17º La visita de los Bingley

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17º La visita de los Bingley

La llegada de los Bingley puso un poco tensa a Elizabeth. Por un lado estaba emocionada y feliz de ver a su cuñado y a su sobrina, pues después de todo, no los había visto desde el funeral de Jane y el bautizo de la pequeña. Pero el tener a Caroline en la casa tras lo sucedido durante su estadía en Netherfield, cuando había perdido la voz, hacía que se sintiera algo vulnerable.

Para su suerte, cuando vio a Lady Catherine se olvidó de ella durante un rato. Tan solo se volvió a centrar en su persona cuando reclamó a su hijo para poder amamantarlo.

-¿Es que acaso no tiene una nodriza que se encargue de ese trabajo?- Le preguntó totalmente asombrada de que aun pudiera sorprenderla por su total falta de decoro.

-Por supuesto que no- Respondió Lizzy con rotundidad- Alimentar a mi hijo no es ningún trabajo, es más, disfruto de ello y no lo cambiaría por nada.

-¿Y el señor Darcy no ha puesto ningún impedimento ante eso? No creo que ni a él ni a nadie le parezca correcto que su esposa deje sus obligaciones para algo así.

-Mi esposo respeta y acepta mi decisión, así que si él no ha dicho nada al respecto, creo que ni usted ni nadie tengan nada que comentar.- Lizzy lo dijo con tal severidad en su voz, que hizo callar a Caroline de inmediato- Ahora, si me disculpan, mi hijo me necesita.

Sin decir más, la dueña de la casa salió de la estancia, dejando a las jóvenes señoritas Darcy y Bennet bastante sorprendidas por aquella discusión, al señor Bingley incómodo por las libertades que se tomaba su hermana para criticar a los demás, y a Lady Catherine riendo disimuladamente por la fogosidad de la joven señora Darcy a la hora de defender sus ideas y creencias.

-No puedo creer que el señor Darcy esté de acuerdo con esa decisión. Eso está fuera de lugar y no es propio de gente de nuestra clase- Soltó incrédula ante la extravagante idea y dejando claro que Elizabeth no estaba incluida en el grupo.

-Y sin embargo, él está de acuerdo con esa decisión- Le aseguró Kitty.

-Estoy segura de que no es así. Seguramente se lo está permitiendo por ser los primeros días- Aseguró ella, convencida de que alguien de su status no permitiría algo así- Verán como en breve vendrá con una nodriza para amamantar al pequeño y hacerse cargo de él.

-La verdad, señorita Bingley, dudo que mi sobrino haga algo para contrariar a su esposa en este menester- Aseguró Lady Catherine, sorprendiendo a todos los presentes- Aunque comparto su opinión de que alguien de su clase debería tener nodriza, sé de buena tinta que la señora Darcy no va a desatender sus obligaciones, pues así me lo han hecho saber, tanto ella como las dos jovencitas aquí presentes- Continuó, señalando a Georgiana y a Kitty- Ahora, si me disculpan, iré a descansar a mis aposentos. Tenía tantas ganas de conocer a William, que no he tenido ocasión de hacerlo.

-La acompaño a su habitación, tía- Se ofreció enseguida la joven señorita Darcy, demostrando que se había tomado muy en serio su papel de anfitriona en los momentos que su cuñada estuviese ocupada. Por tanto, las dos salieron del salón dejando un frío silencio tras de sí.

-¿Puedo coger un rato a Jane?- Pidió Kitty, un poco incómoda ante la perspectiva de quedarse junto a la señorita Bingley- Me gustaría pasar un rato con ella. La he echado mucho de menos.

-Ahora necesita descansar…

-Claro que puedes- Le aseguró Charles, cortando la orden de su hermana- La señorita Evenson te acompañará por si necesitas alguna cosa.

-Muchas gracias- Le contestó la joven con una sonrisa algo tímida.

Kitty cogió a su preciosa sobrina y salió de la estancia seguida de la niñera. En cuanto abandonaron la estancia, Charles miró con reprobación a su hermana, pero esta se hizo la ofendida.

A pesar de todo, te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora