Capitulo único

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Me despierto repentinamente y sin razón alguna, examino el bus en el que me encuentro, con destino a la oculta ciudad de Pinewoods en el estado de California.

La película que se reproducía desde hace quien sabe cuánto tiempo ahora es solo una pantalla negra con créditos, en pausa. Supongo fue Alex, mi mejor amigo el que la pausó.

Al levantar la cabeza del hombro de mi mejor amigo siento un entumecedor dolor en el cuello debido a la mala posición en la que dormí, asomo mi cabeza por el pasillo y escucho al bus casi sin sonidos excepto por el rítmico tic-tac que producen los más lujosos relojes que para lo que menos son usados es ver la hora.

Vuelvo a posicionarme para aligerar un poco el dolor, le doy un golpe a Alex para que despierte y me haga compañía en esta madrugada, con una cara somnoliento me ve fijamente a los ojos hasta reconocerme.

-Buenos...um, ¿Qué hora es, Saúl? -pronuncia en voz rasposa propia de alguien que se acaba de despertar.

-Son las 2:43 a.m., aun es bastante temprano.

-Entonces buenas madrugadas-dice con un tono confundido, pero con aires divertidos.

Hasta estar hablando con Alex me doy cuenta del repiqueteo de cientos de gotas cayendo contra el techo del bus, está lloviendo.

-Alex, ¿Tú qué piensas sobre la lluvia? -'pregunto

-En realidad no lo sé, supongo que mi perspectiva respecto a ella cambia dependiendo de la emoción que tenga en ese momento o en lo que esté pensando.

-Interesante-no me pareció interesante en lo absoluto.

En lo personal la lluvia me parece una forma más de expresión de la naturaleza misma, la lluvia siempre está ahí solo que de una manera diferente que produce que no la apreciemos igual o como podría ser en su forma más pura.

- ¿En qué piensas Saúl? -me pregunta Alex.

-Nada en específico- le respondo con simpleza.

-De acuerdo...¿sabes?, estoy realmente emocionado por poder volver a ver a Ashley, hace ya dos meses que no la veo a causa de lo pesada que estuvo la escuela, llena de proyectos, pruebas y demás. Suelo hablar con ella por celular pero no sé, últimamente está siendo más distante, creo que es debido a que me extraña y necesita de mí-esto lo dice en un tono completamente ajeno, sé que Alex y Ashley han sido muy comprometidos a su relación, pero juro nunca haber visto a Alex tan enamorado por alguien.

-Supongo que para compensar tus meses de ausencia le compraste algo extravagante e innecesario-pregunto con ironía por que definitivamente se la respuesta.

- ¡Sí!, le compre un gran pandicornio, el cual es la combinación de un panda y un unicornio, sus chocolates favoritos y una romántica carta de amor-exclama emocionado.

Dejando el tema de Ashley, el cual en sí no me molesta, solo me reservo mis comentarios hacia la relación que ella y Alex mantengan.

Vuelvo a pensar en lo que me ha robado la atención desde antes de subirme en este bus, tengo que bajarme en dos horas, en la entrada del pueblo de Ukah, donde me recibirán mis abuelos paternos, los cuales solo recuerdo en mi fiesta de siete años, eso significa que llevo una década entera sin verlos. Alex ya lo sabe, aunque él también sabe que cuando termine esta semana me podré reunir con él y mis demás amigos allá en Pinewoods, con este pensamiento me duermo un instante.

De nuevo soy despertado, sin embargo, solo cambió que los primeros rayos de Sol están empezando a aparecer y el hecho del golpe que Alex acaba de marcar en mi antebrazo en un intento de despertarme, veo por la ventanilla que se encuentra a la par de Alex y veo un viejo letrero de madera con el encriptado de "Bienvenidos al pueblo de Ukah", mi parada se acerca.

Buen viaje,amigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora