║ Capítulo 25 ║

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Mini maratón 2/3




『 SI NO PUEDES CON EL ENEMIGO, ÚNETE A ÉL 』





Te ha encontrado

Eran las palabras que no salían de mi mente desde que Heinrich lo había dicho.

Había vivido todos estos años con la incertidumbre de escuchar esas palabras, viví con las intenciones de afrontarlo en cuento lo escuchara, estaba alerta, pero parece que al destino le gustaba jugar en el momento que la vida comenzaba a estar estable y a disfrutar de los esfuerzos realizados para olvidar la vida pasada.

Creer no costaba, solo ilusionaba y en ocasiones defraudaba, supongo que ese era mi resultado.

—Kate ¿Puedo sentalme a tu lado?

¿Negarme ante la mirada de ternura de mi pequeño hermano? Era difícil

—Puedes hacerlo cuantas veces quieras Howy

Terminó de bajar los pocos escalones y corrió hasta la sala dejándome atrás en cuanto me alcanzó. En su mano traía uno de los peluches que Jos le había regalado y que no soltaba, era un martirio cuando tenía que lavarlo porque no quería despegarse del osito en ningún momento, creo que era capaz de llevárselo al colegio si de él dependiera.

El pequeño cambió su rostro en cuanto notó la ausencia de los que regularmente estaban presentes cada vez que cenábamos, no tomó asiento, solo observó detenidamente cada uno de los lugares para confirmar que no fuera ninguna broma de nuestros hermanos.

—¿Dónde están todos?

—Ireen ya ha ido a descansar, Jane tiene una pijamadas en su habitación junto a sus amigas, Owen parece haber cenado antes y Lili aún no llega de su trabajo

Su mirada reflejaba melancolía, estaba acostumbrado a que todos estuviéramos juntos a la hora de la comida en cualquier hora del día.

—¿Solo selemos tú y yo?

—Eso parece

Su mirada se vio resignada pero intentó sonreír y subir hasta el asiento que a él le gustaba, esta vez no tenía con quien competir por ese sitio. En un inicio se sintió emocionado porque posiblemente le había ganado a los mellizos pero la sensación ahora no era la misma al ver que su triunfo había sido sin trabajo alguno.

Olvidó el asiento de la sala y me siguió el paso hasta la cocina para sentarse en uno de los pequeños bancos que estaban en la isla.

—¿Qué cenalemos?

—¿Qué te parece crema de verduras?

¡Incleible!

—Toma asiento, en un momento lo preparo

Tomé los ingredientes necesarios de la nevera para lavarlos y cortar, además de ir preparando los utensilios que ocuparía. En un inicio no era una buena cocinera, el tiempo me forjó.

El pequeño estaba tranquilo y eso me sorprendía, siempre suele ser imperativo por no decir que siempre.

—Kate —llamó y eso me causó una sonrisa, se estaba tardando en hacer sus sesiones de preguntas.

Solo una acompañante. J.CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora