Jean-Jacques Leroy

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Nadie se animaba a decir algo, era un silencio bastante incómodo. Hasta que el kazajo tuvo que sacar la duda que tenía.

-Yuuri, ¿tuviste algo que ver con Jean?- preguntó el kazajo.

El azcabeche sólo asintió.

-¿Es en serio?- exclamó sorprendido el rubio- Amor, ¿sabías de esto?

-Sí, pero al parecer no entendió el mensaje de dejar a Yuuri- dijo bastante furioso el peliplata.

Yuuri no podía dejar de llorar, el kazajo no sabía que pensar pero la reacción del omega bastaba para él para saber que no era una agradable historia, pero necesitaba saberla.

Se acercó al nipón y lo tomó en brazos, lo sentó entre sus piernas sin soltar su cintura, los rusos estaban igual.

-Yuuri, ¿podrías decirme que sucedió?- dijo el kazajo con una voz demasiado dulce.

La pareja que estaba en el sillón enfrente de ellos sólo escuchaban y observaban tal escena.

-Jean, era mi novio, o al menos es lo que yo creía- comenzó a relatar el azcabeche- estábamos en la preparatoria, me había pedido salir con él pero como era muy popular me pidió que fuera en secreto, ya que sus fans podían hacerme algo y yo accedí.

>Todo iba bien, de vez en cuando salíamos o iba a su casa. Nuestra relación nunca pasó de unos simples besos pues yo no me sentía listo de ir más allá, hasta aquél día. Nos encontrábamos en su casa y él quería tener relaciones pero yo me negué. Él enfureció.

> Quise huir lo antes posible. Le di una patada, tomé mis cosas y traté de salir de ahí. Lo primero que pensé fue en llamar a Viktor para que fuera por mí. Apenas contestó Jean me atrapó e intentó forzarme a estar con él.

El kazajo volvió más fuerte aquel abrazo mientras el nipón comenzaba a sollozar, pero continuo con la historia.

- Afortunadamente, antes de que abusara de mí, Viktor logró llegar, ya que sabía que solía ir a la casa de Jean. Después de eso no supe que pasó ya que me desmayé.

Todos estaban en silencio por varios minutos, hasta que el rubio rompió aquel silencio.

-Amor, ¿qué sucedió?- preguntó el rubio.

-Cuando llegué pude ver a Yuuri en el suelo desmayado y a Leroy encima de él. Corrí hacia él y comencé a golpearlo, paré hasta que quedó inconsciente. Tomé a Yuuri en brazos y lo llevé a casa. No supimos de Leroy después, hasta hoy.- dijo el mayor.

-Yo sí- dijo el pelinegro sorprendiendo a todos.

-¿Por qué no me dijiste nada?- recriminó el ruso mayor

-Porque no hablamos, lo vi un día con una omega muy linda, lo único que supe por aquella conversación es que se pensaban casar después de terminar la preparatoria.- dijo el nipón- Fue ahí donde supe que jamás fui algo para él.

El kazajo que en ningún momento había hablado ni soltado el agarre decidió hablar por primera vez.

-Chicos, ¿podría hablar con Yuuri a solas unos minutos?

-Claro- dijeron ambos- saldremos por algo de comer para todos, ya es tarde- dijo el mayor y salieron del departamento.

-¿Otabek?- preguntó confundido el omega.

-Yuuri, ¿quieres ser mi omega?

El japones simplemente no supo que decir.

Eres mi omega, ¿o no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora