Cuestión de tiempo

                                                                    

Capitulo Único

¿Por qué nos fascinan los sueños? ¿A quien no le gustaría comprender su verdadero significado? ¿Quizás el mensaje personal que encierran?

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Los pasillos tétricos y las paredes oscuras encierran a los más peligrosos magos, que marcaran historia algún día en un libro de magia que alguien se atreva a escribir pero claramente habrá quien reseñe la historia del niño que vivió contra el más grande mago oscuro, también estará aquel  quien cuente el lamentable final de la descendencia Malfoy. El linaje más castro de sangre pura extinguido en la guerra.

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Harry Potter se detiene frente los barrotes de una celda y mira fijamente en su interior. Quien se encontraba hay dentro era Draco Malfoy flaco, demacrado y barbudo irreconocible a simple vista, pero sin  duda Draco Malfoy.

Le sonríe con autosuficiencia como siempre lo ha hecho aún en la situación lamentable y penosa por la que está pasando.

──  He venido ──Articula Harry y el rubio sonríe con desdén y arrogancia.

── Lo he notado Potter ── Segunda desde su sitio poniéndose en pie para acortar la distancia que dividen los barrotes de la celda.

── ¿Qué quieres de mi? ── Pregunta el pelinegro sin altivez. La situación ciertamente le revolvía el estómago. Los nervios lograban llevarlo a ese punto.

── Necesito que le entregues esto ── Estiró la mano mostrándole un pergamino doblado el cual el chico toma y examina con detalle. Lo mira fijamente durante un largo rato deduciendo de que se trataba.

──Prometiste alejarte de ella. Hicimos una promesa.

── Y la he cumplido Potter, ella se casa hoy con tu amigo ── Las palabras eran amargas. Trago en seco e intento hablar nuevamente.

── ¿Que pretendes entonces? Debes dejarla continuar ── Pidió conociendo el pasado que los rodeaba. Conocía el sacrificio que Malfoy había hecho por ponerla a salvó.

  ── Necesito  que sepa que hoy moriré ── Cada palabra resonó en el entorno de la celda. 

Harry lo observo con un nudo en la garganta asintió, entendía que Draco Malfoy necesitaba de cierta forma despedirse de su amiga.

── Confía entonces que se la entregaré ── Dijo sin más antes de perderse de la vista del muchacho quien dejó escapar el aire retenido afrontando su realidad.

── Adiós Granger.── Murmuró antes de volver a sucumbir entre la oscuridad.
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La iglesia era majestuosa la decoración mostraba la delicadeza de quien ama o eso trato de representar la decoradora. Todos los invitados se ponían de pie, al momento de ver a la novia quien entraba en su marcha prenunciar.

Hermione portaba una gran sonrisa en su rostro aunque interiormente en cada paso que daba su corazón parecía estrujarse más, tenia la necesidad de llorar y no sabia precisamente el porque, pero de felicidad no era. 

Siempre soñaba verse al pie de una tumba llorando a un muerto que ella no conocía, otro pasó más y ahí estaba frente a quien en minutos se volvería su esposo, Ronald Weasley.

La majestuosa onírica se enredaba en sus sueños y le mostraba cada noche, cada segundo que sus ojos se cerraban, ese cementerio, esa tumba y ese muerto que ella siempre desprecio.