Por meu amor não correspondido: Adiós | PanJose

Adiós.

Sus cabellos verdosos se mecían junto al viento, era como sí danzaran en armonía y paz. Deseé con toda mi fuerza ser aquel hombre que provocaba los suspiros de Joe, pero sabía que no sería así, él no me amaba, yo solo era su "mejor amigo" y por un momento... Sentí como sí me encajaran mil cuchillos cada que me regalaba esa sonrisa llena de ternura.

"En México se dice que todo es fiesta, no es particularmente cierto. Es decir, somos gente trabajadora, ingeniosa y nos encanta el desmadre, pero no somos totalmente fiesteros. - Las risas de Donald y José no se hicieron esperar. Me crucé de brazos alzando una ceja.

—Ya, no te esponjes, gallito. —La voz de Joe me tranquilizaba y me hacía bajar la guardia. —Sé que tu patria no es floja como Donald dice que es, sólo te tomábamos el pelo, ¿o no, meu amor*? —La mirada carmín se posó en la azulada con diversión y algo más.

—Así es Panchito, sabes que no insultaría tu país, ni el de my Darling*. —Ellos se besaron y yo estaba que ardía en celos, pero solo sonreí, después de todo ¿Qué podía hacer? Perdí contra el patito y ya nada podía hacer."

[...]

Zé estaba parloteando sobre cómo se la pasó con la familia de Donald, yo sonreí al verlo hablar tan animado mientras dejaba de lado su puro.

—Debiste de venir, rojito. Te la hubieras pasado increíble, Mickey es un Palhaço*, Goofy es muy gracioso, aunque tiende a ser un poco torpe.

—Ya veo, verdecito, ¿Tuviste algún problema? —Su mirada se iluminó y con su linda boca formó una perfecta "o".

—¡Sí que eres mi mejor amigo! Puedes ver cuando escondo algo. —Él suspiró y colocó sus manos en la taza de café mientras observaba el contenido de esta. —Tuve un inconveniente con Daysi, ella es ¿su prima? ¿Amiga de la infancia? La verdad no presté atención a lo que era, pero sí que era una pesada la senhorita*.

—¿Te hizo algo malo? —Joe negó rápidamente, se veía algo ¿incómodo?

—Perdona Panchito, es sólo qué yo... No quiero hablar de eso...

—¿Al menos lo hablaste con Donald? — Negó. ¿Qué? — Pero, ¡Joe! ¡¿Por qué no le dijiste nada?!

—Sabes que ha estado algo sensible desde la muerte de su tío Scrooge, no quería darle más problemas con eso, pero. —Alzó la vista y me regaló una sonrisa tímida. —Te prometo que pasando el funeral se lo diré. —Suspiré para después sonreír.

—Muy bien, solo cuídate, por favor. —El peliverde soltó una carajada. Vaya, qué hermoso había sonado eso.

—El gran macho mexicano preocupado, vaya, qué honor.

Rodé los ojos aunque no por mucho tiempo, caí rendido ante los orbes carmines que el condenao' de José poseía.

***

"—¡Me casaré con él, Panchito! Dios, soy tan feliz. No sabes lo emocionado que estoy por ello. —Su sonrisa era tan hermosa, ni siquiera el ocaso que se podían observar cada mañana de mi tierra madre era competencia ante la hermosura de él...

—Muchísimas felicidades, Zé, mereces ser feliz. —Mi voz era neutra, mi cara mostraba "felicidad", pero por dentro estaba destrozado. Yo sabía que jamás alcanzaría a tener una oportunidad con él, ¡Vaya que mi cabeza lo tenía más que claro! ¿Entonces? ¿Qué rayos me pasaba? ¿Por qué sentía como si mi pecho fuera a desgarrarse? ¿Por qué estaba temblando? ¿Por qué...?"