Verónica fue a la cafetería del hospital, a por café, tenía que esperar a que terminara la policía de hablar con Lucia. Tenía que apoyar a Lucia después de todo lo ocurrido. Tenía miedo a cómo podía afectarle lo ocurrido, esperaba que los psicólogos le ayudaran a superarlo. Pidió un café con dos azucarillos, y se sentó en la mesa donde estaba Alicia, que había bajado a la cafetería un poco antes que ella.
Hacía ya dos horas que los agentes estaban en la habitación del hospital no dejaban entrar a nadie desde que Lucia despertó. Verónica se sentó en unos asientos cercanos a la puerta de la habitación, esperando verlos salir.
-Hola Vero. Cómo estás? – Virginia, la amiga de Lucia, acababa de llegar y se sentó a su lado, le acarició la cabeza en un gesto cariñoso.
-Se acaba de despertar, los policías estaban esperando a que despertara para coger datos para la denuncia. – Verónica estaba cansada había pasado toda la noche a su lado sin separarse – Lucy físicamente está muy mal, tiene la cara hinchada, si supiera quién fue lo mataría. –dijo Verónica con rabia.
-Vero no hagas locuras, ella va a necesitar de ti, no le des más problemas de los que ya tiene. Sé que Carlos estaba persiguiéndola, - Vero levanto la vista hacía Virginia sorprendida - Lucia en estos días estaba intranquila, me dijo que intento hablar con ella varias veces, pero ella pasaba de él, y que parecía que la perseguía, pero que ya se cansaría. – Virginia se quedo en silencio y al ver que le sorprendía lo que había dicho – sino te lo había dicho fue para que no te preocuparas.
-No entiendo por qué la perseguía, si ellos ya tuvieron algo y terminaron.
-Fue Lucia quién termino con él, un año antes que se fuera Lucy de la Uni terminaron, después ella se tomó el año sabático, y él no paraba de preguntarme por ella, cada vez que me lo tropezaba por los pasillos. Yo creo que sigue enamorado y no acepta que este con una chica...
Justo los policías salieron de la habitación uno de ellos, escribía en una libreta el otro tenía el móvil en la oreja.
-El sospechoso se llama Carlos Alemán Zurriaga, estudia en la misma universidad. – el policía se quedo en silencio esperando una respuesta - Pásame la dirección y vamos para allá.
A Verónica le recorrió unos escalofríos por el cuerpo al escucharlos. Ellas entraron a la habitación de Lucia, allí estaba con los cables aun en su cuerpo, pegada aquella máquina donde ponía sus constantes. Lucia les sonrió.
-Hola chicas – Lucia lo dijo con una sonrisa tan bonita en sus labios, aunque estuviese tan mal físicamente.
-Ya despertaste, pensé que tenía que llamar a tu princesa para que te despertará, bella durmiente. – Virginia se rio mirando a Verónica.
-Los besos que ella quiera le doy – se acercó Verónica, le beso muy dulce en la boca, se sentó a un lado de su cama y le cogió de su mano.
-Nos vas a contar que fue lo que paso – le dio Virginia muy seria.
-Recuerdo que quería refrescarme hacía mucho calor fui al baño, note a alguien detrás de mí. Era Carlos me dijo que no se iba de allí hasta conseguir lo que quería, me atacó, grité y ya no me acuerdo de mucho más, hasta ahora despertarme.
-Hijo de puta... - dijeron al unisonó Verónica y Virginia.
-Bueno chicas yo me voy te dejo en buena compañía cariño, luego nos vemos – dijo Verónica dándole otro beso suave en los labios – hasta luego Virgie – le dio un beso, pero Virginia la agarró y se acercó al oído de Verónica.
-Recuerda lo que te dije.
-Tranquila, tengo trabajo atrasado – mentía y se le notaba.
Verónica no se lo pensó dos veces, salió fuera y se encontró a Alicia sentada donde ellas habían estado hace un rato.
-Me tengo que ir Alicia, pero tú sabrías decirme donde vive Carlos, tengo que darle unas cosas que me pidió. – no sabía que inventarle pero consiguió lo que quería.
