Sophie se ponía cada vez más y más nerviosa. No paraba de dar vueltas por el salón, subiéndose por el sofá, yendo a la cocina a por algo de comer. Leo en cambio, estaba tranquilamente haciendo la colada.
— Sophie por favor, cálmate. No le habrá pasado nada, solo se retrasa, sabes como son los aviones— intentó calmarla mientras doblaba la ropa en el sofá.
Sophie no paraba quieta — No puedo calmarme, ya sabes como es,¿ Y si le ha pasado algo de camino hacia aquí?— estiró su pelo con las manos, arrancando un par de su coleta.
— Tú espera, ya llegará.
En ese momento Sophie se quedó estática, sin hacer ningún ruido mientras Leo seguía con sus tareas. Sophie levantó sus orejas intentando escuchar fuera de la casa, a través de la puerta, y rápidamente se levantó del sofá hacia la puerta mientras gritaba entusiasmada— ¡Ya ha llegado! — agarró el pomo de la puerta, lo giró abriendo la puerta. De repente la puerta se abrió bruscamente, golpeando su cara, sin que le hubiese dado tiempo a apartarse. Y tal y como se abrió la puerta se cerró por un chico que se quedó apoyado en la puerta, jadeando, intentando recuperar el aliento. Soltó la maleta, que por el peso se cayó al suelo, y su mochila comenzó a desprenderse de su espalda junto a su abrigo.
—¡¿Pero de qué vas?! — preguntó Sophie molesta— ¡Me tenías preocupada! Llegas tarde, sin avisar y encima me golpeas con la puerta ¡¿Estás tonto?!— comenzó a gritarle nerviosa, cada vez más cerca de él.
—¡Me perseguía un gato desde hace un rato! Perdona— el chico se disculpó, bastante arrepentido, y algo cansado por el viaje y por la regañina de su hermana, mientras se quitaba el abrigo del todo y dejando la mochila en el suelo.
— Vamos Sophie, tranquila, no era su intención, no te pongas así— dijo Leo intentando calmarla.
De repente una sombra apareció bajando por las escaleras a gran velocidad gritando un nombre:
—¡Toby!— se abalanzó sobre el chico tirándolo al suelo. Ambos comenzaron a reir a carcajadas.
Golpeó suavemente su cabeza— ¡Cuánto tiempo Raven!— hacía más de dos años que no se veían, desde que se mudaron a esa casa.
—Hola enano— exclamó la vampiresa mientras se apartaba su largo pelo de la cara y revolvía el pelo del pequeño lobo.
En ese momento un chico alto, con unos pantalones de chándal grises, una camiseta negra de manga corta negra, que le venía algo justa, que hacía que se marcaran un poco los musculos de su torso, y un pelo largo que casi llegaba a su cintura, recogido en una coleta baja, dejando un par de mechones más cortos a los lados de su cara y otro en medio de su cara cruzando las puntas justo para dejar a la vista su nariz y sus profundos ojos azules, pero no era un azul común, eran bastante oscuros pero brillantes a la vez.
Toby se le quedó mirando, viendo como este desconocido le tendía la mano para ayudarle a levantarse. Le tomó la mano y en un estirón le levantó, sin hacer prácticamente ningún esfuerzo. El lobo pelirrojo de ojos verdes se sacudió la ropa quitándose el polvo, se arregló el peinado y se presentó:
— Encantado, soy Toby— dijo con una gran sonrisa, mirando a aquel chico a los ojos.
— Yo Samuel, pero puedes llamarme Sam.
Sam tenía una expresión seria, pero dibujó una pequeña sonrisa en su cara, levantó el puño a la altura de su pecho mirando al pelirrojo. Al segundo, este le golpeó con su puño cerrado, con suavidad y al momento de separarse, Sam acarició el pelo de Toby.
— Y bueno, ¿compartirás dormitorio con Raven?— preguntó ya que los notó muy unidos en ese momento, y ya que no se podía quedar con su hermana porque ella estaba con Leo, era su única idea.
— De eso nada, —saltó Raven— dormirá en tu habitación.
Sam se acercó a Toby, se agachó y agarró su mochila.
— Te ayudo a llevar las cosas a la habitación.
— Gracias— dijo recogiendo la maleta.
Toby seguía a Sam que subía por las escaleras hasta el segundo piso, mientras observaba la ropa que él llevaba, era simple, cómoda, "¿Vestirá así todos los días?", se preguntaba a sí mismo.
Pasaron por delante de dos puertas nada más llegar a la segunda planta: una estaba cerrada, mientras que la otra tenía la puerta abierta de par en par y se veía una cama de matrimonio y bastantes prendas de ropa por el suelo, "será la habitación de mi hermana y Leo", dedujo por el desastre. Se pararon en la puerta que había en mitad del pasillo, Sam abrió la puerta y entró, mientras tanto Toby observaba la puerta del fondo del pasillo a la cual no le llegaba la luz, "seguro que esa es la habitación de Raven, me da escalofríos" pensó para sí mismo, girandose hacia la puerta de su nuevo dormitorio. Sam acababa de entrar y dejó la maleta al lado de la cama que Toby ocuparía.— Esa será tu cama,—dijo señalando la cama perfectamente hecha, sin arrugas en las sábanas y con una estantería vacía por completo en la cabeza de la cama— tienes tu propia estantería para que pongas lo que quieras— entonces golpeó el armario que tenían detrás el cual estaba incrustado en la pared— y aquí el armario, hay una mitad sin usar, es tu parte del armario. Espero que te guste tu nueva habitación.
Toby asintió alegre, dejó la mochila encima de la cama, comenzó a sacar cosas de ella: cuadernos donde escribia sus pensamientos o simples ideas que dejó en la estantería, un par de zapatillas blancas que dejó en un estante dentro del armario. Lo siguiente fueron unos cuantos gorros, gafas de sol, cinturones y un par de camisetas negras que fue colocando en el armario, y las gafas en la estantería. Por último sacó un pequeño ordenador portátil que dejó encima de la cama, sacó el cargador de este, el del telefono, una batería externa, un disco duro y unos auriculares un tanto peculiares, claro, tenía orejas de lobo; por ultimo sacó un par de estuches que dejó en la estantería tambien, junto a los cuadernos.
—Hey! El baño está listo, ¿te importa si vamos juntos?— preguntó Sam. En ese momento el chico acababa de poner los estuches en el estante, y uno de ellos le llamó la atención.
Toby se sorprendió, no sabía que se había ido. Aún quedaban cosas que colocar de la maleta en el armario, pero estaba cansado, así que pensó que si se daba un baño ya continuaría.
—¡Oh! No hay problema, ¡vamos!—respondió alegremente— pero debo responder a mi madre primero.
>¿Llegaste bien?¿Como están todos?
Sí mamá, he llegado sin problema<
Ytodos están perfectamente, como siempre
Voy a darme un baño mamá<>Muy bien cielo, ¡Diviértete con tu hermana!
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Sam y Toby
RomanceEn un mundo dónde monstruos y humanos conviven, Toby, un hombre lobo de 17 años decide ir a vivir con una de sus hermanas mayores y sus amigos. Durante su estancia en esta casa, conocerá a nuevos amigos y vivirá diferentes experiencias.