15º El nuevo Darcy
Las palabras de su primo resonaron en su cabeza, dejándolo completamente paralizado. Estaba preparado para todo, excepto para esa noticia, pese a estar esperándola con entusiasmo.
Al ver su falta de reacción, el coronel lo cogió del brazo y lo llevó a uno de los sillones que había libre junto a las damas, entregándole una copa de brandy.
-¿Te encuentras bien, hermano?- Preguntó una Georgiana sorprendida, incapaz de recordarlo en ese estado.
-Si…- Titubeó con dificultad- Es solo que no lo esperaba aún.
-Bueno primo, sabías que podía suceder en cualquier momento, por eso estoy yo aquí.
-Sí, lo sé- Dijo con lentitud- Pero aun así, me ha cogido por sorpresa.
-¡Pues reaccione de una vez!- Le inquirió Kitty- ¡Se trata de su esposa y su hijo!
El señor Darcy miró a su cuñada a los ojos, pudiendo observar claramente la preocupación que en ellos se asomaba. Además sabía que tenía que hacerlo pero, pese a llevar ansiando ese momento desde que había sido conocedor de la noticia del embarazo de Elizabeth, en esos instantes se sentía bloqueado por completo.
Su falta de reacción molestó sobremanera a la joven señorita Bennet, así que, ignorando el dolor de su tobillo lastimado, se levantó, caminando hasta el dueño de la casa. Al llegar a su altura, y pese al gran respeto que siempre había sentido por él, no dudó en agarrarlo por los hombros e intentar agitarlo.
-Siempre actúa racionalmente y nunca le he visto que ningún obstáculo le impidiese hacer lo que creía correcto. He admirado la forma en que protege y quiere a su familia. Ha sabido consolar a mi hermana incluso en los momentos más difíciles. Pero ahora…- Kitty se frotó los ojos intentando aguantar las lágrimas- Después de lo ocurrido con Jane, cuando su esposa lo necesita tanto, ¿va a dejar que sienta que no se preocupa por ella ni por su propio hijo? Dios no quiera que ocurra algo parecido a lo ocurrido hace unos meses, porque le aseguro que jamás se lo perdonaría.
Las palabras de la muchacha fueron lo que lo impulsaron a moverse. De inmediato, el caballero se levantó y abrazó a su joven cuñada, intentando que las lágrimas que se asomaban por sus ojos, y que habían aparecido al pensar en la posibilidad de perder a Lizzy, no terminaran de salir.
-Lo lamento mucho, Catherine, y tienes toda la razón- Se disculpó de corazón- Por muy asustado que esté ante este maravilloso acontecimiento, es mi familia la que está arriba y me necesita- Sus palabras estaban llenas de sentimiento- No volverá a suceder, te lo prometo- Le dedicó una leve sonrisa y se encaminó hacia la puerta.
-¿A dónde vas, primo?- Preguntó el coronel, impactado por la escena presenciada.
-Arriba, con mi esposa.
-El doctor no te dejará entrar- Le aseguró Georgiana.
-Es probable, pero al menos lo intentaré. Y así Elizabeth al menos sabrá que estoy con ella, aunque sea al otro lado de la puerta. Y sin más que decir, Darcy salió directo al piso superior.
Los demás se quedaron inmóviles durante unos segundos, sobrecogidos por la situación. Continuaron así hasta que habló el coronel.
-Señorita Bennet, no es bueno para su tobillo que permanezca en pie- Le tendió el brazo- Por favor, permítame ayudarla a volver a su asiento.
-Gracias- Dijo sonrojada, siendo en esos instantes consciente de la escena que había protagonizado. Disculpen mi arranque de furia- continuó aceptando el brazo del caballero.
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A pesar de todo, te quiero
FanfictionContinuación de la historia a partir de la boda de Darcy y Elizabeth.