Cake

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Disclaimer: ya saben, los personajes no son míos, son de Mofftis. Porque si fueran míos, Johnlock sería canon, Victor sería el amigo hermoso (y vivo) de Sherlock y John estaría celoso de él aún cuando ambos viven juntos y crían a la pequeña Rosie, quien por cierto, ama pasar las tardes con su dulce madrina Molly y Mrs. Hudson cuando alguna de las dos pasa a buscarla a la guardería porque sus padres están resolviendo crímenes. (Maldito Mofftis, arruinaste a Mofftis)

En fin, la historia tiene tintes de Sherlolly (sí? No? No lo sé...) y está situada en algún punto intermedio de TLD (porque Loo grabó mucho y apareció nada en series 4)

A leer!!!

Caminaba a pasos cortos y rápidos por la calle. Cruzó en una esquina esquivando un auto que venía a velocidad media y luego de saltar un charco de agua con sus pequeños y finos zapatos de cuero, Molly Hooper se detuvo frente a la pastelería en la cual había quedado con Sherlock hace un rato.

Primero había sido Mycroft, y luego John quienes se habían contactado con ella para ayudar al detective consultor en su proceso de rehabilitación luego de haberse metido un montón de drogas de los más variados sabores y colores, tanto por vía oral como intravenosa. Molly lo había visto en la ambulancia mientras iban a ver a ese sujeto de la televisión que ahora estaba siendo investigado por un largo número de asesinatos, había visto el antebrazo de Sherlock lleno de cardenales, moretones y rastros de agujas que el detective se había puesto en el cuerpo durante casi tres meses en los cuales estuvo encerrado y aislado de todos luego del funeral de Mary, la esposa de su mejor amigo, y fuera del dolor y la pena que le causaba verle así, también se sentía enojada; le indignaba no tener una explicación clara a las decisiones que Sherlock tomaba sobre su cuerpo aún siendo consciente de que si seguía a ese ritmo con las drogas, no duraría más de dos semanas vivo. Sin embargo, ese mismo viernes por la noche Sherlock terminó tras un confuso incidente (del cual Lestrade no le quiso comentar nada) internado en una de las clínicas más prestigiosas del norte de Londres con diagnóstico reservado, para luego ser trasladado a otra clínica por su hermano durante la madrugada. Fue entonces cuando Mycroft apareció esa tarde de lunes en la morgue del Bart's, donde escuetamente y apenas mirándola a la cara, le pidió que estuviera atenta a Sherlock durante las siguientes semanas. Molly había tomado aire para replicar, pero Mycroft entonces le sostuvo la mirada y le dijo "Sé que realmente le importa mi hermano, y sé cuanto también, señorita Hooper, así que muchas gracias por su cooperación". Le sonrío fríamente y se fue dejándola con la palabra en la boca y los labios fruncidos de frustración.

Y ahora ahí estaba Molly, luego de haberse puesto de acuerdo con John y haber salido un poco antes del trabajo, eran casi las 6 de la tarde y debería "hacerse cargo" de Sherlock hasta las 10 de la noche, en tanto John pasaría tiempo con su hija, quien estaba al cuidado de una vecina de la villa residencial donde aún vivía. Pero hacerse cargo de Sherlock por unas horas era el menor de sus problemas, pues ese día además, era el cumpleaños del detective. Había pensado en comprarle un regalo, pero luego desistió de la idea, y al final sencillamente compró un pequeño obsequio que cupiera oculto en su morral en caso que Sherlock se negara a aceptar algún detalle en su día. Acarició el pequeño paquete por sobre la tela de su bolso mientras esperaba junto a la puerta de la pastelería y cafetería. Entonces los vio venir, a Sherlock y a John.

La imagen que tuvo de Sherlock mientras este se acercaba, le causó un nudo en el estómago que Molly no supo describir si era emoción de verlo caminando con John (y saber que volvían a ser amigos por la manera en la que ambos venían conversando tranquilamente), rabia por los malos momentos que le había dado hace unos días, o era la simple sensación de nerviosismo, ansiedad y pulso acelerado que le daba verlo y saberse enamorada de él pese a todo lo que podría haber ocurrido o no entre ellos, o una mezcla extraña entre la lástima, el dolor y el sentimiento de protección al verlo caminar con el gorro de cazador tan característico y que hace tiempo no usaba, la misma barba de varias semanas de descuido y excesos, pero ahora luciendo unas profundas ojeras, además de llevar uno de sus pómulos golpeados, un ojo con una hemorragia a medio mejorar y cinco puntos junto a la ceja izquierda, además del pelo sucio, los rizos desechos en el seboso cabello sin lavar y la ropa desgarbada, puesta sin cuidado alguno, como si se la hubiera echado encima sin más. Molly apretó los labios y sostuvo la correa de su bolso, en tanto se quedó mirando a Sherlock mientras avanzaba hacia ella, como si nada extraño o fuera de lugar hubiese en su apariencia.

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⏰ Last updated: Aug 19, 2017 ⏰

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