ROSALIYAXLILIYA: Noche cargada de pasión

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Temprano en la noche, luego de la gran visita de los diablos en la que estos conocieron a la pequeña princesa Thgil y lograron que Satanick dejara que Licorice fuera a vivir con Ivlis, Rosaliya, la Diablo de las rosas y la belleza, caminaba por el pasillo de habitaciones del castillo "Jardín de Rosas" (NA: Es el único nombre que se me ocurrió, si tienen alguna sugerencia, solo díganla y es posible que lo cambie XD), que desde hace casi dos siglos compartía con el Dios de los lirios y la belleza, no era demasiado grande, más bien podría ser llamado mansión en lugar de castillo, debido a los pocos demonios y ángeles que aun estaban bajo su servicio, por lo que no necesitaban demasiado espacio, no dejaba de pensar en lo que le dijeron la pequeña princesita y la Diosa blanca, que Liliya le gustaba, en realidad no era difícil notar que así era, ella sentía un gran cariño que se había convertido en amor por su respectivo Dios, el cual a pesar de haber sido cruel con ella en el pasado hasta el punto de hacerla llorar, ahora era todo un romántico caballero, desesperado por obtener su amor, intentando todo para agradarla, como obsequiarle hermosos vestidos, joyas finísimas y difíciles de hacer o conseguir, dulces, comidas suculentas y hasta enormes ramos y animales de peluche, incluso le dijo que estaba dispuesto a recorrer todos los mundos para recuperar a sus antiguos ángeles y demonios que en antaño les habían servido a ambos para disculparse por lo que había hecho y suplicarles que volvieran

Rosaliya: Debería hacerlo, debería decirle lo que siento por él, seguramente se alegrara mucho, pero, ¿sentirá tanto amor como yo lo siento por él? -llega a la puerta de color azul zafiro con flores de lirio talladas en la madera y toma aire- muy bien Rosaliya, tú puedes, solo debes acercarte a él y decirle -suspira, acerca su mano a la puerta y la empuja abriéndola con un sonido suave del picaporte-

La habitación del Dios era de un tamaño mediano, unos 5 o 6 metros cuadrados, de techo alto y con las paredes pintadas de un hermoso color azul lavanda con pequeños lirios azul rey y blancos, en la pared junto a la puerta, había una estantería llena de libros, más que todo contenía novelas de amor y de misterio, ya que eran los tipos de lectura favoritos del Dios de cabellos azules, junto a esta, se encontraba un sofá que podría alojar a dos personas cómoda y románticamente, en la pared del frente estaba el elegante escritorio de madera de abeto tallada, en el cual en ese momento descansaban un par de libros y la corona dorada de Liliya, junto a la puerta está el gran armario donde el Dios guarda su ropa, la espaciosa cama se encontraba en la pared opuesta a la de la estantería y el sofá, esta estaba hecha de manera impecable con sabanas blancas, una manta y una cálida y hermosa colcha de color azul con las siluetas de lirios blancos estampados suavemente y unas enormes y suaves almohadas blancas y azules con costuras de color dorado, y junto a esta, entre el escritorio y la cama, estaba una gran ventana de tipo puerta con cortinas azules, donde precisamente se encontraba sentado el Dios del Mundo de las Flores leyendo un libro a la luz de la luna llena, se encontraba sin su capa, guantes, zapatos y corona, solo tenía puesto su traje y su cabello estaba algo desordenado debido al viento que entraba por la ventana

Liliya: -levanta la vista de su libro y la ve- Oh, Rosa, había escuchado que habías vuelto, es algo tarde

Rosaliya: -traía puesto un hermoso camisón que le llegaba a las rodillas, de seda color rosa semitransparente con la espalda descubierta hasta la cintura y sujeto a su cuello por un suave nudo de tela haciendo que su busto se vea extremadamente sensual a pesar de no tener demasiado, debajo de esta traía unas pequeñas pantis de seda color rosado sujetas por delgadas tiras en dos lazos a sus anchas caderas y su cabello completamente suelto y bien peinado con un par de mechones descansando en sus hombros- H, hola Liliya, si, estaba algo cansada para venir a saludarte cuando volví, lo siento

Liliya: Descuida, no me importa -se levanta dejando su libro boca abajo sobre su escritorio para no perder la pagina y se le acerca con una sonrisa- ¿Y qué tal te fue, verdad que mi sobrina es simplemente adorable?

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