capítulo 5

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-Madison ¿puedes seguir tú?- me preguntó el profesor, yo apenas asentí y seguí por donde Dani lo había dejado

-SANSÓN.- Ya está fuera la espada: entra tú en lid, y yo te defenderé.

GREGORIO.- ¿Por qué huyes, volviendo las espaldas? SANSÓN.- Por no

asustarte.

GREGORIO.- ¿Tu asustarme a mí?

SANSÓN.- Procedamos legalmente. Déjalos empezar a ellos.

GREGORIO.- Les haré una mueca al pasar, y veremos cómo lo toman.

SANSÓN.- Veremos si se atreven. Yo me chuparé el dedo, y buena vergüenza

será la suya si lo toleran. (Abraham y Baltasar.)

ABRAHAM.- Hidalgo, ¿os estáis chupando el dedo porque nosotros pasamos?

SANSÓN.- Hidalgo, es verdad que me chupo el dedo. ABRAHAM.- Hidalgo,

¿os chupáis el dedo porque nosotros pasamos?

SANSÓN (a Gregorio). - ¿Estamos dentro de la ley, diciendo que sí?

GREGORIO (A Sansón).- No por cierto.

SANSÓN.- Hidalgo, no me chupaba el dedo porque vosotros pasabais, pero la

verdad es que me lo chupo.

GREGORIO.- ¿Queréis armar cuestión hidalgo?

ABRAHAM.- Ni por pienso, señor mío.

SANSÓN.- Si queréis armarla, aquí estoy a vuestras órdenes. Mi amo es tan

bueno como el vuestro.

ABRAHAM.- Pero mejor, imposible.

SANSÓN.- Está bien, hidalgo.

GREGORIO (A Sansón.).- Dile que el nuestro es mejor, porque aquí se acerca

un pariente de mi amo.

SANSÓN.- Es mejor el nuestro, hidalgo. ABRAHAM.- Mentira.

SANSÓN.- Si sois hombre, sacad vuestro acero. Gregorio: acuérdate de tu

sabia estocada. (Pelean.) (Llegan Benvolioy Teohaldo.)

BENVOLTO.- Envainad, majaderos. Estáis peleando, sin saber por qué.

TEOBALDO.- ¿Por qué desnudáis los aceros? Benvolio, ¿quieres ver tu

muerte?

BENVOLTO.- Los estoy poniendo en paz. Envaina tú, y no busques quimeras.

TEOBALDO.- ¡Hablarme de paz, cuando tengo el acero en la mano! Más

odiosa me es tal palabra que el infierno mismo, más que Montesco, más que tú.

Ven, cobarde. (Reúnese gente de uno y otro bando. Tráhase la riña)- y en ese momento tocó el timbre para cambio de hora, guardé mis cosas y me levanté. Cuando me di cuenta los únicos en la clase éramos yo y Dani; cuando tenía la intención de irme sentí que me agarraron de la muñeca, me dieron la vuelta y me abrazaron fuertemente, en ese momento tenía mi cabeza en el pecho de Dani, él me abrazaba fuertemente como si no me quisiera soltar y raramente me sentía bien estando en sus brazos 

-Dani...- le dije alzando mi cabeza para mirarlo y antes de que dijera nada más me beso, y yo...bueno pues yo me deje llevar. Después de unos minutos nos separamos por falta de aire, teníamos nuestras frentes unidas ninguno dijo nada.  Cuando recupere la razón y los sentidos me separé de él y me fui sin decir nada. Iba caminando hacia el aula de biología cuando sentí otra vez una mano que me agarraba y muchas mariposas volaron en mi estomago, me gire y era el nuevamente 

-lo siento...Madison no era mi intención- me dijo apenado

 -no pasa nada, no te preocupes pero por favor no vuelvas a hacer eso- le dije raramente tranquila

 -lo siento de verdad y por favor no se lo digas a tu novio me matará- yo ante eso me reí, el me miro extrañado

 -no tengo novio- y me miro con cara de sorpresa, cuando pensaba decirme algo nos interrumpió una voz chillona y muy molesta

-Amor...- le dijo la barbie dandole un largo beso en los labios, yo lo único que hice fue irme de allí y aun qué no lo pareciera sentí como si me clavaran un cuchillo en la espalda 

-Madison, espera...- grito Dani corriendo detrás de mi, solo hice como si no lo hubiese escuchado, entré en clase y me senté con mis amigas, después de eso estas dos últimas clases se me hicieron muy largas hasta que tocó el timbre de salida fui en busca de Jack y Mireya a la fuente, escuche nuevamente a Dani llamarme pero hice de oídos sordos y caminé mas rápido por suerte llegué pronto a donde estaban todos. Cuando llegué solo abracé a Jack

 -ratona ¿qué te pasó?- me dijo preocupado

 -nada, solo necesitaba un abrazo- le dije con una media sonrisa, me fije que mi prima me miraba con rabia y eso si que me hizo gracia

 -ratona de qué te ríes- me dijo mi rubio amigo un poco divertido 

-de lo divertidas que se ven algunas personas cuando se ponen celosas de un simple abrazo de hermanos- le dije yo refiriéndome a mi prima 

-ratona hay veces que no te entiendo de verdad- me dijo él con cara de no saber nada 

-es mejor así mi querido rubio- le dije un poco divertida aún

 -bueno ¿qué tal si nos vamos ya?- dijo mi prima obviamente celosa 

-de acuerdo- dije yo apoyando a mi prima, me despedí de todos  y nos encaminamos al coche de Jack ya que al parecer mi prima vino con él 

-Jack ¿podemos pasar por el cementerio antes?- dije yo con cara de pena

 - claro ratona- dijo el serio. En el cementerio fui directa a la tumba sin comprar nada ya que les había dejado flores esta mañana, cuando la encontré me arrodille ante ella

 -papá, mamá ya se que vine esta mañana pero se me olvido decirles una cosa- dije yo con los ojos cristalinos -encontré al abogado que tiene vuestro testamento, ahora me reuniré con él- dije yo con la mirada perdida

 -se que paso mucho tiempo ya que lo llevo buscando desde entonces y al fin podré saber cuál fue su última voluntad- y dicho esto me sequé mis lagrimas que inconscientemente me habían salido y me encamine de nuevo al coche con mi prima y Jack siguiéndome. El camino fue silencioso hasta que llegamos a casa donde me esperaba el abogado de mis padres, cuando llegamos nos encontramos con un señor de mediana edad con un traje negro y un maletín 

-Madison este es el abogado de tus padres- me dijo el padre de Jack

 -me puede decir ya lo que mis padres pidieron de última voluntad por favor...-dije con intriga y tristeza a la vez

-bueno, señorita Madison, sus padres....

La historia de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora