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—Dime qué pasa, Mark.— preguntó Jaebum, el chico del cual he estado enamorado los últimos dos años.

—Me pidieron que te dijera algo...— lo dudé desviando la mirada a un punto no muy fijo de su habitación.

—Pues dilo.

—Es sobre un amigo, él... al parecer está... le gustas. Y no sé, me pidió que si se podían ver en la cafetería que está frente a la facultad.

—¿Qué?

—Mañana a las cinco de la tarde te estará esperando, por favor, le dije que irías.— lo miré a los ojos con súplica.

—Mark, tú sabes que a mí ya me gusta alguien.

Mi corazón se detuvo un momento.

Ya lo sabía, pero eso no impedía que me doliera el alma, tanto que me sentía asfixiado.

—Sólo escuchalo, Jae. Después de que lo escuches, si quieres, me encargaré de que ni siquiera te voltee a ver.

Ese amigo, era yo, y aunque sabía perfectamente que él me iba a rechazar, quería por fin confesarme.

Los dos años, hasta el presente, me la he pasado fantaseando con el famoso y malvado JB. Fantasías de todo tipo; desde las más inocentes, hasta las más sexuales que en mi cabeza pueden pasar.

JB: ¿Qué puedo decir de él? Es el típico chico rudo que viste de negro, el que camina por los pasillos de la facultad ignorando a cualquiera que le pase a un lado. Es ese chico del cual las niñas se mojan y le podrían aventar sus bragas si pudiesen.

En cambio yo, era uno más de la facultad, el callado y tímido. Al que nadie le quiere hablar porque a los segundos se aburren de él.
Excepto JB, él un día simplemente llegó a mi banca en donde todo el día me la pasaba solo y me sonrió. Quizá fui el primero y de los pocos que han conocido esa sonrisa, y eso, es algo que me vuelve loco.

—Si es un loco, te juro que te mato a ti Mark Tuan.— asentí, frunciendo el ceño en preocupación. —mi tierno Mark Tuan.

Despeinó mi rubio y largo cabello, luego, me atrajo hacia él en donde pegué mi mejilla en su hombro.

—Quizá sí esté loco por ti.— dije, sin moverme de la posición en la que estaba.

—Y eso, en cierta manera me dá de qué pensar, ¿un hombre enamorado de mí?

Lo miré.

—Que sepa no eres homofóbico.

—No lo soy,— me atrajo de nuevo hacia él. —sólo que es... extraño.

—Tienes todo para que cualquiera guste de ti, Jae... en cambio yo...

—Hey— me separó de él. —No digas eso, tú también lo tienes todo, estoy seguro que cualquier chica caería si se animara a hablar contigo y tú... hombre, deberías soltar esa lengua.

Me sonrojé. No de una manera inocente, para ser sincero, pensé muy mal.

—Sí, cualquier chica.

No.

No quería cualquier chica. Las chicas no hacían que mi pene se endureciera o que mi corazón latiera rápido.
Me gustaban los chicos. Me gustaba muchísimo él. Pero él siempre es tan... serio, estaba seguro de que gustaba de chicas, aunque ignoraba a las mujeres de la facultad, él era heterosexual.

...

—¿Va a pedir algo?— preguntó una chica a mi lado en la cafetería.

—Sólo un vaso con agua, espero a alguien.

Ella asintió. Minutos después ya estaba de regreso con el agua.

—Gracias.— sonreí.

—De nada. Si desea algo más, me llama.

Asentí.

6:30 p.m.

Miré el vaso ya sin agua. Suspiré. Era algo vergonzoso seguir esperando algo que sabía no iba a llegar.

Me puse de pie y de mi cartera saqué un billete dejándolo sobre la mesa en donde me había sentado.
Entré a mi auto y conduje hasta mi casa.

Qué idiota.

Idiota.

Idiota.

Idiota, Jaebum Im.

Ah.

...

—Mark— se recargó en el casillero de a lado. —entré en pánico, no quise llegar a esa cafetería. Dile a tu amigo que no pude, que se me presentó algo, no sé, pero que hoy sí estaré en ese lugar a la misma hora de ayer... ¿Cómo rechazo a un chico?— lo miré molesto.

—Como sea, él ya no quiere verte. Felicidades, Jaebum, lograste rechazarlo indirectamente.— cerré mi casillero molesto.

—Sólo necesito verlo, saber quién es. Tengo curiosidad.

—¿Curiosidad? ¿Sólo eso? ¿No te interesa en lo más mínimo qué siente él?

—Bueno... quizá un poco.

Cerré los ojos. Respiré profundo.

Tranquilo, Tuan. No intentes romperle la cara.

Me puse la muchila en mis hombros y comencé a caminar.

—Vamos, Mark.— me sujetó del antebrazo.

—Suéltame.

—¿No vas a preferir a ese amigo antes que a mí, cierto?

—Sí, sí lo prefiero a él.— frunció el ceño. —Porque ese amigo soy yo. Te esperé, te esperé una hora y media después de lo acordado.

Estaba intentando con todas mis fuerzas que mi voz no se rompiera.

Jaebum quedó en shock. Me miró sin ninguna expresión.

—Lo siento, ¿de acuerdo? Me enamoré de ti.— dije lo mas bajo posible.

Se acercó a mí, abrazándome de la cintura, juntando nuestros cuerpos. Me besó, y el del shock ahora fui yo.
Mientras el besaba mis labios inmóviles, yo miraba su expresión relajada, con ojos cerrados mientras sus labios tomaban los míos.

Cuando caí en la cuenta, cerré los ojos y con miedo pase mis brazos envolviendo su cuello y así estar más cerca de lo que ya, si es que se podía. Entonces, lo besé también.

Tomó mi mano al separarnos para después besar los nudillos de esta. Me sonrió. Le sonreí.

—Eres lo mejor, Mark. Gracias por corresponder mis sentimientos.

—¿Qué?

—Te amo, Mark. También lo hago.

—¿Por qué nunca me dijiste nada?

—Por miedo.— le miré. —Perdóname si te dejé plantado ayer, no tenía idea de que fueras tú, si lo hubiera sabido, hubiese llegado incluso antes que tú.

Me reí.

Me besó una vez más.

—Jaebum-ah, te amo.

—Y yo a ti.

Me abrazó fuerte mientras escondía mi rostro entre su cuello y hombro, regalándole un beso húmedo allí.

***

Estaba aburrida y de ello, salió esto. ; - ;

『5:OO p.m.』   ;m.b   『o.s』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora