Prefacio

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Jueves.

-¿Dónde está mi chaqueta Logan?-lo miro molesto.

-La chica, esa preciosura-tose- ella, a ella se la di-ni siquiera puede mantener el equilibrio, los whiskys del amanecer siguen en su sistema.

-Imbécil, ahí está mi celular-lo golpea en la nuca, Logan cae de rodillas en el sementó de su patio, aun con botellas botadas por todo el.

-Solo hay que llamar a la bonita rubia- dice entre risas.

-Te recuerdo que te fui a recoger del peor barrio de esta ciudad, ¿crees que no te robaron tu celular?-se cruza de brazos, su mandíbula empieza a doler por la presión que hace.

-Henry fue quien me convenció de ir ahí por mas pastillas, la preciosura me llevo en su auto-sonrió.

-Entonces dame el numero de la rubia esa-extendió la mano delante de él.

-Lo puse en esa chaqueta ploma que me prestaste-volvió a reír.

-Idiota, si mi jefe me llama y no contesto me despedirá-acaba gritando, pasa las manos por su cabello negro.

-Asaí-tose- Asaí-vuelve a repetir.

-¿Qué?-le dije molesto.

-Asaí se llama la bonita-sonríe como idiota.

-¿Asaí qué?-pregunta entre dientes.

-No me dijo-ríe.

-Te voy a matar Logan-gruñe.

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Ella despertó, miro la habitación, pequeña paredes sucias, un foco justo sobre su cabeza, una silla de fierro, encima de ella su vestido y sus tacones, frunce en seño, mira donde esta ahora sentada, una mesa de metal no muy alta. Suelta un suspiro y se baja, un escalofrió recorrer su cuerpo al caer en contacto sus pies de escalso con el piso de azulejo, murmura una grosería y se apresura a vestirse. Mientras lo hace ve el profundo corte en su mano, sonríe.

-Asaí, Asaí ¿Dónde te metiste esta vez?- se reprocha en tono de burla a ella misma, se abrocha su tacón. Busca con la mirada una puerta, la encuentra, suelta otro suspiro, acomoda su cabello rubio a un costado y sale de la habitación.

Sale a un pasillo estrecho con las paredes llenas de humedad, arruga la nariz ante en olor, después de un momento llega a una sala, vacía, hay cuatro puertas dos cerradas y dos abiertas, se escucha música salir de una, ella se asoma y ve a personas bailando con la notoria manera y las caras indicando que están drogados, Asaí se encoge de hombros y decide ir por la otra puerta abierta, es un largo pasillo con las paredes pintadas de un azul oscuro, al finalizar el pasillo hay una puerta de madera vieja.

-Esta debe ser la salida-la abre y comprueba que su pensamiento es cierto, una calle sucia y con todas las características de un barrio pobre donde se vende droga, sale dejando la puerta abierta y empieza a caminar rodeando el lugar de donde salió, al costado no tarda en encontrar su lujoso auto tapado con una tela rota y sucia, la saca con asco y la bota a un costado.

Mete su mano a su brasear y saca la llave de su auto, lo enciende se sube y ve que esta con botella de whisky vacías, unos cigarrillos en el asiento del copiloto y una chaqueta de varón ploma, pone cara de asco, pero al oír las risas de unos hombres que pasaban por ahí, se apresura en arrancar a toda velocidad. -Tenias que huir como siempre-le susurra ella.

Pasada una hora llega al centro de la ciudad, el sol empieza a salir y al llegar a sus ojos le provoca un fuerte dolor de cabeza, se apresura y busca en la guantera sus lentes oscuros.

EmporioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora