No hay muchos hospitales en Abbeydayle. En realidad, creo que sólo hay 2. Tenemos suerte de siquiera tener doctores en este pueblo tan pequeño.
Le inventé una excusa a Jess para poderme ir; no quería que ella se preocupara por nada, y aún así ella me dijo que regresaría a la casa con una amiga.
El corazón me corría a mil millas por horas y me sentía muy poco concentrado. Tal vez ni siquiera debí haber estado manejando en el estado que estaba. Mejor dicho, no debí haber estado manejando de ninguna manera—ni siquiera tenía mi licencia aún. Pero no me importó. Pude haber ganado 15 infracciones aquella noche por pasarme el límite de velocidad, yo solo quería llegar y ver cómo estaba la familia de Ashley.
Sabía que Jay estaba con ella, pero aún así, la necesitaba conmigo, a salvo.
Finalmente llegué y logré no morir en el intento de conducir como en una carrera de fórmula 1. Me bajé del carro y tiré la puerta, para después entrar por las puertas corredizas de la sala de emergencias.
Lo primero que me pegó fue el aire acondicionado de la sala de espera, que estaba normalmente repleta para un viernes en la noche. Lo que noté después fue el peculiar aroma a aire purificado, sin bacterias. Se escuchaban beeps alejados de los electrocardiogramas, y se podía ver a los doctores y enfermeras corriendo con sus zapatos quirúrgicos. Afuera sonaban un par de ambulancias, haciendo todo un frenesí para los sentidos.
Había un par de personas que me vieron al entrar, pero los demás estaban sumidos en lo que fuera que estuviera pasando en sus vidas en aquel momento. Y yo sólo me pude preguntar una cosa: ¿dónde estaba Ashley?
No había señal de ella, ni de su familia o incluso de Jay. Miré para todos los rincones de la sala pero no vi nada. Fue entonces cuando me acerqué al puesto de información, donde una enfermera con una bata colorida estaba sentada. Apoyé mis brazos y abrí mi boca para hablar, pero justo entonces capté un movimiento con la esquina de mi ojo.
Mi mamá venía caminando del pasillo que llevaba a otras partes de la sala de emergencias con Phil a su lado. Al ver su cara supe que algo estaba mal.
—¿Mamá? —exclamé— ¿Dónde están los demás?
—Hijo, tienes que calmarte—
Supongo que me veía bastante alterado.
—¿¡Sólo dime dónde están los demás!?
A mi mamá le corrieron unas lágrimas por la cara, la cuales limpió con una servilleta que ya estaba empapada.
Apreté la mandíbula.
—Yo estaba con Clarissa antes de venir, pero los doctores la llamaron para ver a Robert. No sé dónde están Ashley ni James. Supongo que están juntos, porque a James no lo dejan pasar. Jay está—
No terminé de escucharla.
Salí corriendo por el pasillo en busca de Ashley, James o Jay, pero no vi a ninguno de los 3. Comencé a maldecir demasiado alto como para ser lo correcto dentro de un hospital, pero no me pudo importar menos.
Entonces, cuando ya estaba regresándome de nuevo a la sala de espera, escuché que alguien me llamaba.
—¿Nathan Sykes? ¿Quién es Nathan Sykes?
Me volteé para ver a un doctor con bata salpicada de sangre llamándome, tapando su boca con una máscara quirúrgica, saliendo de unas unas puertas grises que tenían una pequeña ventana en la parte superior.
—¿Sí? —me acerqué a él— Soy yo. —traté de calmar mi respiración, por correr tanto y porque aún estaba alterado.
—Robert Underwood lo está llamando. Quiere hablar con usted.
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Over Again. ~ Secuela de Loverboy - Nathan Sykes Fanfic. (versión español)
FanfictionHan pasado casi 7 meses y Ashley regresa a la universidad. Atendiendo a clases todos los días, es acompañada por Roxanna Monroe, una estudiante de medicina de 20 años. Le ha costado aceptarla en su vida, ya que su última compañera de cuarto la había...