IX

115 7 1
                                    

Las llamas del cielo inundaron la habitación, el silencio era el acompañante del producto de esas llamas que veían al chico sobre las blancas sabanas, a leguas se veía mal, conectado a varios aparatos y con tubos en el cuerpo.

Se acercó con mucho cuidado, procurando no hacer mucho ruido, y acarició la mata de cabellos castaños que estaban desordenados.

-Primo- susurro Tsunayoshi con cansancio mientras entre abria los ojos

-Decimo, me alegro que este bien, pero sabe--

-Lo sé Primo, Pero por lo menos necesito ver a mi pequeña crecer sana, quiero ver a Kazui viajar a su primer mundo, quiero vivir- sus ojos se aguaron al par que su respiración se pausaba.

El anillo a su derecha empezó a brillar indicando que más llamas salían tomando la forma de los anteriores fundadores, quienes acudieron al llamado de voluntad, la voluntad de vivir.

-Decimo, le ofrecemos entre todos nosotros la posibilidad de vivir más por un corto tiempo, su salud ha empeorado desde el parto de su pequeña Selene, su voluntad nos ha llamado- Octtava se acerco midiendo sus palabras.

-Acepto, solo quiero ver a mis pequeños crecer, Mi voluntad quedará gravada en el anillo cuando muera- su decisión estaba tomada

...

Era de día y Mukuro fue a ver a su esposo en compañía de sus hijos, y sus sorpresa fue ver a su esposo levantado mirado por la ventana.

-Yoshi- dijo su nombre para ir a abrazarlo

-Papi- el también le fue a abrazar.

-¿Como te sientes?-

-Mucho mejor, odio los hospitales que tal si vamos a pasear a no~se~donde- les sonrío.

La familia se fue, pero no sin antes dejar una nota para no preocupar.

Kazui jugaba en unos columpios mientras Tsuna arrullaba a su hija en compañía de su esposo.

-A mi no me engañas, ¿Qué hiciste?, sabemos que no tenías ni siquiera un mes y hoy te ves como si nunca hubieses tenido la enfermedad-

Tsuna entristeció al ver el rostro triste de su pareja.

-Me conoces muy bien-

-Porque soy tu esposo-

-Los anteriores lideres de Vongola retrasaron la enfermedad lo suficiente para ver crecer a nuestros pequeños- dijo mirando como el pequeño castaño apuñalaba a un muñeco con la curiosa cara de Hibari.

........

La Famiglia Vongola había recuperado la alegría en poco tiempo, todos estaban con lo de siempre, y Tsuna estaba con el papeleo y con su hija de tres años y medio.

Levaba puesto un terno cernido al cuerpo color blanco, más una capa color negra con rayas blancas que estaba unida a un par de cadenas de oro, su cabello estaba trenzado, dando una apariencia de alguien sexymente elegante.

Se colocó frente al anillo del cielo y dejó fluir sus llamas al anillo activándolo, una luz envolvió su cuerpo y fue gravando su voluntad poco a poco.

cuando terminó se sintió cansado, su cuerpo cayó al suelo mientras se agarraba el pecho y tocía sangre.

Cuando se compuso se levanto para no asustar a su hija y se puso el anillo, caminó lentamente hasta acariciar sus cabellos color índigos heredados de su padre, eso la despertó, y abrio sus ojos heterocromaticos uno castaño y el otro rojo con el signo "ichi".

-Mami?-

-Mi amor, que te parece si vamos a ver a tu hermano- le dijo mientras la pequeña asentía y bajaban hasta el salón de practicas donde un niño de ocho años estaba amarrado de cabeza en el techo y una niña de siete estaba jugando con un maso, ambos parecían discutir infantilmente.

Kizu o iyashimasu 傷を癒します ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora