Callar por él

Una vez más me encontraba mirando a mi vecino. Tiene sus ventajas el que nuestras ventanas queden una frente a la otra pero también tiene esa pequeña desventaja que para mi es algo muy grande. Casi todas las noches lo veo pero debo callar. Si digo algo, su vida perfecta se arruinará y eso es algo que no quiero. No quiero ver como la vida Kim Jinwoo se hace pedazos por ese detalle que oculta.

Mi nombre es Song Minho, un chico normal coreano que ed algo más oscuro de piel que la mayoría de los de este país y que nunca se ha pintado el cabello, por mas irreal que suene al vivir en este lugar en el que todos desean imitar a sus idols. El chico que es vecino del chico más perfecto del planeta pero ese perfecto vecino tiene novio, y ese es su secreto. Para que se entienda un poco creo que tendría que comenzar desde el principio. ¿No es así?

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Todo comenzó cuando me mudé a este lugar. Mi padre había conseguido un ascenso en el trabajo lo que significaba también su transferencia al edificio principal de la compañía. Es así como lo conocí. Yo tenía quince años y el tenía dieciséis. Recuerdo que estaba entrando a la nueva casa con una de las cajas de la mudanza cuando justo los vecinos llegaron de lo que parecía ser, un día de playa. Recuerdo que pensé que era extraño que estuvieran volviendo de la playa a esa hora ya que era temprano, y bastante. Si no mal recuerdo no pasaba de las ocho de la mañana. Y entonces lo vi bajar del auto, tan hermoso. En ese tiempo él llevaba el cabello teñido de rosa. Puede ser algo afeminado pero, ¿que importa? En él ese color se veía perfecto. Recuerdo incluso como iba vestido. Un pantalón corto hasta las rodillas de color negro, una camisa de mangas cortas del mismo color y unas chanclas de playa blancas. Recuerdo que me detuve para mirar mejor y en ese momento el giro a ver, supongo que para saber quien se mudaba a la casa de al lado. Cuando me miró, sonrió y me saludó con la mano. Luego miró a una mujer, la cual supuse era su madre, y le dijo algo que por la distancia yo no logré escuchar. El entró a la casa con su madre y padre y yo seguí entrando y saliendo de la casa para meter las cajas en el lugar. Como es lógico, luego de meter la cajas junto con mi madre y padre, comencé a acomodar las cosas. Nos tomó todo el día y tarde pero logramos dejar todo en orden. Ahora tenía planeado dormir hasta el día siguiente hasta levantarme por mi mismo, sin alarmas. Total, era verano y papá igual estaba de vacaciones. Estoy seguro de que él y mamá harían lo mismo que yo.

Y entonces, pasó. Había subido a mi habitación para buscar ropa y ducharme y entonces lo vi. Había mirado hacia mi ventana a ver la vista, ya que por la prisa de acomodar todo no la había visto, y ahí estaba mi vecino de cabello rosa. Al parecer buscaba algo en el suelo de su habitación y cuando alzó su mirada me vio. Recuerdo que sonrió y me saludó de nuevo. Luego simplemente se giró y salió corriendo. No entendí esa acción hasta que un minuto después la puerta de la casa fue tocada. Como todo un adolescente curioso bajé para saber que pasaba y ahí estaba él de nuevo junto con su madre y padre.

-¡Hola! Soy Kim Hansung, esta es mi esposa Kim Nora y mi hijo Kim Jinwoo. Cuando llegamos notamos que había mudanza en esta casa y queríamos pasar a darles la bienvenida. Bueno, más bien este chico quería. -había señalado a su hijo que le miraba con una gran sonrisa.

-Mucho gusto. Yo soy Song Changmin, esta es mi esposa Song Haneul y este mi hijo Song Minho. Espero que podamos ser buenos vecinos.

-Creo que lo seremos. Y cuidado que mi hijo no secuestre al suyo. En esta calle no hay chicos de la edad de Jinwoo y desde que llegamos de la casa de playa mi hijo no puede dejar de hablar de que los nuevos vecino tienen un hijo que parece de su edad. -casa de playa. Eso explicó el llegar tan temprano de la playa.

-Pues si parecen de la misma edad. -afirma mi padre sonriendo. -Minho tiene quince años.

-¡Yo tengo dieciséis! -había contestado entusiasmado y luego se quedó quieto en su lugar algo avergonzado al notar que lo había gritado.