Rápidamente voltee asustada, era mi madre quien interrogaba.
-En el club madre.- Mentí un poco insegura.
-Ah ¿Si?, Y ¿Por qué no te vi cuando estuve allí en la tarde?
¿Mi madre casi no iba a ese maldito club y preciso hoy le daba por ir?
-Es que estábamos en el salón, me estaban presentando a unos cuantos hijos de embajadores.-Sabia que ella no visitaba el salón y que si le decía que estaba conociendo a hijos de políticos, millonarios o extranjeros me dejaría en paz.
-Eso espero Carolina.- Respondió y se fue un tanto enfadada.
Subí rápidamente a mi cuarto, vi mi cámara y unas cuantas lágrimas corrieron por mi rostro.
No podía creer que el curso de fotografía había finalizado de esa manera. ¡Todo porque el profesor renuncio! ¡¿Porque siempre cuando tenía algo en que distraerme en este mundo tenía que irse?! Siempre era lo mismo. Quizá nunca tenga la felicidad completa. Quizá este sea el propósito de mi vida sufrir eternamente.
Seque mis lagrimas y me recosté en la cama, por más que no quisiese llorar me era imposible aquel dolor era mucho más fuerte que yo. Con todo esto lo último que pensé fue, ‘seré una maldita fracasada infeliz toda mi vida’.
Era sábado en la mañana, unos cuantos rayos de luz entraban por la ventana, mire hacia el muro y recordé con nostalgia que no volvería a tener la clase. ¿Qué iba a hacer en las tardes? Mis padres creían que yo iba al club, toda social a conocer gente y a estar con mis amigos… Esperen no soy social y no tengo amigos.
Tome un libro de la estantería, quizá leer me distraería un poco. ¿A quién quiero engañar? La fotografía era mi vida y sin ella era simplemente vacía.
Me levante decidida a arreglarme iba a conseguir un empleo. Por supuesto, esa sería la única manera de no sentirme tan aprisionada, esperen, soy menor de edad. ¿Y si aprendía a tocar algún instrumento? Por favor, soy un fracaso.
Entre tanto, alguien toco a la puerta. Lucia abrió y una chica entro gritando mi nombre.
-Vamos, Arréglate y vamos al club.-Apuro.
-¿Al club?.-Respondí irónicamente.
-Sí, me encanta fastidiar a las señoras y sus lindos perritos de bolso.-Dijo en tono burlón. -Además Nick va a ir con nosotras.- Añadió por ultimo.
-Ah que bien.- Respondí, sin entender aun porque lo decía.
- ¡No te hagas la tonta! Algo te traes con mi hermano.
-No se dé que hablas.
-No te hagas, yo los vi ayer abrazados, en aquel barrio.
De repente entendí a que se refería.
-Eso lo hicimos para que dejaran de molestarme.- Me defendí rápidamente.
-Sí, claro.- Respondió en tono irónico.- Vamos acéptalo mi hermano te gusta.
No respondí, ¿Era posible?.
-Como sea, el tiene novia y pensándolo mejor quizá exagero.- Corto sin antes dejarme producir una palabra.
¿Sera posible?, continuaba cuestionándome. No lo creo, si apenas lo conocía, además tenía novia.
Salimos y nos fuimos al club.
Entramos y no pude evitar sentir malestar, era ese mundo otra vez.
Busque a Nick con los ojos… Esperen que estoy haciendo.
-Hola hermosa.-Lo sentí de repente por detrás.
Pegue un pequeño brinquito, me había asustado un poco.
-Hola.- Respondí sonriendo.
-No seas tan fría.-Dijo Samantha. No entendí a que se refería.
-Bien y ¿Qué es lo que vamos a hacer?.-Corte de repente.
-Tal vez conseguir amigos sea buena idea.-Dijo una voz chillona tras de mi.
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El Mundo Externo Y Yo.
Teen FictionEsta es mi vida. Sufro de vez en cuando, los chicos me confunden y de un momento a otro BAM todo cambia. A quien antes querías ahora lo odias y los secretos no dejan de existir entre toda esa locura.