Rain

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Unos esponjosos labios acariciaban con suma lentitud aquel cuello pálido y perfecto, los dientes marcaban la piel, que de apoco tomaba un color rosa, que seguramente en días seria morado. Grandes manos acariciaban aquel esbelto cuerpo, recorrían una fina cintura, muslos, costilla, con delicadeza, como si fuera lo más delicado del mundo. Suspiros eran lo que se escucha en aquella habitación, uno detrás de otro, la música que ambientaba la escena era perfecta para la ocasión, se escuchaba una melodía suave, así es como ellos lo querían, suave, lento, la noche era de aquello jóvenes amándose entre las sabanas.

MinHo jugaba con el cuerpo de TaeMin a su antojo, mordisqueaba, chupaba, lamia, cada trozo de piel a su alcance, marcándolo como suyo. TaeMin era suyo. Su bello esposo siempre se dejaba ante sus caricias. Lo veía sonreír entre gemidos, tenía las mejillas de un tenue color rojo producto del acaloramiento. Su pelo largo desparramado sobre la almohada lo hacía aún más deseable y sexy.

— Tan exquisito siempre. —susurro MinHo sobre los labios de su joven esposo, apoyando la frente sobre la ajena. Lo embistió de apoco, despacio sin tener prisa—Mh... — jadeo, tomando aire. Estaba muy estrecho.

TaeMin cerró los ojos ante la intromisión, sentía como de apoco era llenado tan placenteramente, tenía los brazos alrededor del cuello de MinHo, los dedos enredados en las hebras azabache, tirando de ellas con fuerza.

Mordió su labio inferior, luego lo lamio. Levantando su cadera termino de auto-penetrarse por completo. Chillo ante el dolor, eso había sido rudo de su parte. MinHo dejaba cortos besos en el rostro del joven, no es que fuera su primera vez. Pero con tanto trabajo y responsabilidades de ambas partes el sexo era algo que se había desplazado, y su esposo de ojos grandes estaba más "dotado" o de ultima él estaba más cerrado de lo que estaba acostumbrado.

— ¿Quiere que me mueva?

—Sí, por favor —respondió TaeMin.

MinHo asintió y empezó a mover su pelvis de forma circular, sentía como las paredes de TaeMin se relajaban y estiraban haciendo mucho más fácil el movimiento. El menor acariciaba su espalda, toda ella, reposando las manos sobre su parte baja haciendo presión en aquella zona.

Acelero los movimientos un poco, ya de forma vertical, entrando y saliendo del menudo cuerpo bajo suyo, ataco los labios de su esposo, invadiendo el interior de esta con la lengua, acaricio el musculo ajeno con el propio degustándolo, sabía bien. TaeMin siempre sabía bien.

Gimió en la boca ajena de puro placer.

— Más... MinHo —TaeMin gimió arqueando la espalda, clavo las uñas en el bien formado trasero del moreno apretándolo contra él, manoseándolo a su antojo— Mh.

Agarro de las finas caderas con fuerza, acelerando los movimientos, entrando y saliendo sin descanso, con velocidad, sin detenerse. TaeMin se removía bajo suyo. Con los ojos cerrados apretaba de su trasero, gimiendo con la boca abierta, disfrutando tanto como él, en este acto donde podía demostrarle en forma carnal todo el amor que le tenía.

Acelero más los movimientos, TaeMin contraía sus paredes, en aviso de que no podría aguatar mucho más y así fue.

— ¡MinHo!

Fue su último aliento antes de sucumbir ante el encanto del orgasmo y él lo siguió, corriéndose en su estrecho interior cayendo rendido sobre el cuerpo sin fuerzas de TaeMin, ambos se abrazaron y se sonrieron en complicidad. TaeMin cerró los ojos tomando pequeñas bocanadas de aire, regulando su respiración. MinHo aún estaba en su interior, se movió con ligereza y lo hizo jadear ante el repentino movimiento.

— ¿Lo quieres de nuevo? —pregunto MinHo.

—Sí, necesito más orgasmos —respondió, TaeMin riendo.

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⏰ Última actualización: Sep 13, 2018 ⏰

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