Cuando Alejandra se bajó del autobús, solo podía penar en una cosa, su primera entrevista de trabajo, después de haber estudiado más de diez años, estaba deseando por fin, obtener su primer empleo.
Alejandra se había licenciado en gastronomía, y después de dos meses de haber terminado su carrera, fue que la llamaron por primera vez para una entrevista en el Hotel Luz De Luna, en cuanto concretaron la cita de encuentro para la entrevista, fue corriendo a contárselo a sus padres. Su madre se puso más que feliz, pero su padre no tanto.
El señor Rogelio era un hombre de temperamento fuerte y buenas costumbres, él siempre había querido que su hija se hiciese Doctora, pero a su hija no le gustaba la carrera, numerosas veces hablo con su padre para convencerle de que la gastronomía era lo que le gustaba, para que su padre cambiar de actitud, pero por más que lo intento.
Su padre simplemente le puso cara de fastidio y se fue a su pequeño despacho en la casa, su padre había acabado de arruinarle toda su felicidad, pero por suerte estaba ahí su madre, que en seguida fue a consolarla, se le acercó y le tomo la mano.
-Alejandra, ya sabes cómo es cariño, no le des importancia.
-Es que me duele que me trate así, le he explicado millones de veces que la gastronomía es lo que me gusta, pero no logro que entre en razón.
-Ya sabes cómo es, pero veraz como al final termina entendiéndote, solo dale un poco de tiempo.
-Si bueno, a ver qué remedio.
Alejandra se desprendió de la mano de su madre, y tras subir las escaleras se retiró a su habitación.
La cita había quedado concretada para el siguiente día a las dos y media de la tarde.
Alejandra se despertó alrededor de las siete de la mañana, apenas había podido dormir la noche anterior, se levantó y tras asearse, se dirigido a la cocina, su madre ya le esperaba con el desayuno en la mesa y una gran sonrisa.
-Ahí viene la triunfadora de la familia.
En la cara de Alejandra se dibujó una sonrisa.
-Buenos días mama, que pinta tiene todo.
En ese momento su padre entro en la habitación, y tras soltar un buenos días apenas sin ganas, se sentó en la cabecera de la mesa, y abrió su periódico para leer las noticias, a la espera de que su mujer le sirviera el desayuno.
Alejandra se sentó casi en la otra punta de la mesa, su madre puso un plato lleno de tostadas y se sentó al lado de Rogelio. De repente su padre decidió pronunciar palabra.
- Mariana, Dentro de un rato iré a jugar al golf, necesito que me prepares café para llevarme.
En seguida su Mariana se puso tensa.
-Pensé que hoy me acompañarías a hacer la compra.
-Ya te he dicho que no me gusta, eso es cosa de mujeres, que te acompañe Alejandra.
Enseguida su hija soltó la tostada que estaba comiendo en el plato.
-Imposible, hoy tengo una entrevista de trabajo y no puedo faltar.
Su padre hizo un gesto de molestia en su asiento, Alejandra no le pudo ver la cara ya que se la cubría con el periodo.
-En ese caso Mariana, te tocara ir a ti sola, arréglatela como puedas.
Rogelio dejo el periódico en la mesa y se apresuró a desayunar.