Alicia le dio su dirección.
Verónica acelero el coche hasta que llego a la casa de Carlos tenia césped y un banco en la entrada con flores al rededor. Aparcó el coche se bajo, llegó hasta la puerta y tocó varias veces. Nadie respondía a los toques que daba en la puerta pero toda la rabia que sentía la tenía que sacar solo quería encontrarse con Carlos. Los policías habían llegado antes que ella y se lo habían llevado a comisaria. Verónica entró en su coche y se puso a llorar se sentía tan impotente, tenía que estallar por algún lado y el llorar no le quitaría las ganas de romperle la cara a Carlos, pero le apaciguaban esas ganas.
Verónica volvió al hospital, entró en la habitación y Lucia estaba durmiendo, se tumbó en un sillón al lado de su cama y envió un correo a su secretaria desde el móvil, para que anulara algunas citas que tenía para mañana. Se quedo mirando a Lucia que estaba mirándola.
-Estabas despierta? – le dijo Verónica.
-Sí, esperando a que llegaras, a donde fuiste y no me digas que ibas a trabajar, porque no me lo creo.
-Eres muy lista. – dijo Verónica - Quería darle una lección, pegarle hacerle daño, como él te hizo a ti.
-Ven – le dijo Lucia alargando el brazo para que le cogiera la mano, Verónica se levanto y se acercó a ella cogiéndole la mano y acariciándole el pelo – no le hagas nada la policía va a ir a por él.
-No te voy a prometer una cosa que no voy cumplir... - le dijo Verónica.
-Necesitamos hablar de todo esto, a lo mejor prefieres estar con otra persona después de lo que ha pasado.
-Que? Nunca te dejaría, quiero seguir contigo. Te seré sincera me da miedo como te haya afectado esto, pero yo sigo con las mismas ganas de estar contigo y te apoyaré en lo que necesites. – le dio un beso suave y dulce en los labios.
-Yo también tengo esas ganas de seguir, pero tengo miedo... – Lucia lloraba desconsoladamente.
-Hazme un hueco, quiero acostarme a tu lado – le dijo Verónica, Lucia se hizo a un lado haciéndole un hueco mientras gruñía por los dolores que sentía al moverse, se acostó de lado Verónica – no tengas miedo, tenemos que ser fuertes y estaré a tu lado. Vale? Te quiero – Verónica le quitaba las lágrimas con una mano suavemente pasándolas por sus mejillas.
-Vale. Yo también te quiero – Lucia le sonrió y pronto se quedo dormida, Verónica le miraba mientras soñaba, velando por ella.
Habían pasado dos semanas, Lucia ya estaba en su casa y podía ir a la universidad. Cada semana tenía que ir por el hospital para hablar con una psicóloga y poder seguir adelante con su vida, Verónica siempre la acompañaba a su cita.
En el juicio a Carlos le cayeron 15 años de cárcel y pagarle una indemnización a Lucia, por la agresión sexual y los daños físicos. Lucia no estaba contenta pero por lo menos se habría librado de él. Una parte de esa indemnización lo destinaria a su carrera, pero la otra mitad la donó para una asociación para mujeres que han recibido maltrato.
Alicia había empezado a salir con el padre de Verónica: Pedro, todo iba a quedar en familia. A Verónica y a Lucia las sorprendieron un día, cuando sus padres iban agarrados de la mano, estaban muy felices por ellos.
Virginia seguía buscando el amor, siempre estaría dispuesta ayudar a Lucia su mejor amiga.
Verónica le pidió a Lucia vivir juntas, Lucia aceptó. Verónica siempre estuvo a su lado.
Mil gracias a todos por los mensajes y votos este ha sido el final de una historia que jamás pensé escribir y que siempre tuve en mente.
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Lucia y Verónica
RomansaLucia una chica que no tiene claro lo que le gusta, conoce a Verónica muy clara en sus gustos e impulsiva. Le ofrece vivir una historia de amor, que no olvidará.