Capítulo 16 ~ Jealous?
Acomodo mi incómoda minifalda y vuelvo a sentarme en uno de los asientos a observar cómo las personas dentro de este oscuro y pequeño lugar se apretujan y presionan todos juntos en la pista de baile mientras yo trato de recordar por qué decidí aceptar venir aquí el día de mi cumpleaños.
—¡Vamos, Lie! ¡Ven a bailar! —me ruega Sarah por tercera vez esta noche.
—No, estoy bien aquí.
Además, odio bailar y estoy tratando de convencerme a mí misma de no salir corriendo.
Agrega mi subconsciente, casi obligándome a decirlo, pero no lo hago.
La única razón por la cual estoy aquí es porque todos los adolescentes que estaban en mi fiesta aman estar aquí y odiaban la idea de Noelle de armar una pista de baile en la sala de la casa. Sonrío al recordar los abucheos. Luego de esa loca ocurrencia, Sarah no tardo en correr hacia mí para darme la idea de venir aquí.
¿Qué se supone que diría con la mayoría de mis invitados disconformes conmigo por mi fiesta? ¿Que no? Apuesto a que no dudarían en haber hecho lo mismo que yo hice: sonreír y asentir muy felizmente, como si estuvieran totalmente de acuerdo con la idea y hubieran esperado toda la noche a que viniera alguien a decirles eso.
La mano de Sarah se cierra sobre mi brazo y me obliga a bajarme del taburete de la barra en la cual estoy sentada. Mis torpes pies tropiezan un par de veces antes de estabilizarse sobre el suelo brillante dónde muchos cuerpos sudados se apretujan entre sí. No sé cómo lo ven ustedes, pero así es como yo lo veo.
Tironeo mi brazo de su agarre, tratando de zafarme de él, pero eso sólo provoca que Sarah entierre más sus delgados dedos en mi brazo. Un minuto más así y va a quedar morado.
—Bailarás, ¿de acuerdo?
Pienso en negarme. En decir no inmediatamente. Pero veo la amenaza en sus ojos negros que brillan gracias a las luces parpadeantes y coloridas del equipo de iluminación del DJ.
—No sé cómo hacerlo —me quejo.
Sarah chasquea la lengua, quitándole importancia al hecho de que no sé hacer lo más importante que se viene a hacer a un lugar como este. Bailar.
—Es fácil, déjate llevar.
Ella comienza a mover sus esbeltas caderas al compás de la música y lo hace tan bien que me cuesta creer que lo aprendió de la misma forma en la que yo trataré de hacerlo ahora.
Cuando era niña, mi madre me anotó a una clase de ballet y me enamoré del baile clásico inmediatamente. Esa forma en la que cada compás de “El Cascanueces” o “El Lago de los Cisnes” te llevaban a un mágico lugar en dónde sólo existías tú y tu cuerpo, moviéndose al mismo tiempo en un compás de melodías interpretadas por las orquestas más prestigiosas del mundo. Todo era hermoso. He asistido a las clases de MadamBenoit desde que tengo cinco años. Pero dudo mucho que hacer un “Cabriole” me ayude en este momento.
—Vamos, sólo muévete como nosotras —una de las amigas de Sarah, a la cual reconozco como Liliane, levanta la voz sobre la música para hablarme.
Le sonrío, por más que quizá no pueda verme, y hago un intento. Muevo mis caderas al compás de la música tal y como ellas lo hacen. A medida que las canciones pasan, mi destreza en esta clase de baile incrementa y cada vez siento que lo hago mejor. Sarah me alaga de vez en cuando, sonriendo y guiñando un ojo, demostrándome que lo estoy haciendo bien.
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Painful Memories (Saga Deep #1)
RomanceLuego de ser engañada por su novio y traicionada por su mejor amiga, Charlotte decide mudarse con su padre a Londres para comenzar de nuevo. Aunque no quiere dejar sola a su madre en Miami, no puede contener las ganas de alejarse lo más que pueda de...