Dolor.
Sentía un dolor muy fuerte de cabeza, me quería mover pero no podía, simplemente mi cuerpo no respondía, estaba pesado y dolía, todo dolía, abrí un ojo la cabeza dolió mas, abrí el otro y la habitación empezó a dar vueltas, cerré de nuevo los ojos pero sentí que era mi cuerpo el que daba vueltas, así que decidí abrir los ojos de nuevo y lo vì.Frente a mi en un sillón estaba Sebastian, tenia la cabeza en las manos, sus codos recargados en las rodillas, cubiertas por una sabana, su torso desnudo tenia gotitas de agua, se había bañado hacia poco, estaba muy bien el tipo, mi esposo, recordé como la noche anterior recorrí ese delicioso torso descaradamente, como Lamí su piel, mordí sus pezones prietos y pequeños, sentí vergüenza, y detuve mi pensamiento, sobre todo al ver como su cabeza caía con pesar. Por supuesto que entendía que se hubiera arrepentido.
Fue entonces que toda la noche vino a mi memoria de fregadazo, sus besos, mis besos, sus caricias, mis caricias, un juez que despertamos en medio de la madrugada y al cual el pago para que nos casara, si ellos eran muy ricos, obscenamente ricos, dijo Marta. Dios, gire lentamente mi cuerpo hacia un lado pero quede boca arriba, malo, muy malo, mi estomago protesto y empecé a sentir arcadas, no supe si fue por todo lo recordado o por el alcohol solo se que me levante como rayo y no supe hacia donde ir.
El levanto la mirada y sonrió triste.
- El baño esta por allá - apunto hacia una puerta en la esquina, corrí y apenas alcance a llegar hasta la taza del mismo y tooodo salio.
Que vergüenza, el entro y detuvo mi largo cabello mientras yo seguía hechando la vida, no se como pero estaba llorando, y cada vez era mas fuerte mi llanto, me estoy poniendo histérica pensé. Pero mi vergüenza fue peor al sentirme desnuda.
Respire profundo y Sebastian se levanto lleno un vaso de agua y me lo dio.
- Bebe, te hará - bien tome el vaso y di pequeños sorbos, sabia que mi estómago no soportaría mucha agua en ese momento, no era mi primera borrachera y sabia lo que venia después, pero esta tendría consecuencias y valla que consecuencias.
Me levante y lave mi cara, seguía sollozando no podía parar, el abrió la llave de la ducha y regulo el agua.
Sin decir nada solo salio y me metí en ella solo deje que el agua cayera por mi cuerpo y llore, no se cuanto estuve ahí dejando que el agua se llevara mis lágrimas, sentí que abrieron la cortina del baño, cerraron las llaves, luego me envolvió en una gran toalla, me levanto en brazos y me saco de ahí.
Seco mi cuerpo con ternura, como a un niño pequeño, tiro la toalla en un rincón y me puso una bata de esas afelpadas, estaba frío ¡en pleno verano frío!, cualquiera podría pensar que por el aire acondicionado, pero no, el frío venia de dentro de mi.
Me sentó en una silla frente a una mesa en donde había café, agua, fruta, chilaquiles y jugo de naranja.
Tome café, que el sirvió, por supuesto, sentir el liquido caliente recorrer el camino hasta mi estomago fue agradable, pero aun así paso muy rápido, el frío volvió.
- desayuna algo - dijo muy quedo - debemos hablar - claro que debíamos hablar, habíamos hecho una tontería, una soberana estupidez, pero bueno buscaríamos una solución.
Comimos en silencio sin mirarnos, al menos yo no tuve el valor de mirarle a la cara, sonó el teléfono de la habitación y el fue a contestar. Yo no quería pensar, pero en mi familia decían que era yo la mas sensata, mi familia, Dios! Que irían a pensar cuando se dieran cuenta de lo que hice. Suspire y mire por la ventana, quería llorar pero aunque sentía mis ojos húmedos ya no salían lágrimas.
Sebastian miro a la chica, la chica! Ni siquiera recordaba el nombre de su ahora esposa, era muy hermosa, sus ojos color chocolate eran grandes y expresivos, ligeramente rasgados, tenia unos riquisimos labios gruesos que había mordido varias veces la noche anterior, el redondeado trasero respingón que le encantaba y sus largas piernas moldeadas, de mucho ejercicio supuso, que placer le había dado esa chiquilla, que, desinhibida por el alcohol se había creído una mujer, el recordaba muy bien la noche anterior, cuando Martha, su prima, le dijo que tenia una nueva amiga, al principio se molesto, siempre después de lo de Vera (que no hacia mucho) todos sus primos querían presentarle a alguna amiga, ni siquiera sabían lo que el sentía, mas bien lo que no sentía, pero al entrar en el bar fue lo primero que vio y le gusto, y Sebastian Aguilar siempre tenia lo que le gustaba, el no siempre fue así pero después de su fallido matrimonio y el tormentoso divorcio ya no le importaban las personas, jugaba con las mujeres, las usaba y era lo que pretendía con esa chiquilla o al menos había pretendido, se fingió borracho después de unos tragos y ni siquiera escucho lo que su prima le había dicho de ella, solo recordó cuando Joel les propuso aquella disparatada idea del experimento y fue cuando la beso, sus labios sabían a fresa, wisky y pizzza, le gustaron sus besos, el roce de sus manos en su cuello y la tímida caricia que le hiciera a su pecho, se sintió inmendiatamente excitado, aunque no sintió mucha respuesta de parte de ella, pero aun así se lo propuso y lo consiguió, la tuvo a su placer en su cama, aunque después del sexo casi se infanta cuando ella le platico a grandes rasgos que hacia y quien era, una niña.
Demonios el tenia 26 años y ella solo 17 aunque su cuerpo no parecía de una chiquilla, pero así era y ahora estaba en un gran dilema, no tenia ni una ínfima idea de que iba a hacer ahora, por eso llamo a Alex, su mejor y gran amigo, aparte de ser también su abogado.-Que, que???? - grito Alex al teléfono - No macho tu no sales de una para cuando te estas metiendo en otra - Alex se paseaba de un lado a otro jalando se el cabello - Seb, amigo, estas jodido, si sus padres se enteran de quien eres y que estas podrido en dinero te van a demandar - suspiro - necesitas venir, estando aquí hablamos y buscamos una solución - le colgó.
Sebastian regreso la bocina a su lugar sin ver sus ojos estaban puestos en ella, se estaba cansando de verle llorar y triste, pero decidió que era hora de hablar.
Se acerco lentamente a ella y carraspeo.
- Mjjmjj!!! - ella volteo y sus ojos se agrandaron, Sebastian le tomo la mano y la sentó en un sillón - Ok, la situación es esta - miro sus labios y su cerebro dejo de trabajar, levanto lentamente su mano derecha y acaricio el labio inferior, al hacerlo miró su anillo de matrimonio, un pequeño aro que Martha había hecho para cada uno de papel aluminio que saco de la cajetilla de sus cigarrillos y así como su mano subió bajo de nuevo - Bien, no se quien eres, tu sabes quien soy yo??-Porque le miraba así? Parecía que no entendiera su pregunta. Ella hizo un amago de sonrisa y respondió:
- Mi esposo???-Sebastian sonrió con sorna torciendo los labios.
- Me refiero a QUIEN SOY???- repitió como si ella fuera tonta - Martha te hablo de mi???- hacia ademanes con las manos como si hablara con un niño pequeño - Te dijo quien soy, te propuso algo -- No, no se quien eres, ni que irías al bar, ella solo se fue y cuando volvió venían ustedes con ella - se humedeció los labios y le miro con vergüenza - No se a que te refieres con me propuso algo.
- Ella te dijo que me...- se meso el cabello des peinándolo, Isabel evoco recuerdos de la noche anterior cuando sus dedos hicieron lo mismo mientras el se enterraba en ella, volteo la mirada - olvida lo, yo no puedo llegar con mi familia con una esposa, así como así, no se que quieras hacer tu, pero tenemos que pensar algo - ella le miro de nuevo esta vez asustada.- Que intentas decir - pregunto sintiendo la garganta seca - Que me regrese a mi casa como si nada hubiera pasado?? - casi fue un grito histérico
- Oye, que esto yo no lo planee - mentiroso - se dijo así mismo, aunque no había planeado casi todo
- Pues ni yo, no se quien eres, en eso tienes razón, pero para ti esto es un hasta que la muerte los separe???.-si se estaba poniendo histérica No entiendo que me quieres decir. -
- Sencillo, tu a tu casa y yo a la mía -
Isabel se levantó de golpe y empezó a caminar de un lado a otro.
- No, no se que pretendes - suspiro - pero después de anoche yo no puedo volver a mi casa -
- Pues virgen no eras - le soltó y ella se detuvo en seco y volteo a verle - vamos me vas a venir ahora con que eres remilgosa? - Isabel sintió como si le hubiera dado una bofetada, no una bofetada hubiese sido mejor que eso - Por Dios, lo disfrutaste nena, pero así es esto tuvimos lo que quisimos y se acabo -
- Y si estoy embarazada??? - le dijo muy seria pensando en esa posibilidad de repente - Dios, que hice? - Sebastian también se quedo serio y le miro como burlándose.
- Pues en ese caso, me buscas y veremos la solución
- De que hablas?? - Isabel se movió del otro lado de la cama, levanto su vestido y se lo puso, cuando ella dejo caer la bata a Sebastian se le hizo agua la boca, tenia un cuerpo de infarto y si le gustaría estar con ella de nuevo, pero eso del matrimonio nop, no le gustaba.
- Acabemos con esto hermosura - le dijo levantándose y buscando su pantalón - De cuanto estamos hablando -
Ni siquiera lo vio venir, menos se lo imagino, al levantar la cara Isabel le soltó uno de los peores cachetadones que alguien le hubiera dado en su vida.
- Mirame bien animal, en tu vida me vuelvas a insultar de esa, ni de ninguna manera, que tu mami no te enseño que hay cosas que el dinero no compran patán?? Bien pues yo soy una de esas cosas -
Agarro sus zapatos y salio como vendaval de la habitación.
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SUCEDIO EN VERANO
RandomLO HABIA AMADO CON TODA SU ALMA Y LE.ENTREGO TODO LO QUE ERA Y AHORA ASI COMO ASI EL LA APARTABA DE SU VIDA SIN NINGUNA EXPLICACION. ISABEL ESTABA ATONITA Y SOLO OIA UNA Y OTRA VEZ EN SU CABEZA LAS PALABRAS DE OSKAR. ASI QUE CUANDO SE DIO CUENTA DE...