Amable los 30 de febrero, odiosa el resto del año.

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Nombre: Kate Hastings

No creo que haber conocido al hombre que apenas haya empezado a enamorarme lo arruine, algunos simplemente acabándolos de conocer me doy cuenta de sus intenciones, otros durante el cambio, y muy pocos cuando empiezo a abrir mi corazón.

Simplemente no soporto la idea de que un hombre crea que va a jugar con migo o hacer las típicas cosas que hace que me decepcione de los hombres: Celos sin razón, desconfianza, creer que son mi prioridad (como odio eso) y por ultimo y mas importante LA INFIDELIDAD.

Todos somos humanos y nos equivocamos, eso lo tengo bastante claro. Pero si usted hace eso y con un ''lo siento'' espera arreglarlo todo. Disculpas aceptadas, confianza denegada.

No se equivoquen solo tengo 20 años y acabo de terminar la universidad hace 3 meses.

Pero tengo algo que he amado desde mis 16 años: AUTOCONTROL.

Ningún tipo con los que salí me vieron celosas alguna vez, ni insegura. Claro que he sentido celos pero los controlo muy bien.

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Mi mama era una gran abogada y trabajaba en una firma muy prestigiosa. Tenia muchos amigos de alta clase y apenas finalizando de la universidad me había buscado un gran empleo en una famosa revista de sociedad

Esa mañana me levante como de costumbre para ir a mi trabajo. Hacia un poco de frió así que decidí la típica falda negra y una blusa blanca muy bonita, solo que esta vez agregue a mi ropa un suéter rojo vino y mis zapatos negros de tacón. No se confundan con mi formal ropa, no es que no me gusté, pero para salir con mi amigos y pasar el rato me visto muy diferente.

Por ultimo me puse rímel, lápiz y un poco de pinta labios rojo oscuro. Ese casi siempre era el único maquillaje que usaba.

Tome las llaves de mi auto me dispuse a salir de la casa. Eran las 7:05 y debía estar en el trabajo a las 8. Así que decidí pasar por un cafe antes de llegar. Al parecer muchos tenían mi idea en la cabeza porque en el lugar había muchas personas, sorprendentemente la fila estaba vacía pero la mesas no. Delante de mi solo había una pequeña niña y su padre. Y luego fue mi turno.

-Buenos días señorita ¿que desea ordenar?- Me pregunto la chica con una sonrisa envidiable.

-Un cortadito, un muffin y un paquete de galletas de canela- le pedí.

-Por supuesto. ¿Algo más?- me pregunto la chica muy sonriente. Tan temprano y con tan buen humor. Esa chica en serio parecía amar ese trabajo.

-No solo eso, gracias- le pedí.

-Ok. Solo espere un momento-

En lo que me traían mi pedido me dispuse a ver los dos mensajes que tenia en el celular. Uno era mi mama deseándome buena suerte y otra era de Hallie, mi mejor amiga desde que tengo memoria, también deseándome buena suerte y recordándome que en la noche fuera a su casa para pasar un rato de amigas.

-Disculpé, me puede dejar pasar, por favor- me pidió un chico muy apuesto detrás de mi.

-Oh si, lo siento- me aparte a un lado para el ordenar.

-Señorita su pedido, señorita, su pedido- y la chica de la caja chisto los dedos.

Estaba tan entretenida hablando con Hallie que ni me di cuenta que estaba hablando con migo.

-Oh si disculpa- tome mi pedido y me dispuse a caminar para encontrar una mesa. Empece a mirar por todos lados. Y nada.

-Si quieres puedes sentarte con migo- me dijo el mismo tipo de hace un rato en la fila.

-Bueno si me ruegas tanto- ambos reímos ya que el solo me lo había pedido una vez.

Me senté en la silla y saque mi celular pasa seguir hablando con mi amiga.

-Al menos puedes decirme tu nombre- pregunto el tipo que esta al frente mío.

-Me llamo Kate- le dije extendiendo mi mano.

-Nick, un placer conocerte hermosa- dijo con una sonrisa picara y juguetona.

-El placer es mío - y le devolví la sonrisa.

-Y ¿cuantos años tienes?¿trabajas? ¿Estas soltera?

Cuando hizo su ultima pregunta levante una ceja- Tengo 20, trabajo en una revista haciendo columnas y la ultima me la reservo.

El ladeo con la cabeza divertido- Bueno, tengo 23, soy publicista y soy soltero- y me guiño un ojo.

-Oh- fue lo único que dije y le dedique una sonrisa misteriosa. Me dispuse a levantarme.-Bueno me tengo que ir.

-Yo igual, ¿me das tu numero?-

-Mmm ¿Y que gano dándote mi número?- pregunte levantando una ceja.

-Una cita con migo toda una noche- dijo muy orgulloso de si. Como si se tratara de un adonis o algo por el estilo.

Yo negué con la cabeza divertida y me dispuse a avanzar a mi auto. Entre y cuando me iba lo vi por el retrovisor caminando hacia mi, iba a pisar el acelerador pero las estúpidas llaves estaban en mi bolso. Cuando por fin la encontré y las iba a entrar el me las arrebato de las mano y me dijo: -Dame el numero o no te iras de aquí- tenia en su rostro una sonrisa burlona.

Rodé los ojos con diversión y me dispuse a darle '' mi numero de teléfono''. Luego me devolvió las llaves e iba a marcar para asegurarse de que no lo estaba engañando pero el muy idiota me dio las llaves antes de confirmar y yo pise el acelerador. A lo lejos lo escuche gritar: -Muy graciosa Kate- lo ultimo que vi fue cuando saco mi celular para tomarle una foto a mi placa aunque fue algo inútil, porque no considero que estuviera tan loco para empezar a investigarme.

Yo por mi parte me rei bastante y seguí conduciendo a mi trabajo me espera un gran día de trabajo al cual iba 5 minutos tarde, gracias al tipo ese de hace un rato, el cual por cierto ni recuerdo el nombre.

Cuando me dispuse a bajar de el auto en el estacionamiento. Entre al gran edifico y dentro del elevador toque el botón con la letra 9. Y cuando este se paro en el piso que me tocaba casi se me cae la mandíbula cuando vi quien estaba ahí....

Amable los 30 de febrero, odiosa el resto del año.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora