La fiesta continua y después de cuatro tequilas, me olvide de los pleitos con Maximino y estoy bailando salsa o algo así con Max, para ser la primera vez que bailo, no lo estoy haciendo mal, tengo ritmo, pero aun así estoy lejos de estar a su nivel, no porque sea el mejor bailarín, sino porque al verle confirmo que nada le avergüenza, mueve sus brazos con desdén al ritmo de sus pies, salta, grita y sonríe como si nadie lo estuviese viendo, pero yo y mi dignidad estamos recibiendo todas las miradas, trato de ignorarlas, pero aun no tengo ese poder así que decido parar y tomar un descanso, me disculpo diciendo que tengo sed y camino rumbo a la barra.
No tengo planes de regresar, los tequilas han perdido su poder en mí y decido beber solo agua para evitar hacer el ridículo de nuevo, observo las risas y las pláticas que me rodean y trato de descifrar cuales son reales y cuales falsas, siempre me ha gustado observar el comportamiento de las personas y perderme en el estudio de la condición humana y así estaba perdida hasta que apareció.
- Es de mala educación dejar a las personas en media pista. – dijo gritando en mi oído.
- También lo es gritar, puedo escucharte perfectamente.
- Te hace falta más tequila, sobria eres menos tolerable.
- Y tu más idiota – dije sonriendo, sin saber porque demonios sonreía.
- No vuelas a sonreír así, haces que te odie menos y eso no es bueno – dijo burlón.
- Yo sonrió como quiero – respondí.
- Vale, tu vida, tu problema.
- Exacto, por fin nos estamos entendiendo.
- No me gusta entender, yo solo vivo – dijo mirando al cielo.
- ¿Solo tomaste tequila? - pregunte, lo que decía no era normal.
- Sí, pero comúnmente después de las tres de la mañana me pongo filósofo.
- Ah, ya entiendo – este tipo estaba loco - la fiesta está por terminar, iré a buscar a Fernanda, un gusto Maximiano – en ese momento jalo de mi brazo y me hizo volver la cabeza.
- Lo mismo digo – dijo en mí oído al tiempo que me soltaba y pegaba en mi mano un post con su teléfono – espero tu llamada – dijo seguro y se alejó.
- Espera sentado – respondí y me fui en búsqueda de Fernanda.
Busque a mi rommie quince minutos, en cada casita, en los baños y en cada bendito metro cuadrado y jamás apareció, eran cerca de las cuatro de la mañana y la gente era poca, pero aun así no logre dar con ella, entre el enojo y la desesperación llame a la única persona que conocía en esa fiesta...
Contesto al primer timbre y aun en el teléfono podía ver su cara de triunfo por hacer que me tragara mis palabras.
- Nunca digas nunca, Alex.
- Ja-ja-ja, ¿Sabes algo de Fernanda?, no el encuentro por ningún lado y no tengo su teléfono, ¿podrías ayudarme con eso?
- Tengo su número, pero dudo que conteste, su exnovio regreso y ella tenía meses esperándolo, se fue con él, ¿Puedo ayudarte en algo más?
- ¿Conoces la dirección de Fernanda?, no sé cómo demonios llegar.
- ¿Dónde estás?
- En la Fiesta Maximiano, ¿Dónde voy a estar?
- Si yo fuese tú, cambiaría de actitud, soy tu salvación.
- Púdrete.
- Estoy ahí en cinco, bye – dijo a la bocina y colgó.
Era un idiota, pero tenía razón era la única persona que podía ayudarme. Fernanda iba a escucharme, ¿cómo puede dejarme tirada en una fiesta llena de desconocidos, en la ciudad más grande del mundo, a las cuatro de la mañana?
- ¡Llegue! - anuncio el idiota en cuestión - no tienes que agradecer ni nada, te ayudaré con una condición.
- ¿Es enserio? – pregunte incrédula – creí que eras una buena persona, idiota, pero buena persona.
- ¿Tienes más opción? – dijo celebrando el triunfo.
- No – dije resignada - ¿qué tengo que hacer?
- Te cuento cuando lleguemos a tu casa, ¡Vamos!
En ese momento agradecí no haber llevado tacones, su paso era largo y yo apenas podía seguirlo, al salir del jardín estaba su Volkswagen blanco al cual tuve que saludar refiriéndome al el como "Palomino" antes de subir, me sentí como una tonta ante sus burlas y opte por no volver a dirigirle la palabra en lo que fuese de camino, después de 10 minutos en absoluto silencio hablo:
- No soy una mala persona, no voy a pedirte nada a cambio por llevarte a casa, sí, soy un poco insufrible a veces, pero debes reconocer que tú tampoco eres fácil, no te callas nunca y siempre quieres tener la razón, tienes aires de superioridad y estas medio loca, pero dejando eso aparte tus infiernos se parecen a los míos y eso no es fácil de encontrar.
Después de eso callo y me dejo en silencio, era la crítica más romántica que había escuchado nunca, no sabía que decir, ni que hacer y a lo lejos ya podía ver el departamento, pero no quería llegar, quería permanecer ahí, cerca y escuchar sus comentarios sarcásticos e inteligentes. Estaciono su "palomino" justo enfrente y para mi sorpresa corrió a abrir mi puerta, baje tratando de entender que estaba pasando conmigo, me acompaño hasta la puerta, y justo ahí donde se suponía que debía decirle adiós, lo abrase tan fuerte como pude. En mi ciudad seguramente mi mamá hubiese estado esperando en la puerta y mi vecina ya habría notado hasta las placas del auto, pero aquí era sólo yo, solo Alex, sin pasado, sin miedos, sin futuro. Y aun con lo diminuta que podía ser con mi vestido liso y el cabello despeinado entre veinte millones de habitantes, puedo jurar que entre sus brazos largos tatuados por primera vez en mi existencia era infinita.
YOU ARE READING
2000 Formas
Teen FictionAlex cree ser feliz, con un futuro prometedor y una sonrisa grande anda por la vida con tal desdén que pareciere conocer con certeza lo que viene mañana, su abrumadora personalidad le ha abierto cientos de puertas, pero desconoce aún que la vida est...