Suave.
Fría.
Desgastada.
Poco sucia.
Polvo y ácaros fundiéndose a su estructura.
Casualmente abandonada.
Tan deplorable, antihigiénica, insoportable; tan él.
Así se siente la prenda que Sehun ha dejado olvidada en el fondo del armario.
Olvidada en el fondo de su pecho.
• | Ahora estoy solo, siendo abandonado | •
El silencio sepulcral resuena a su alrededor, justo en sus oídos, directamente en sus poros; en su piel. Banalmente siente la suave caricia de la obscuridad de forma delicada, fría, tan seductora y atrayente para su alma, la cual seguramente está rondando en algún punto muerto de la habitación.
Lo asqueroso del sucio tacto de las sombras le abruma, le enferma, le arde en el fondo de sus huesos: tan inconsciente.
• | Solo las sombras me acompañan, repitiéndome todas las cosas que no soporto escuchar | •
La sucia prenda amarillenta que yace entre sus dedos enciende sensores que envían mínimas descargas eléctricas por todo su sistema nervioso.
En un acto desesperadamente infantil la aferra fuertemente a su nariz, queriendo intoxicarse por el olor; queriendo tomar de forma desesperada el último rastro que queda de él.
Restriega su cara en la prenda, intentando retener de forma obscena los recuerdos, los momentos, las vidas que ha dejado partir por la puerta. Quizás al aferrar tanto aquel pedazo de tela a su rostro haga que él regrese, aunque sea en un recuerdo, en una imagen o en un golpe físico; y si tiene mucha suerte, quizás le asfixie y le deje sin vida, sin dolor, sin tormento, sin recuerdos, sin culpabilidad; sin rencor a su persona.
El nudo en su estómago no cesa. Siente el retorcer de los intestinos aplastando la poca comida que ingirió la noche anterior. El fome resto de la comida enlatada mezclándose con alcohol hacen una extraña fermentación con resultado agrio.
Su esófago quema, con una mueca en el rostro despega su mano derecha del pedazo de tela y toquetea de forma fuerte su garganta. Está confundido sobre el ardor, podría ser todo y nada.
Quizás no prestó la debida atención y eligió una marca equivocada de cigarrillos, quizás es su bilis subiendo por el tubo rosado, arrastrándose en un intento desesperado por salir de su interior. Quizás es la culpa transformada en malestar, recordando que sus errores se materializaron y estarán ahí hasta el final de sus días.
Yixing traga duro, aferrándose tanto a las palabras que no pudo decir, aquellas que nunca se fueron nada más que tétricos pensares.
Sus vagos murmullos resuenan con eco en toda la habitación, vaciando su corazón y desapareciendo de su mundo empapados del alcohol derramado en la alfombra y subiendo a las estrellas etéreamente junto con el humo del cigarro olvidado que pierde vida justo en la esquina de una ventana.
Es asquerosa su imagen y mucho más su persona. Sus piernas han dejado de sentirse desde hacía un buen rato, inconscientemente había llevado su cuerpo a la habitación más obscura: La suya.
Sin color, sin alma, sin esencia había transportado su cuerpo de manera robótica a aquel lugar, al único en donde podría tomar vagamente las escenas que ahora no serán más que imperceptibles lagunas de felicidad en su presente y futuro.
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独角戏 (Dújiǎoxì) [SeXing]
FanfictionSuave. Fría. Desgastada. Poco sucia. Polvo y ácaros fundiéndose a su estructura. Casualmente abandonada. Tan deplorable, antihigiénica, insoportable; tan él. Así se siente la prenda que Sehun ha dejado olvidada en el fondo del armario. Abandonada en...