La inmensidad del espacio me hace pensar como es que llegué aquí, no sé si te acuerdes de mí, no sé ni siquiera si me reconocerás, lo único que sé es que todo valdrá la pena cuando te vea una vez más.
Aún recuerdo el día en que todo empezó, el momento en que nos conocimos, el día en que te robaste mis pensamientos.
Era un día como cualquier otro en Raxus, yo me preparaba para asistir a mis clases de política como siempre cuando mi madre me interrumpió.
—Esperamos visitas, Lux —me dijo, aún recuerdo esa sensación de fastidio que me abrazaba, odiaba recibir visitas, no esperaba que tu llegada cambiaría por completo mi vida.
Yo esperaba en la puerta de nuestra casa cuando vi tu nave aterrizar, mi madre se acercó a recibir a su amiga que nos visitaba, entonces te vi salir detrás de ella, completamente encapuchada, una figura misteriosa e inquietante.
Recuerdo a mi madre pidiéndome que les ayudara con el equipaje, así que tomé la maleta de su amiga, pero cuando me acerqué a tomar la tuya, tú me detuviste.
—Yo puedo sola —afirmaste mientras apartabas mi mano, confundido volteé a verte y tú hiciste lo mismo, nuestras miradas se cruzaron por primera vez, al instante me hipnotizaste con tus hermosos ojos azules como zafiros, recuerdo quedarme completamente pasmado mientras tú te alejabas al interior de mi casa.
No se si se pueda llamar amor a primera vista, pero al verte experimenté sensaciones que nunca antes había tenido, cambiaste mi percepción de las cosas solo con tu hermosa mirada.
Tanto tú como la otra invitada empezaron a platicar con mi madre, yo me escabullí a la parte trasera de nuestra casa sin que se dieran cuenta, necesitaba pensar, nunca me había sentido igual a cuando me miraste.
Recuerdo estar en el patio cuando tú te apareciste, pasando frente a mi y obviando mi presencia, recuerdo ver tus sables de luz, solo pocas personas manejaban esa clase de armas, la curiosidad me ganó y me acerqué a ti.
—¿Eres Jedi, no? —fue lo primero que salió de mi boca, tú amablemente me respondiste, afirmando mis sospechas con tu suave voz, tan sutil y tan hermosa.
Recuerdo los rumores que se extendían sobre los Jedi en ese entonces, yo era Separatista y ellos eran el enemigo, pero había algo en ti que me decía que todo lo que siempre me habían dicho estaba mal.
Me preguntaste sobre cuantos Jedi había visto, todo lo que conocía de ellos lo había escuchado de otros Separatistas, pero nunca había visto uno, tú fuiste la primera.
—Mírame, no soy tan mala, ¿o si? —me dijiste mientras te ponías frente a mí, te cruzaste de brazos y me miraste fijamente, no sé si fui indecente, pero no podía separar mis ojos de tu hermosa figura.
Tu te percataste de esto y con tono molesto me dijiste que todos los chicos eran iguales, yo no podía dejar las cosas así, por lo tanto me acerqué y te hice el mismo cuestionamiento.
Al preguntarte sobre cuantos Separatistas conocías me dijiste que solo mi madre y yo, por lo cual también me puse frente a ti preguntándote si de verdad era tan malo, tú agachaste la mirada con timidez, al parecer ambos teníamos una parte de razón.
Poco tiempo después tuviste que marcharte, recuerdo despedirme de ti con un poco de tristeza, me preguntaba si te volvería a ver, nunca nadie me había causado todas esas sensaciones, nunca me había entretenido tanto platicando con alguien, solo había estado contigo por poco más de un día pero tu ya me habías marcado para siempre, te fuiste camino a tu nave mientras yo te veía alejarte, en ese momento solo quería abrazarte y no soltarte nunca.
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La chica que me robó el sueño (One-shot)
FanfictionLux Bonteri era el hijo de una Senadora Separatista, con grandes aspiraciones y mucho enfoque en sus metas, pero un día recibió una visita que lo cambió todo, una chica Jedi de hermosos ojos azules, lo que Lux no sabía es que ella no lo volvería a d...