Capítulo 9

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Ya había pasado alrededor de un mes y nuestra "relación" parecía ir mejorando día a día, Bill comenzaba a aceptar el amor que sentíamos el uno por el otro y me demostraba pequeñas muestras de afecto en público lo cual es mucho si proviene de él.

Pasamos mas tiempo juntos y todos los días después de clases me esperaba en el estacionamiento de la escuela para llevarme a casa o para pasar la tarde en algun lugar que ambos decidíamos.

Finalmente el timbre sonó indicando que las clases habían acabado, tomé mis cosas y me retiré de el salón.

Dipper: Que tengas un buen día -nos despedimos como de costumbre en el pasillo que separaba la salida para los peatones de el estacionamiento.

Will: Igual tu -le sonreí en señal de despedida.

No se que clase de relación mantenía con Dipper, no lo consideraba un amigo, pero era lo más parecido a serlo, solamente nos hacíamos compañía cuando teníamos tiempo libre y por lo general intentaba no estar mucho tiempo cerca de él, le gustaba preguntar mucho sobre mi vida pero cuando yo le hacía alguna sobre la suya solía evitar el tema o decirme "no me gusta hablar de mi vida, ¿sabes? no es interesante", era raro e incómodo mantener una conversación con con él.

Me devolvió la sonrisa y nos fuimos por caminos separados.

A lo lejos logré divisar el Ferrari 458 de Bill el cual llamaba la atención de más de uno, rodé los ojos y sonreí, a mi hermano le encantaba llamar la atención.

Me fui acercando y mientras más cerca me encontraba podía ver mejor el fino perfil de Bill.

Como si hubiera sentido mi mirada, se volteó y me dedico una dulce sonrisa a lo cual le correspondí de la misma forma.

Abrí la puerta y me adentré en el auto.

El rubio me saludó moviendo la mano cerca de su rostro y sin añadir alguna palabra o pregunta como solía hacerlo, a lo que fruncí el ceño y este señaló el celular que yacía apoyado en su oreja, asentí y me dediqué a observar cada movimiento que hacia al hablar.

Finalizó la llamada unos 3 minutos más tarde.

Bill: ¿Que tal tu día? -habló por fin mientras salía del estacionamiento.

Will: Bien, supongo -jugué con mis dedos.

Bill: No suena muy convincente -me respondió e inesperadamente recibí un corto beso en los labios.

Bill: ¿Y ahora? -sonrió arrogante mientras sus ojos iban fijos en el camino.

Will: M-Mejor -sonreí con rubor en mis mejillas.

Bill: Ahora te creo un poco más -volvió a sonar su celular-. ¡Joder! No pueden hacer un simple trabajo sin mi -exclamó rodando los ojos sin contestar aun la llamada.

Tomó su celular, contestó la llamada y lo dejó en altavoz mientras con la otra mano seguía conduciendo.

Bill: ¿Que sucede ahora D.G.?

DG: Necesitamos que vengas ahora, surgió un problema -tenía una voz muy relajada como para que algo malo estuviera pasando.

Bill: ¿Que te dije Gleeful? Hoy estoy ocupado.

DG: No te estaría llamando si no fuera importante y lo sabes.

Se produjo un corto silencio.

Bill: Que sería de ustedes sin mí -presionó el puente de su nariz-. Voy en camino.

DG: Te estaré esperando.

El rubio finalizó la llamada.

Bill: Will, ¿podrías acompañarme a mi "lugar de trabajo"?

Will: Claro, n-no hay problema -le sonreí de lado.

Bill: Lo siento -hizo un puchero-. Se cuanto querías ir al cine hoy.

Will: No te preocupes, en serio -nos detuvimos en una luz roja-. Es obvio que esto es más importante -besó mi mejilla.

Bill: Te quiero mucho.

Will: igual yo.

Nos miramos y nos dedicamos una leve sonrisa con rubor en las mejillas.
***

No tardamos mucho en llegar, aparcamos el auto cerca de un enorme edificio con enormes ventanales y muchas oficinas para diferentes usos, completamente opuesto a cómo imaginaria un lugar donde hacen trabajos ilegales.

Ingresamos por una puerta permitida solo para el personal con autorización para hacerlo y subimos a un ascensor que nos llevó hasta el piso 6, en menos de un minuto ya nos encontrábamos en nuestro destino frente a una gruesa puerta de madera.

Bill colocó su dedo pulgar en un aparato que emitía una brillante luz amarilla, seguido de este acto la puerta se abrió automáticamente permitiéndonos el ingreso. Era una blanca sala perfectamente acomodada con una enorme mesa en el medio, algunas decoraciones en las murallas y plantas en el suelo.

El rubio ingresó con un aire de superioridad y cerró la puerta detrás de mi llamando la atención de algunos chicos que se encontraban sentados en un sillón a nuestra izquierda.

D. Gleeful: Cipher -llamó el castaño de ojos azules a mi hermano-. Descubrimos algo -se detuvo y dirigió su vista hacia mi-. ¿Quien es el?.

Bill: No te preocupes, es de confianza.

El Ojiazul no me quitaba los ojos de encima analizándome de pies a cabeza con una sonrisa en su rostro acción que mi hermano notó de inmediato y entrelazó nuestras manos mientras lo miraba con el sueño fruncido.

Bill: No lo mires mucho, ya está apartado -me sonroje y me encogí de hombros ante su acto ¿acaso estaba celoso?.

D. Gleeful: ¿Como te llamas? -me preguntó ignorando por completo el comentario de Bill.

Bill: Will, su nombre es Will -respondió en seco-. Y no caerá en tus juegos baratos Gleeful así que es mejor que pruebes suerte en otro lugar -me atrajo más a él-. Ahora a lo que vine.

D. Gleeful: Debemos hablar en privado -respondió este de mala gana.

Bill: Te dije que era...

D. Gleeful: En privado -lo interrumpió con el semblante serio.

El rubio suspiró y presionó el puente de su nariz.

Bill: Podrías esperarme unos minutos por favor, no tardo -me miró suplicante.

Will: E-Está bien -hablé por primera vez allí.

Bill: Gracias -besó mi mano-. Si quieres puedes sentarte en mi lugar mientras estoy ocupado -señaló el asiento más grande en el extremo de la elegante mesa.

Asentí y me dirigí allí mientras Bill reunía a todos los presentes dentro de una habitación.

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⏰ Última actualización: Jul 13, 2018 ⏰

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