, muy bizarro también ¿Espiar a tu vecino por la ventana? Suena mal, y está mal. Pero de alguna manera quiero excusarme, soy un adolescente, claramente hormonal, y tengo un crush en mi vecino.

Pero verán, no soy tan raro, o eso quiero creer. Solo hago eso, verlo, nada más; no voy por la vida juntando sus curitas usadas o su basura como las personas en las películas, solo lo observo.

Y está bien, tal vez sí sea un poco extraño, pero vamos; mi crush es Jung Hoseok, tengo derecho apreciar a ese chico. Todos deberían admirar más a Hoseok.

Además, no es como si nunca habláramos y seamos desconocidos, después de todo mi hermano y él son mejores amigos. Eso me hace de alguna manera ser parte de su vida, y me emociona un poco.

Bajé las escaleras y me dirigí al comedor viendo a mamá y Namjoon con la comida ya servida, así que me apresuré a tomar asiento.

— Buen provecho.— dije alegre, tomando mis cubiertos y sirviéndome, ya luego llevándome un bocado a la boca, disfrutando del delicioso sabor. Al fin y al cabo Nam no cocinaba nada mal.

Mientras estaba distraído charlando con mamá siento una mirada persistente sobre mí; me volteé y me encontré con los pesados ojos de Namjoon, quién me veía fijamente con una sonrisa que marcaba sus hoyuelos. El muy desgraciado se burlaba en silencio y yo no tenía idea de qué, por lo tanto me puse a pensar el las mil y un cosas que pude haber hecho.

Después de unos minutos sin nada, lo miré con duda, claramente confundido; el sólo rió entre silencio, poniéndome impaciente, así que solo lo golpeé por debajo de la mesa, ya que él estaba sentado frente a mí. Obviamente me devolvió la patada.

Luego de una intensa guerra de quién le rompía la pierna al otro primero, la única mujer de la casa bufó fuertemente, acompañado de un suave golpe sobre la mesa. Alarmados por ser atrapados, aunque fuéramos muy obvios, la miramos sorprendidos rápidamente.

— Ustedes dos.— nos apunto, viéndonos desafiante, probablemente ya harta. — Dejen de estarse pateando y díganme qué les ocurre. — no era una amenaza, pero sonaba como si fuera una.

Me encogí en mí propio lugar, igual de confundido miré a Nam tratando de buscar una respuesta, pero la sonrisa siniestra que tenía no me aliviaba mucho que digamos.

— Nada...solo que Tae anda un poco idiota, nada fuera de la normal. — dijo encogiéndose de hombros tranquilo, pero yo sé que por dentro se está regocijado. — Tal vez, no sé, ande detrás de alguien.

Aquí vamos de nuevo ¿Acaso disfrutaba de verme entrar en pánico? ¿Era un tipo de fetiche o algo así?

Bajé la mirada con las mejillas ardiendo, mientras mi dedo índice rascaba mi pantalón, quería correr y encerrarme en mí habitación hasta mañana.

— Cariño, que no te dé vergüenza. Está bien y es sano estar enamorado a tu edad.— mamá trató de calmarme con una sonrisa, de esas que sólo ella sabe dar y de alguna forma me dió un poco de estabilidad  mental. — ¿Y quién es la afortunada?—  preguntó tomándome de las manos.

Window •HopeV•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora