Trust Me

El preludio del final. Espero lo disfruten

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Trust Me

Así que confía en mí, confía en mí, querido

Soy tan sincero, no hay necesidad de llorar

Confía en mí, confía en mí, hazlo cariño

Como yo confío en ti.

Peleas y te rehúsas

Sabes que no te puedes esconder

Eres malo, pequeño amor. Y eres mío.

Trust Me – Marc Senter from The Devil's Carnival

Dipper respire hondo varias veces sin atreverse a atravesar las puertas del hotel. Había evitado ese día por demasiado tiempo y no podía seguir dándole largas. Él y Mabel necesitaban el dinero pero no se sentía con la fuerza necesaria de permanecer allí, no luego de saber lo que se supone no debía saber sin embargo sus necesidades están por encima de sus deseos.

Entra casi arrastrando sus pies para ir a fichar y cambiarse antes de empezar su trabajo en la barra del bar.

Mabel cuyo puesto esta noche es en la recepción lo mira suspirando con pesar. No sabe lo que le pasa a su hermano y este se había negado a decirle algo por lo que no lo forzará; sólo espera que no sea nada muy grave.

Una vez listo Dipper toma su lugar para darle inicio a la noche. Poco a poco el bar se va llenando con los huéspedes nocturnos y el empieza a moverse entre las mesas tomando órdenes y sirviendo. En algún punto de la noche el presentador de siempre sale al escenario para dar inicio al acto de esa noche.

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Bill supo que Dipper había llegado en el momento exacto en que puso un pie dentro del hotel pero se contuvo lo justo de ir tras él. Habían sido las dos semanas más eternas de su larga vida y las más frustrantes. Cada vez que visitaba a Dipper por la noche el joven estaba despierto y cuando seguramente caía en un sueño profundo no estaba allí para entrar en su mente; pero esa vez no se le iba a escapar.

Lo observa ir a alistarse y camina hacia el bar para ir al escenario antes de que alguien llegase. No le importa lo que tenga que hacer para tener a Dipper en su poder, ni siquiera usar su último recurso.

—Hoy serás mío para siempre Pino —dice para sí mismo mirando con ojos brillantes a través del telón esperando el momento justo de desplegar su último recurso.

—Damas y Caballeros, bienvenidos una vez más —la voz del presentador llena el salón—, esperemos que sus bebidas estén frescas pues el ambiente se calentará con su cantante preferido.

Algunos vitoreos por parte del público femenino le hacen reír mientras camina fuera del escenario.

—Con ustedes Bill Cipher.

El bar se llena de aplausos mientras las luces bajan hasta crear un ambiente enigmático y ligeramente inquietante. El telón se abre y Bill sale al escenario vestido como siempre con una amplia y peligrosa sonrisa perfilando sus labios. El lugar se llena de suspiros anhelantes al verle caminar por el escenario hasta alcanzar el micrófono.