Malec, the end of his night. (2x20/3x03)

The end of his night (2x20)

  ◄Me gustan las fiestas pero..¿Qué dices?¿Nos vamos de aquí?►  

La magia de Magnus esta ya lo suficientemente recuperada como para crear un portal, pero Alec insiste en cuidar de él. Magnus refunfuña y se queja por tener que caminar, pero en el fondo está encantado de que el shadowhunter, su shadowhunter, recuerda; se preocupe por él.

Su paseo hasta el loft del brujo es largo y silencioso, ambos caminan despacio, el brazo de Alec sobre los hombros de Magnus mientras el brujo rodea la cintura del mas joven. Toda la tensión de días atrás ha desaparecido de los cuerpos de ambos y se sienten como siempre debería ser. Alec  y Magnus; cazador y brujo, unidos pese a sus diferencias. No hay prisa por llegar a la meta, pues disfrutan del recorrido juntos.

La puerta del loft se abre para dar paso a ambos hombres, tranquilos y al mismo tiempo ansiosos. Realmente no ha pasado tanto tiempo desde la última vez que estuvieron solos, tranquilos y sin conflictos entre ellos, pero se han sentido como siglos. El dolor y el vacío tan intensos que los hacían añorar al otro todavía mas.

◄-Magnus desde que discutimos yo... no puedo pensar con claridad.
-Yo no puedo hacer nada sin pensar en ti.►

Magnus es el primero en deshacerse de su chaqueta, dejándola en el colgador de la entrada. Alec hace lo propio instantes mas tarde, sus manos rozándose entre las telas, pequeñas sonrisas escapando de sus labios cuando las miradas divertidas de ambos se cruzan. En calma, la complicidad de vuelta en sus vidas.

No necesitan de palabras, no cuando todo lo importante ha quedado claro. Alec ama a Magnus y Magnus ama a Alec. Es todo lo que necesitan saber, por el momento. Se tienen el uno al otro, lo demás puede esperar.

Una sola sonrisa de parte del shadowhunter es todo lo que necesitan para lanzarse a los labios del otro, sus respiraciones acompasadas en aceleración, sus corazones latiendo juntos aplaudiendo el tan ansiado reencuentro, curando las heridas que los últimos días habían causado en ellos. Necesitan los besos del otro tanto o mas que respirar.

Es Magnus quien rompe el contacto, su dedo índice apoyado sobre los labios del cazador de sombras, una sonrisa juguetona apareciendo en los labios de ambos. -Tenemos todo el tiempo del mundo... tranquilo, shadowhunter. - y suena tan erótico, sensual y al mismo tiempo divertido viniendo de sus labios que Alec no puede hacer otra cosa que suspirar, enamorado hasta la última célula de su cuerpo.  Había dolido tanto cuando esa misma palabra pronunciada por esos mismos labios había sonado tan cargada de ira... pero todo eso ha desaparecido ahora y lo único que queda es paz, coquetería, una ligera llama caliente en la base del estómago que amenaza con encender todo su cuerpo.

Alec lo sabe entonces; quiere eso mismo para el resto de su vida, a Magnus. Magnus, con sus excentricidades, con sus cientos de años, con sus hermosos ojos de brujo, con sus frecuentes cambios de estilo, con toda su gracia. Todo él trae a Alec de cabeza. 

No es que el propio Magnus esté en mucha mejor situación. Nunca, en todos sus siglos de vida, se había topado con alguien como Alexander Lightwood. 

◄Tengo un remedio infalible para las faltas de energía: un baño hirviendo,
 un buen filete, poco hecho y... unas cuantas de estas.►

Por mucho que Alec intente evitarlo, Magnus entero es magia, y fácilmente todo lo que ocurre a su alrededor tiene algo que ver con ella. De todas formas, no va a quejarse por las burbujas en la bañera cuando se sienten tan bien contra su cuerpo. Se da el lujo de olvidarlo todo. En este momento, con la espalda del brujo apoyada en su pecho, una de sus manos llenas de anillos acariciando distraídamente su muslo desnudo bajo el agua y el tarareo despistado de su novio llenando el silencio, no es un cazador de sombras. No es el líder del instituto de Nueva York. No es parabatai, no es hermano, no es un Lightwood.