Parte Única.

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Minseok estaba en la universidad cuando todo comenzó.

Específicamente en la clase de circuitos eléctricos I, con el peor-mejor profesor de la universidad. Al principio fue una ligera molestia, el chico de 19 años lo atribuyó a que se había golpeado con el lápiz delineador, temprano en la mañana. Sin embargo los minutos pasan y la incomodidad no se reduce, por supuesto que no, incrementa.

-Joder, me duele el ojito –Susurra el muchacho solo para sí mismo, el profesor Bonner, un experto en la materia llegado de Londres, explica sobre tensiones y corrientes, y aunque Minseok adora la materia y quiere prestar atención, no puede.

Aquella molestia sigue en el ojo izquierdo del muchacho y él, aunque sabe que no debe, no deja de tocarse el maldito ojo que le duele. Bonner habla sobre elementos pasivos, resistencias, fuentes de voltajes y otras cosas con un perfecto coreano y su maravilloso acento inglés, el chico castaño, cuyo ojo aun le incomoda, se sorprende de la pasión con la que habla su profesor.

Por supuesto hasta que lleva, insistentemente, su dedo índice al ojito molestoso y una sustancia pegajosa y verde lo saluda.

Lagaña.

Una horrible porción de lagaña que él puede jurar apareció de la nada.

Sus sentidos se alertan y ahora el ojo no solo le incomoda un poco, lo hace muchísimo y Minseok se enoja consigo mismo porque: carajo, déjate el ojo en paz de una vez por todas, maldición. Pero no puede, porque él es como un bebé al que todo le incomoda y su ojo está empezando a lagrimear. Michael Bonner deja el salón de clases y Minseok corre escaleras abajo para verse el puto ojo izquierdo. El mal humor se le esparce por las venas rápidamente porque no puede ver una mierda extraña en su ojito. No hay brusquitas, ni pestañas caídas, no hay restos de su delineado perfecto, tampoco.

-¿Qué le pasa a mi ojo? –Pregunta al espejo y este solo le responde con la imagen de sus mejillas infladas y su ceño fruncido, haciendo que el parezca mucho menor. –Me duele el ojito...

Su llantarria infantil queda en un zapateo aún más infantil y el azote de la puerta de los sanitarios. Sí, él está molesto porque le duele mucho su ojito. A paso pesado retorna al salón de clases debe dar métodos numéricos y esa vieja: Mrs. Ubuntu, como la llaman algunos, ya debe estar en el salón hablando de cosas que a él no le importan.

Efectivamente, la profesora Ubuntu, Kang Minah, ya está en el salón y esta vez habla sobre una nueva de ley de empleados domésticos que, al parecer, le enoja un poco. A Minseok le molesta más que la vieja le de clases, pero no puede hacer nada al respecto. Casi cuarenta minutos después Mrs. Ubuntu empieza las clases y de los pasados minutos el chico castaño ha pasado 15 fregándose el ojito.

-Me duele el ojito, me duele mucho –La queja sale mucho más audible de lo que quisiera y Myungsoo es quien le da el tiro de gracia, referente a su ojito.

-Te va a dar conjuntivitis.

Conjuntivitis.

Con-jun-ti-vi-tis.

¡CONJUNTIVITIS!

La llamada enfermedad del ojo rosado, la puñetera enfermedad viral que está azotando el país y que para su jodida mala suerte su abuelita tiene. Y todo encaja, el ardor, el dolor, la picazón y las malditas lagañas verdes. Estúpidas y asquerosas lagañas verdes.

-¡No! –Chilla, llamando la atención de sus otros 6 compañeros y de la profesora Ubuntu –No es eso, es que me golpeé.

Myungsoo lo mira fijamente y chasquea la lengua, sus ojos entre burlones y mortalmente serio. Minseok se cuestiona si aquello es siquiera posible. –Ni vengas a la U así, Seokee, que nos lo pegas a todos.

Ojos Rosados || ChenMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora