Tengo frio. Mamá me recomendó que llevara campera pero no atendí. Ahora me arrepiento. Hasta puedo escuchar su "te lo dije" en mi cabeza. Me froto las manos como si estuviera enfrente a una fogata,pero no ayuda mucho.
Levanto la cabeza y los miro,a cada uno de ellos.
Parecen cansados,pero todavía saben lo que hacen.
Miro la hora. No tengo reloj,asi que solo veo mi muñeca. Me toco los bolsillos. No tengo bolsillos.
Tendré que preguntar.
-Che lindo,qué hora tenes?
-Emm pará... Ahora son las 9:03,ya debería estar terminando.
Hago una mueca de que coincido en lo que dice.
Vuelvo a mirar adelante.
Intento cruzar la pierna,pero al moverla siento que algo detiene su movimiento. Me estoy pisando el cordón desatado.
Agacho la cabeza y mirando adeltante de nuevo,ato mis cordones sin mirarlos;de memoria.
Suena el silbato. Por fin sonó.
Estuve esperando ese sonido toda la semana.
Por fin me toca.
Me levanto de la sillita de Quilmes y espero a que se desocupe el lugar. Y entre risas y gastadas,vamos entrando todos.
Unos cuchichean, otros van calentando, corriendo o pateando al arco.
Es lindo ver tantas caras conocidas ahí.
Pero mas lindo es verla a ella.
La redonda,la pelota,la bocha.
Es una simple pelota,así se ve.
Pero cuando se pone en juego es otra cosa.
Todo gira en torno a ella. Es la cosa más hermosa y simple que puede haber.
Con solo patearla siento que puedo liberar todas las tensiones,y ni hablar de si se hace un gol o se gana el partido,pero es la terapia mas sanadora que hay. Con ella podes hacer lo que querés: la manejás a tu antojo.
Pero si no hay nadie usándola no es nada mas que una simple "pelota"
Armamos los equipos,siguen las gastadas y ,al cabo de uno 5 o 10 minutos,empieza el partido.Salgo cansado,contento. Lo primero que hago es buscar una silla para descansar las piernas (por el momento) mientras escucho las gastadas de mi equipo,en las que participo pero muy poco porque me gusta más escuchar.
Dejo de escucharlos,y me pongo a mirar la pelota que está sola en el medio de la cancha. Reflexiono.
Agarro un vaso,me sirvo lo que haya para tomar y me vuelvo a meter en las risas y los reproches.Después de una media hora,decidimos volver y empezamos a salir de a uno del lugar,yendo hacia el auto que nos haya traido. Pregunto quien tiene lugar. Me responden: -Acá,subi que yo te llevo.
Terminan de subir lo demás y ya estoy metiendo