Era una noche oscura y fría, algo extraña para aquel día de verano, en el que un joven llamado Drajo estaba pasando las páginas de un viejo libro que heredó de su abuelo, un libro que hablaba de monstruos de la noche, fantasmas, tesoros, maldiciones y acertijos.
Mientras pasaba las páginas, le invadió en escalofrío por todo su cuerpo, y por un momento se sintió observado; incomodo miro por todos lados, hasta que de repente se giro lentamente hacia la venta, y vio un búho blanco de lo más hermoso, a Drajo le llamó la atención por que al fijarse mejor llevaba una llave colgada al cuello con un papiro, abrió la ventana y el búho le dio el papiro y se fue con la llave sin darle tiempo a él de cogerla.
Él inmediatamente desenrolló el papiro y lo leyó decía lo siguiente:
"Oh gran elegido, H te espera, si deseas saber más ve al bosque donde el búho te espera con la llave que abrirá la puerta, pero más debes saber que una que se entra no se es posible salir solo, así que si piénsalo bien"
Al leer esto Drajo no se lo pensó dos veces y decidió ir, por qué el no podía dejar un misterio así sin resolver.