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Terminaba de guardar los libros y libretas para las próximas clases en mi mochila, cerré mi casillero y comencé a caminar hacia mi siguiente clase.

-Hola, pajarita.- me dijo George, un chico de quinto semestre quien hacia tratos con mi hermano.

No quería ser grosera, pero caminé mas rápido y no respondí. Cameron me había dicho muchas veces que nunca me acercara a el.

-¿Qué pasa?- se puso frente a mi, caminando de reversa. -¿Te comió la lengua el ratón?-

-Perdón, no puedo hablar contigo.- Dije.

Traté de esquivarlo e ir en otra dirección, pero se me adelantó y me agarró de la muñeca.

-Que mal, por que vas a tener que ir conmigo.- Dijo con una sonrisa cínica y comenzó a jalarme hacia la salida de la escuela.

-P... pero, tengo que ir a clas...- Dije pero me interrumpió.

-Qué lástima.- Dijo y me siguió jalando.

Salimos de la escuela y caminamos alejándonos hacia la derecha, caminamos una cuadra y esposado a un poste vi a un chico alto, de cejas gruesas y labios rosados.

-Maldita sea, hasta que vuelves.- Dijo el chico. -Hace un calor de mierda.-

George aun me estaba apretando la muñeca, y yo solo veía al chico esposado quejarse.

-¿Qué no te enseñaron a tratar a las damas, Georgie?- Dijo el chico recargándose en el poste. -Por que no parece que ella esté muy cómoda.-

-Cállate, Gallagher.- Dijo y sacó otro juego de esposas y se dirigió a mi -Quítate la mochila.-

Yo me le quedé mirando un poco asustada y en lugar de hacer lo que me dijo, intenté correr. El reaccionó rápido y me jaló por la cintura, haciendo al otro chico soltar una carcajada.

-Te dije que te quitaras la mochila, no que corrieras, estúpida.- Dijo y me jaló la mochila, aventandola a un lado.

Tomó el juego de esposas y me puso una en la muñeca izquierda, sin que me apretara demasiado.

-¿Qué te pasa?- Le dije molesta. -Yo no te he hecho nada, ni te he hablado nunca como para que me esposes.-

-Tu no, pero tu hermano me debe dinero, igual que este otro imbécil.- Señaló a el chico -Y como no me paga, le haré una travesura a su angelito.-

Le tomó la muñeca al otro chico y le puso el otro lado de las esposas, dejándonos a ambos esposados juntos.

-Oye, oye, ¿qué haces?- Se molestó el chico. -¿por qué me esposas con ella?-

-Para que se diviertan más.- Dijo y desesposó al chico del poste, dejándonos solo esposados el uno al otro.

-Bueno, yo me voy.- sonrió -Que se diviertan.-

-Escóndete donde puedas, por que cuando me deshaga de las esposas te voy a buscar y me las vas a pagar, Georgie.- Dijo el chico, haciendo ademanes jalándome un poco.

-¿N... nos va a dejar así?- Dije un poco bajo, dirigiéndome al chico de las tupidas cejas.

-Si, muñeca.- Dijo. -Así funciona con el. Si le debes, te esposa a algo o alguien y te deja a la deriva.-

-¿Ya te había pasado?- dije tratando de acomodar mejor el metal en mi muñeca.

-A mi no, pero si a algunos tipos que conozco.- Dijo llevándose la mano a la cara fatigado.

-¿Y qué vamos a ha...?- Me interrumpió.

-No lo se.- Dijo alterado, y luego suspiró. -Tu solo camina hacia donde yo voy y lo resolveré.-

Acquiesce | Noel GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora