Parte única

162 17 11
                                    

Fic para la actividad de la página Alabado sea Ichimatsu Uke - Bottom

AU Casino (OsoIchi)

Los personajes no me pertenecen, esta historia en sólo para entretener y sin fines de lucro.

XXXXXXXXXX

Otro día en el que debo levantarme y arrastrarme hasta ese estúpido lugar, maldito Mierdamatsu ojala se muriera, tal vez así podría liberarme de mi condena...

Me era inevitable tener aquellos pensamientos mientras me encaminaba a mi trabajo en aquel casino, cada paso era una tortura para mi perezoso ser.

Al tocar en la puerta gris del lugar no tardó en darme el paso un hombre fornido, no importa cuanto lo intente no recuerdo su nombre, aunque realmente no importa.

Me dirigí a los vestidores y comencé a cambiar mi cómoda ropa por aquel ridículo uniforme, un pantalón morado con unas pequeñas aberturas en formo de rombo, camisa blanca, chaleco negro, corbata negra con rombos morados y una especie de capa que para variar también era morada y como decoración final un pequeño sombrero negro con plumas y dados encima... vaya que el idiota de mi jefe tenía un gusto extraño, finalice mi transformación dibujando una pica* morada en mi mejilla derecha, una marca de propiedad, como si fuese un animal en un matadero... esa era una buena frase, debía recordar anotarla más tarde.

Con la indiferencia que acostumbro ignore a cuanta persona había alrededor, llegue hasta mí puesto detrás de una gran mesa y espere a que comenzaran a llegar los clientes.

Han abierto... que fastidio.

Con un suspiro de resignación me prepare para comenzar con mi trabajo. Yo era un crupier* más en ese casino, con una especie de contrato en el que apenas y recibía una mísera de paga ya que la mayor parte de mi salario era para cubrir la deuda que tenía en aquel lugar. Que idiota fui en ese entonces, seducido por la emoción de las apuestas termine jugando con lo que no tenía, endeudándome cada vez más y más; ahora, era esclavo en este maldito lugar. Pensé en escapar tantas veces, pero una basura como yo no tenía un lugar a donde ir, además, no podía abandonar a los gatos del callejón que dependían de mí para tener algo de comida y cuidados. Llego un punto de mi vida en el que simplemente me acostumbre a esta vida, conformándome a seguir día a día con esta maldita rutina hasta que con suerte muriera en el camino.

- No va más – indique con cierta pereza.

Repetía las frases que había aprendido poco a poco, mientras ellos miraban sus cartas yo los observaba a ellos; una mujer de cabello castaño largo y vestido blanco entallado moviendo su copa mientras sonreía ampliamente, su maquillaje tan remarcado era absurdo; un sujeto de traje negro, cabello oscuro peinado hacia atrás con lo que yo diría fue necesario mucho gel, este a diferencia de la primera no parecía contento con la mano que le había tocado; un tipo obeso de camisa blanca y medio calvo parecía estar en la peor posición, el pobre diablo a este paso quedaría tan endeudado como yo; por último, un sujeto joven, o al menos eso estaba adivinando ya que un sombrero negro cubría la mitad de su rostro por lo que realmente solo podía ver su gran sonrisa, vestía una camisa roja y una corbata negra.

Personas iban y venían, siempre eran rostros diferentes que no reparaban en mi existencia, aunque eso no importaba ¿Cierto? Después de todo no necesitaba a nadie.

- ¿Cuál es tu nombre? –

La pregunta me tomo por sorpresa, de algún modo había sentido que aquellas palabras habían sido dirigidas a mí por lo que en reflejo levante la vista en busca de quien había hablado; rápidamente pase la vista por todos los jugadores deteniéndome en el tipo del sombrero, este había levantado el rostro permitiéndome observarlo con mayor detenimiento; esa gran sonrisa era parte de una mueca divertida, sus ojos parecían ser de un tono marrón, casi rojizos, con un curioso brillo en ellos.

RutinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora