Miss Kobayashi's dragon maid es una obra perteneciente a Yasuhiro Takemoto. Todo lo escrito en este fanfic tiene como único fin entretener al lector. Los personajes utilizados (a excepción del protagonista) pertenecen a Coolkyoushinja. Nada de esto está utilizado para fines lucrativos o comerciales. ¡Disfruten!
Mis días eran monótonos y tranquilos, mi rutina diaria consistía en despertar, desayunar y trabajar todo el día en la creación de un software de programación, ese era el trabajo con el que me ganaba la vida y me iba bastante bien en ello. Cuando no estaba trabajando era porque tenía que descansar.
Sin embargo, ese día, aunque presumía ser una mañana cualquiera, no lo sería.
Al despertar supe que había sido un agradable descanso, necesitaba esas horas de sueño que con mucho esfuerzo había evitado, me quede unos minutos mirando el techo blanco de mi habitación, los sonidos del exterior llegaban como intrusos por mi ventana y se colaban en mis oídos haciéndome saber que era momento de levantarme y disponerme a comenzar mi día normal, dí un gran suspiro y me levante, me quite las pijamas y me puse algo más cómodo, me dirigí al baño sintiendo el suelo frío calar en las plantas de mis pies, mojé mi cara con intención de despertar de lleno, terminé de arreglarme y salí de mi habitación dirigiéndome a tomar el desayuno, llevé mi portátil a la mesa del comedor y aun con bocado en la boca comencé a revisar mis archivos y a reorganizarme.
El software estaba a un noventa por ciento de ser terminado, al menos este trabajo estaría hecho, solo necesitaba un testeo y adaptarlo a distintas plataformas. Así que sin más me dispuse a seguir trabajando en ello.
Al cabo de una hora había dejado el desayuno a medio comer y mis ojos seguían centrados en la pantalla, me despereze un poco de aquella silla y miré a la cocina buscando un bocadillo desde la mesa. Avispé el plato y los huevos a medio terminar. Recogí los platos y fui a lavarlos, al terminar el sonido del reloj dictaba las 10:07 am reinando en aquella estancia.
"Todo parece estar muy tranquilo, como siempre" me decía a mí mismo como rutina necesaria para romper el silencio que de vez en cuando se volvía extraño.
Caminé hacía el comedor y recogí mis cosas para llevarlas a la sala, antes de llegar a ella un extraño ruido proveniente del interior de mi habitación me dejo perplejo, se había parecido a un estruendo descomunal contrarrestando al silencio que había sido interrumpido sin piedad.
Cambié mi dirección y con paso decidido pero sigiloso me guíe hasta la habitación agudizando mis sentidos para percatarme de cualquier otro sonido desconocido, me planté delante de la puerta de madera.
Espere unos momentos, y escuche como alguien estaba dentro de mi cuarto, "¿Qué demonios, un ladrón? Y a esta hora, sí que debe gustarle madrugar". Busqué mi móvil en el bolsillo, hasta que recordé que llevaba un pans todo gastado, sin bolsas que usaba en las mañanas. Celebrando mi buena suerte, me premié por buscar en un cajón del librero algo con lo que defenderme y, que mejor que un revolver Beretta 92 que mi padre me había regalado cuando cumplí 21. "El viejo sí que merece un premio, aunque tal vez no por el padre del año".
La revise con cuidado esperando que todo estuviera en orden y así era, camine decidido hacía mi habitación, pare de nuevo en la puerta.
Inhale y exhale varias veces presuroso, un ligero sudor perlaba mi frente y mis manos se sentían frías al tiempo que mis piernas flaqueaban. Traté de calmarme sin éxito y de una agarré el picaporte y de manera brusca abrí la puerta y alzando la pistola en todas direcciones mis ojos y arma se toparon con un ladrón un tanto peculiar.
- ¿Huh...?
Resultó ser una chica, que estaba sentada en mi cama de manera natural. En su cabeza portaba una cachucha rosa y blanco con cuernos a sus dos lados. Una cabellera rubia, shorts que hacían resaltar sus piernas bien torneadas, cubiertas de