Wasted [Fontcest]

Capítulo 6

Ganz despertó en soledad, algo extrañado al ver la hora que era en el reloj de pared y no haber sido despertado por Papyrus obligándole a ir con él a donde fuese que trabajara como guardia real.

Para asegurarse, Ganz exploró toda la casa encontrándola vacía, hasta ir al cuarto de Papyrus, donde al entrar se la encontró igualmente sin nadie dentro ¿Acaso en serio Papyrus lo había dejado solo?

Ganz se adentró al cuarto y lo observó, realmente estaba igual que cuando se fue, exceptuando tal vez una especie de maniquí extraño donde colocar la armadura cuando no se utilizaba, la cual, no se encontraba ahí.

– Capitán de la guardia real y lo que tú quieras– habló consigo mismo Ganz– pero sigue teniendo una cama en forma de coche de carreras– se acercó a la cama sentándose en esta.

Ganz acarició unos segundos la sábana de esta, recordando cuando Papyrus era más pequeño y le leía el cuento de Fluffy bunny, agitando su cabeza para sacar esos pensamientos y levantándose rápidamente para seguido salir del cuarto y luego de la casa, viendo el pueblo de Snowdin a la vez que cerraba la puerta.

Sin dudar Ganz empezó a caminar, metiendo sus manos en los bolsillos de su abrigo y mirando la nieve según caminaba. Hacia mucho que Ganz no paseaba por el pueblo con tranquilidad, y este aunque lo apareciera no lo era, si alguien de la guardia real o Papyrus lo veía se metería en problemas, habiendo salido de la casa, pero ya era tarde para arrepentirse, sin darse cuenta sus pies lo habían llevado a Grillby's, deteniéndose para poder observar el bar desde afuera.

– Welp... A esta hora no creo que haya muchos monstruos– murmuró el esqueleto, decidiéndose a entrar.

Al entrar, como si hubiese tirado al suelo un jarrón y causado un estruendo enorme, todos los que se encontraban en el lugar voltearon a verle, callandose mientras observaban al esqueleto como si hubiesen visto un fantasma.

Con incomodidad Ganz se acercó a la barra, tratando de ignorar las miradas que se posaban en él, que un rato después volvieron a lo suyo, algunos atreviéndose a saludar al pequeño esqueleto.

– ¿Ganz? Hace como un mes que no apareces por aquí– el monstruo de fuego se acercó al mencionado– se escuchan todo tipo de rumores por ahí sobre ti y Papyrus

– Oh... Em... La mayoría son mentira, seguramente– respondió Ganz viendo a su viejo amigo, realmente lo había hechando de menos– Grillbz yo...– Ganz se vio interrumpido viendo que le servían una copa.

– Lo añadiré a tu cuenta, no hace falta que me cuentes nada si no quieres, pero ya sabes que estoy de tu lado, te conozco, y sé que cosas harías y que cosas no– habló Grillby, dejando claro que confiaba en Ganz.

Ganz suspiró y asintió agradecido mientras tomaba el vaso y con rapidez bebía el alcohol que este contenía.

– Grillbz, maté a un guardia... Yo no quería, él me atacó... Lo siento tanto– Ganz agachó la cabeza apretando su puño.

– Está bien Ganz, fue en defensa propia– murmuró Grillby.

Realmente Ganz siempre había agradecido la compañía de Grillby, siempre le había contado casi todo al monstruo de fuego, el cual muchas veces le aconsejaba y ayudaba, era un buen amigo y eso le hacía preguntarse siempre si se merecía a alguien como él.

– Gracias...– Ganz miró a Grillby– ¿Has oído cómo he llegado a volver aquí?

Grillby asintió.

– Los guardias que vienen a tomar a veces, comentaron entre ellos que te habían atrapado, y que ahora estabas bajo arresto, siendo vigilado por Papyrus– resumió lo que sabía.