Capítulo 3

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Serían las doce de la noche y Papyrus apagó la televisión, el hambre llamaba a sus huesos pese a que comer no fuese algo tan vital para un esqueleto, por lo que se levantó de donde estaba echando un vistazo a Ganz, quien parecía adormilado, tal vez por el aburrimiento, de todas formas, Papyrus lo ignoró y se encaminó a la cocina en silencio.

Ganz cabeceó tratando de no dormirse, pero llevaba ya horas sentado sin hacer nada más que escuchar la televisión y ver por la ventana, pensando sobre Undyne y que la llevó a esa situación, y porque Mel lo había dejado solo de golpe, tal vez porque se aburría al no hacer nada.

La casa estaba inundada en un gran silencio ¿Acaso Papyrus llevaba viviendo así durante todo el mes que Ganz no estaba? El silencio no tardó en romperse, escuchándose leves sonidos provinientes de la cocina, dejando en claro que ahí se encontraba Papyrus.

Ganz con duda se levantó del suelo y caminó acercándose a la ventana de al lado de la puerta ¿Habría cambiado mucho Snowdin desde que se fue? La respuesta es no, seguía tan nevado como siempre y los monstruos que pasaban por ahí caminaban con paz, sonrientes mientras hablaban de sus cosas unos con otros, volviendo a sus casas después de un día largo.

Papyrus preparó algo de comer, no era la gran cosa, pero eso le alimentaria lo suficiente para calmar lo que sus huesos pedían y, tras mucho meditarlo, hizo algo también para su hermano, preparando tan solo algo de pan y agua para él, ya que no tenía porque alimentarlo igualmente.

Con paso firme Papyrus fue a dejar la comida suya en la mesa, y luego se acercó a Ganz cerrando la cortina de la ventana y entregándole a mala gana la comida, yéndose seguidamente a sentarse para comer la suya.

Ganz observó el plato y vaso en sus manos, Durante varios segundos para seguido ver a Papyrus, quien ni siquiera lo miraba, concentrándose en su comida propia.

- ... Gracias...- murmuró el esqueleto más bajo sentándose donde estaba, ya que sabia que Papyrus no le dejaría sentarse en la mesa con él.

- No te he dado permiso para hablar- respondió con frialdad.

- Paps... ¿Tú causaste la herida de Undyne, cierto?- se atrevió a preguntar Ganz, a lo que Papyrus le miró dejando de comer.

- Sí, a estas alturas ya debe estar muerta, por el veneno- volvió a responder triunfante.

- Tori la habrá sanado- murmuró, mirando la comida enfrente suyo y alejándola- no tengo hambre

- Ese no es mi problema

Papyrus terminó de comer rápidamente y fue a dejar lo utilizado en la cocina, yéndose seguidamente a su cuarto a dormir, apagando las luces y dejando a Ganz solo entre la oscuridad y el silencio de la casa.

- Mel... ¿Estás ahí?- llamó Ganz, abrazándose a si mismo.

- Aquí estoy- respondió apareciendo al lado de Ganz- oye, deberías ir a dormir tú también, fue un día largo y no quiero mañana aguantar a un Ganz cansado

Ganz sin decirle nada llevó el plato y vaso a la cocina y los dejó, para seguido volver al salón y sentarse en el sofá.

- Oye... ¿Crees que Papyrus aún me quiera como hermano?- preguntó curioso.

- No lo parece mucho... Pero tal vez, ¿Qué importa? Ya has oído, Undyne podría estar muerta, ¿Ella es tú amiga, no? Aunque no entiendo por qué, la muy perra te abandonó a las puertas de la muerte y ahora por su culpa estas aquí

- No podía dejarla tirada ahí afuera... Habría muerto, ya has oído a Papyrus... Le puso veneno

- Ya, y eso nos concierne, ¡a saber que le ha puesto a la comida de antes!- gritó con enfado.

- No me grites... Ya lárgate Mel, quiero dormir- Ganz se acostó en el sofá dándole la espalda a Mel.

- Tsk, como sea, ya me llamarás pidiendo ayuda en algún momento- finalizó, desapareciendo de ahí.

Papyrus en su cama miraba el techo sin lograr conciliar el sueño, no podía dejar de pensar en que estaría haciendo el, según él, inútil de su hermano, y si trataría de escapar o no.

Al llegar el fin de la noche, el Sol no brillaba, puesto que bajo tierra no había Sol, y Papyrus había logrado dormir, al igual que Ganz. El hermano pequeño de los dos se despertó primero, vistiéndose como de costumbre con su traje de la guardia real y bajando al salón, yéndose directamente a la cocina y viendo lo que le dió ayer a Ganz en esta. Con fastidio Papyrus decidió tomarse aquello, ya que no le apetecía preparar nada.

Luego del desayuno el esqueleto fue al salón y observó a su hermano mayor, el cual se encontraba dormido en el sofá abrazándose a si mismo ¿Tal vez había pasado frío? Papyrus desechó esa idea de su mente, los esqueletos no tenían piel, y mucho menos sentían el frío, aunque si era verdad que sus huesos se podían congelar y eso resultaba doloroso, pero no era el caso.

Ganz se movió levemente sacando de sus pensamientos a Papyrus, quien ya llevaba un rato observándole sin darse cuenta, pero aún así no apartó la mirada, tratando de buscar la respuesta a porque Ganz se abrazaba.

- ¿Qué importa? No es mi problema- murmuró Papyrus acercando su mano a Ganz para tirarlo del sofá y así despertarlo.

- ¿Pa...pyrus?- bostezó Ganz, entreabriendo los ojos al haber creído escuchar la voz de su hermano.

Pero Papyrus no estaba, Ganz se frotó las cuencas sentándose en el sofá y miró el salón, vacío, estaba solo, o almenos así lo creía, ya que Papyrus había alcanzado a ir a la cocina nuevamente antes de que él le viera.

- Hoy tengo revisión con la guardia real, por si no lo entiende tu estupido cráneo, significa que hay una evaluación de la forma física en la que se encuentran los guardias, así que mueve tu maldito trasero porque como llegue tarde por ti, te asesinaré- gruñó Papyrus saliendo de la cocina y mirando a Ganz, quien le miraba procesando las palabras.

- ¿Yo... Tengo que ir?- preguntó el esqueleto levantándose.

- No voy a dejarte solo, y no te he dicho que puedas hablar, así que callate- el esqueleto más alto caminó a la puerta y se giró a ver a Ganz que le siguiera.

- Okay... ¿Me has dicho algo al bajar?- preguntó Ganz ignorando la orden de su hermano mientras se acercaba a él.

- No- respondió cortante, saliendo de la casa siendo seguido por Ganz.

Papyrus caminaba primero, no iba con prisa, iba con un paso calmado, aún así, Ganz a la misma velocidad iba dos pasos atrás, debido a la diferencia en la largaria de las piernas de ambos, pero no le molestaba, ya que siempre había sido así y además, eso le permitía ver al rededor, notando que los monstruos se apartaban según Papyrus pasaba, desde luego, estaba claro que Papyrus no era como Undyne, él no se había hecho amigo de los monstruos y su cara de pocos amigos no ayudaba, causando respeto entre los monstruos pero a la vez algo de temor, temor a que fueran los próximos en ser enemigos suyos, pese a que eso no fuera a pasar a menos que hicieran algo que no debían.

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Que pasará en el siguiente capítulo?~ quien sabe.

Jeje, espero hayan disfrutado el capítulo! Y si les gusta la historia pues... Compartidla con otros amantes de este universo(?

Chau chau <3

Pd: este capítulo en realidad lo hice ayer, pero lo publico hoy -w-

Wasted [Fontcest]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora