Capítulo 30: Nuestra noche juntas

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Camila no le aviso a nadie sobre el paradero de Lauren en su lugar solo se quedó con ella viviendo en aquel motel putrefacto, era su amiga, su enfermera, su amante, su cómplice, ese día, Camila lo fue todo para Lauren, por primera vez en tantos años.

Camila: ¿Cómo amaneces?

Lauren: ¿Anotaste la matricula del camión que me atropello?

Camila: Ehmn, eso depende, si por camión te refieres a tus cortes, tu droga o el grandulón con quien tuviste sexo.

Lauren: Creo, que mejor no digo nada.

Camila: Quiero saber... ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste?

Lauren: Porque, porque sí.

Camila: Eso no es una respuesta.

Lauren: Lastima, porque es la única que tendrás.

Camila: Hacia bastante tiempo que no presenciaba a la Lauren odiosa Jauregui.

Lauren: Nunca cambie, Camila.

Camila: ¿Ah no?

Lauren: No, solo fui lo que tú querías que fuera, nada más y aun así no fue suficiente ¿O me dirás que no es así?

Camila: Entonces ¿Te ibas a suicidar solo por mis errores?

Lauren: No.

Camila: Lo siento, pero no estoy entendiendo nada.

Lauren: Lo lamento, pero tampoco explicare nada.

Camila: Bien, no te vayas.

Lauren: No puedo ponerme de pie, si quisiera irme, que por cierto, eso quiero, igual no puedo hacerlo.

Camila va para el restaurante más cercano al volver alimenta a Lauren como una bebe y todo a regañadientes tras su comportamiento infantil y berrinchudo. Después de unas horas Camila hace lo posible porque puedan entablar una conversación como las adultas que se supone que son, pero era imposible Lauren la repudiaba y se mostraba indiferente ante su presencia y sentimientos aquella noche que le dijo que no estaba enojada con ella, los días que pasaron juntas y cada palabra que ella le había dicho demostrándole amor habían quedado en el olvido ante ese momento. Lo cierto era que Lauren siempre demostró su necesidad de abrazar a la muerte, siempre le dio a entender lo que debía ante sus sentimientos pero tal parece Camila fue ciega y sorda ante sus señales tan obvias y ahora se encontraba con una Lauren molesta, berrinchuda que solo buscaba que se fuera para así en medio de la oscuridad poder besar la muerte una vez más hasta volverse un solo ser con él. Pero, Camila era terca no la dejaría y pese a todos los intentos de Lauren, ella continuo y continuo hasta que cayó la noche ante sus ojos, los ojos cafés de Camila brillaban ya que estaban empañados por su tristeza y desesperación mientras los de Lauren estaban profundamente secos, vacíos, sin emociones, su mirada no reflejaba odio, desosiego, desamor, amor, no reflejaba nada, ella no hablaría a través de sus ojos.

Lauren: No entiendo. –explicó-. Como es que sigues aquí. –culminó cabizbaja.

Camila: ¿Qué hay que entender?

Lauren: Adivinare... ¿Me amas? Por eso estas aquí.

Camila: ¿Habría otro motivo?

Lauren: Quizás. –musitó-. Lástima, remordimiento por parte de tu consciencia. –agregó-. Puede haber muchos motivos, pero dudo el amor sea uno de esos. –contraataco.

Camila: No necesito que me creas.

Lauren: Genial.

Camila: Lauren. –murmuró-. ¿Qué paso contigo? –agregó viéndola de frente mientras postraba sus manos en su rostro.

Lauren: ¿Qué paso conmigo? –exclamó-. ¿Qué paso contigo? Si estamos en esto es por tu culpa, Camila.

Camila: Sé que te falle, lo lamento, en verdad lo lamento, no tienes idea de cuánto me duele. –la interrumpe.

Lauren: No. –exclamó-. No lo digas, ya que no tienes idea de cuánto me has hecho pasar. –agregó con su penetrante mirada llena de odio hacia sus ojos cafés.

Camila: Tienes razón, lo siento.

Lauren: Ya cállate. –explicó-. Siempre es lo mismo contigo, haces algo malo y eres la buena y al final la mala siempre soy yo.

Camila: Lauren, en verdad lo lamento. Soy consciente de todo el sufrimiento que te he ocasionado ¿Entonces porque seguiste conmigo?

Lauren: Porque. –musitó sollozando-. Te amo.

La luna se volvió testigo de aquella noche que empezó con una fuerte discusión para luego minuto a minuto ir yendo camino hacia el amor, Lauren lo había hecho de nuevo, despedirse de Camila con un último beso, con un último agasajo, un último abrazo, una última lamida, una última noche, donde sus cuerpos fueron alrededor de la habitación destruyendo todo a su merced, el desorden era la manera más clara con la que Lauren hablaba, pasión contra pasión, mordiendo sus labios, mordiendo cada parte del cuerpo de Camila, mientras su mano era un sutil manto que vestía cada hectárea de su espalda.

Camila: Dime que lo hago mejor que él. –musitó jadeando.

Lauren: Por supuesto que lo haces mejor que él. –musitó mordiéndole el labio inferior mientras ambas sonreía ante el acto.

Camila: ¿Esto es un comienzo o un final?

Lauren: Como tu desees.

Camila: ¿Sera un comienzo entonces?

Lauren: Como quieras.

Camila: Te ves hermosa, vestida con la luz de la luna.

Lauren: Nunca olvides que te amo, Camila.

Camila: También te amo, Lauren. –mustió-. Lamento haberte decepcionado tanto.

Lauren: Siempre ve con la luna. –explicó-. Me encontraras a través de ella.

La apasionada noche fue efímera para Camila, pero no pudo notar que mediante el acto Lauren escurría lágrimas lo que para Camila era solo sudor, para Lauren eran sus lágrimas bañándola a mitad de la cama.

Camila: Solo quiero ver tu rostro.

Lauren: No quiero.

Camila: Déjame besarte.

Lauren: Si me vas a besar. –explicó-. Bésame el alma.

La noche paso de ser fría y templada a brillar con el son de la Luna y las estrellas que salían cada segundo mientras Camila jugaba con los labios de Lauren, las estrellas jugaban con la luna, parecía irreal para Camila sentía que era un sueño del cual no quería despertar pero para Lauren solo era su canto de libertad.

Same Place IIWhere stories live. Discover now