NARRA KANGIN
Mire mis manos aun manchadas de sangre, al igual que mi camisa blanca, aún estaba en total estado de shock, parecía tan extraño como había pasado todo, tan de repente y como... había terminado...
— ¿Señor? ¿Señor?—levante mi rostro encontrándome con una enfermera quien me miraba con curiosidad— ¿Se siente bien?
— Si...—respondí no muy convencido entrecerrando mis ojos—ella...
— La señora ya salió del quirófano... acaban de trasladarla a su habitación... ella...—se quedó en silencio sin saber cómo decirlo—
— Lo se...—respondí endureciendo mi mandíbula para evitar llorar—el doctor me dijo que era imposible que lo salvaran por... la pérdida de sangre que tuvo...—mi voz estaba a punto de quebrarse, mire hacia otro lado apretando mis labios, odiaba mostrarme débil—
— Lo siento...—añadió con tristeza, era extraño ver eso en una enfermera, se supone que ellas ya están acostumbradas a dar este tipo de noticias, tal vez ella era nueva y por eso se sentía así al tener que darme esta noticia—la señora aun podrá tener hijos... es cuestión de esperar que se recupere y...
— Gracias...—interrumpí para que no siguiera—me alegra saber que está bien... será mejor que me valla...—me levante del asiento para comenzar a alejarme—
— Pero... ¿no quiere verla?—grito en cuanto me alejaba, di la vuelta para mirarla—
— Ya avise a su familia... ellos vendrán a verla...—ella arqueo sus cejas en modo de sorpresa—de todos modos soy la persona que ella menos querrá ver al despertar...
— Pero...—se veía confusa ante mi reacción—
— Ella quería que otro fuera el padre, no yo...—respondí retrocediendo hacia atrás, ella me miro aun desconcertada, volví a dar la vuelta en busca de la salida—
Lleve mis manos a los botones de mi camisa desprendiéndolos para luego quitármela y quedar solo con una remera negra que llevaba adentro, arrugue la camisa en mis manos y la avente a un cesto e basura que había en el pasillo por donde pase. Apresure mis pasos para llegar al estacionamiento donde deje mi auto...
Saque las llaves de mi bolsillo, una vez dentro intente introducir las llaves pero mis manos actuaban de manera torpe e inútil, me sentía un completo inútil, un bueno para nada, así es como me sentía debido a ella, así es como ella me hacía sentir, tire las llaves a un lado completamente enfurecido, me recargue sobre el volante dejando mis lágrimas caer ¿Por qué nunca note que ella nunca me amo? ¿Por qué fui tan ciego? Ella era la mujer más fría que había conocido, alguien que no tenía límites para lograr lo que quería, ahora ya nada nos unía, ni siquiera ese pequeño ser que alguna vez existió en su interior, pero las cosas suceden por algo en este mundo, tal vez esto había sido lo mejor para ella, para mí, incluso para ese pequeño ser que ya no existía. Seque mis lágrimas tratando de recuperar mi compostura, hasta ahora había hecho todas las cosas mal... ya era hora de hacer algo bueno por mí y por la persona que lastime, Leeteuk...
NARRA LEETEUK
Detuve mi auto afuera de la casa de Henry, abrí la puerta y me quede afuera mirando su casa, había llegado el momento de ser fuerte y enfrentarme a él, ya no podía seguir ocultándole todo esto que había sucedido, avance unos cuantos pasos hacia adelanté pero antes de llegar a la puerta alguien apareció desde atrás.
— Hyung...—voltee a mirar era Yesung que estaba con Luna, pero no estaban solos, todos mis amigos estaban allí con ellos.
— ¿Qué hacen aquí?—pregunte mirando a cada uno de ellos—
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Cuando deseas lo prohibido
RomanceCuando el amor entre ellos nació supieron que era prohibido. Pero cuando el amor y el deseo llaman a dos personas, no hay poder humano que pueda frenar aquella pasión...